Toma de contacto: Fiat 500L

mayo 28, 2014 en Pruebas por Mauro Osorio

500L

Pudimos realizar una corta prueba de manejo del nuevo Fiat 500L. Buen diseño, excelente equipamiento, precio algo elevado. En tres semanas, el test drive completo.

El Fiat 500L fue la estrella del multilanzamiento que organizó Fiat la semana pasada en el lujoso complejo Sofitel de Cardales, en la provincia de Buenos Aires. En esa jornada se presentaron además la Strada de tres puertas, el nuevo Fiorino, el restyling del Linea y el Uno Cargo y hubo tiempo para hacer una corta pero bastante completa prueba de manejo por las calles internas del complejo, por la Panamericana y por algunas calles de Campana. En total fueron unos 40 km de recorrido y CarsDrive pudo probar el 500L, la Strada Multijet y el Fiorino, a costa de quedarse sin almuerzo.

Las otras pruebas se irán publicando en los próximos días. En algunas semanas podremos hacer un test drive completo del 500L en Córdoba.

  • Fiat 500L Pop Star 
  • Origen: Serbia
  • Precio: $222.500
  • Garantía: 3 años o 100.000 Km (lo que suceda primero)

Exterior

500L

 

El 500L es un monovolumen del segmento B y comparte plataforma y motor con el Dobló, que ya probamos. Su diseño, en cambio, lo emparenta con el querido cinquecento de nueva generación y es el segundo de la línea, que pronto se completará con el 500X, el hermano más aventurero de la familia. Fiat dice que el 500L es a su vez heredero del 600 Multiplá de los años 50. Mucha gente, a su vez, le nota un aire Mini, sobre todo al  Countryman.

multipla

El 500L y el 600 Multipla.

 

De frente es desde donde más se parece al 500, por la «cara» (las luces y la parrilla) sonriente. De costado se destacan los pasarruedas bien cuadrados y el diseño del techo. Tanto el parante A como el C son dobles (el parante C es lo que más recuerda al Mini)  y tanto la gran superficie vidriada como la pintura negra dan las sensación de un techo suspendido en el aire. Atrás solamente se destaca el diseño de las ópticas.

En términos generales podemos decir que nos gustó mucho el diseño exterior del 500, teniendo en cuenta que los monovolumenes no se suelen destacar por su belleza. En la calle llama bastante la atención y no tiene a nuestro parecer  nada que desentone en sus líneas.

500L

Las dimensiones totales del 500L son contenidas para su espacio interior. Mide 4,15 metros de largo, 1,78 de ancho y 1,67 de alto, con una distancia entre ejes de 1, 61 metros. Su peso total en orden de marcha es de 1.245 kg y el tanque de combustible tiene una capacidad de 50 litros.

Interior

500L

Aquí es donde cobra más importancia el diseño de un monovolumen familiar. Al igual que su primo el Dobló, la característica principal del 500L es su filosofía modular. Todo puede ser movido y adaptado a cada necesidad, inclusive los asientos traseros que se desplazan hacia adelante y hacia atrás en proporción 1/3-2/3. Fiat destaca que en el interior del 500L se pueden llegar a meter objetos de 2,4 metros de largo, algo que en Europa se denomina “Prueba IKEA”.

500L

Así se pueden mover los asientos posteriores.

El 500L es muy amplio por dentro pero tampoco hace magia. Si corremos los asientos traseros bien hacia atrás tendremos un espacio más que cómodo para las piernas de hasta tres adultos, pero se resentirá un poco el espacio del baúl, que en su mínima expresión queda en 343 litros, valor más que aceptable. Adentro del baúl hay un separador de carga, para adaptar aún más los espacios a los requerimientos de cada situación. Abajo del tapizado está el auxilio, que lamentablemente es de tipo temporal (se puede rodar a no más de 80km/h hasta encontrar una gomería).

500L

Baúl con separador. Adentro, auxilio temporal.

El otro rasgo característico del 500L es su enorme techo vidriado de 1,5 m2, que abarca tanto a los pasajeros de adelante como a los de atrás. Crea un ambiente luminoso de día y muy especial/espacial de noche, sobre todo en viajes con cielo despejado. El tapizado en dos tonos también ayuda a darle calidez al interior.

Respecto al puesto de conductor, nos costó un poco encontrar la posición de manejo más cómoda, que siempre quedará algo elevada. Por suerte tanto el asiento como el volante se ajustan en altura y profundidad y después de tocar bastante pudimos ver correctamente los relojes. El volante (junto con la dirección, de la que ya hablaremos) es el que nos dio la sensación más extraña, como si se tratara de un videojuego. De todos modos es solamente cuestión de acostumbrarse.

500L

Nótese al medio el diseño del freno de mano.

El equipamiento es sobresaliente, sobre todo en el apartado de seguridad, con seis airbags, abs, ESP, ganchos para sillas infantiles y hasta un sistema de frenado automático para situaciones de tráfico urbano, que se puede pedir como opcional. En confort se destaca la pantalla táctil de 5″ con conectividad total aunque sin navegador, el climatizador y la guantera refrigerada, el control de velocidad crucero y el volante y palanca de cambios revestidos en cuero. Hay portaobjetos en todos lados y de todas las dimensiones.

El detalle de equipamiento se puede consultar en la ficha técnica.

Queda claro que el interior es un punto fuerte del 500L, tanto por comodidad como por diseño. La calidad percibida es buena, sin plásticos blandos pero con muy buena calidad de terminación. Lo que menos nos gustó fue la tela del tapizado de las puertas, en los apoyabrazos, que da la sensación de que no va a soportar bien el paso del tiempo.

En marcha

Aquí es la parte de la película donde los hermanos 500 y 500L se distancian y no se reconocen. Hay que olvidarse de la intrepidez y vivacidad del cinquecento, la propuesta del 500L (al menos con este motor) es mucho más calma y familiera. Los lazos de familia se estrechan más con el Dobló, con quien comparte motor y plataforma, como se mencionó antes.

Se trata del 1.4 atmosférico de 95 caballos y 127 Nm de par máximo a 4.500 vueltas, asociado a una caja manual de seis marchas, que le da un poco más de versatilidad que en el Dobló. Se requiere de bastante trabajo de cambios para sacar el mayor jugo al motor, que se concentra en la parte alta del tacómetro. A bajas vueltas es un poco remolón: como dato orientativo, las pruebas informales de recuperación 80-120 km/h en cuarta marcha nos dieron arriba de los 14 segundos. La sexta  marcha hay que usarla sólo para bajarle vueltas al motor cuando ya se ha alcanzado la velocidad deseada, es prácticamente inútil intentar acelerar en sexta.

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Como lo informamos en exclusiva hace varios meses, Fiat ha hecho los trámites de homologación tanto para el 1.3 diésel MultiJet (evolución del motor del Punto y la Strada) como para un MultiAir, pero la actual situación del mercado argentino hace que todos los planes a futuro queden en stand-by.

El andar del 500L es muy bueno, con una puesta a punto tirando a blanda, y se siente bien tanto en ruta como en ciudad, con algo de rebote en la suspensión trasera (eje de torsión) pero nada grave. Los vientos laterales se sienten pero no desestabilizan el auto. La dirección es muy blanda en ciudad y permite maniobrar con mucha precisión. En velocidad se endurece bastante pero no deja de sentirse sobreasistida y poco natural, como es común hoy en día en los autos con dirección eléctrica.

Punto sobresaliente para la aislación sonora del habitáculo, que está entre las mejores que hemos probado en los últimos tiempos. Solamente se siente algo de viento a la altura del parante A a velocidades mayores a 120km/h.

Por lo acotado de la prueba, no pudimos tomar datos de consumo, pero lo haremos en las próximas semanas con una prueba de mayor duración. Fiat declara una velocidad máxima de 170 km/h. A 130 km/h viaja en sexta marcha a 3.400 vueltas.

Llegando

El 500L es una propuesta superadora en términos de diseño y equipamiento para el mercado argentino, donde no tiene competidores directos, ni en configuración ni tampoco en precio, que quedó algo elevado y al borde del impuesto a los autos de gama media y alta. Quizás por esto Fiat haya decidido no ofrecer otras motorizaciones por el momento ni versiones con caja automática, que quedarían al otro lado de la frontera de lo comprable.

Su punto fuerte es el interior, confortable, lindo, muy cómodo y distinto gracias al enorme techo panorámico. Su diseño exterior también es destacable desde nuestro punto de vista. Las prestaciones del motor no son aptas para quien además busque un poco de adrenalina, sino más bien para quienes elijan pasear con mucho estilo, cómodos y seguros en familia.

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Gracias a Jose Eskenazi de Revista Movil por la colaboración en la prueba.

Galería de fotos

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