La nueva pickup Alaskan -que se va a fabricar en Córdoba- sorprende con su diseño diferenciado, pese a que en gran parte es una Frontier. Lauren van der Acker habla del proceso.
DESDE MEDELLÍN. Al menos a nosotros, dos cosas nos parecen innegables del diseño de la nueva pickup Alaskan que Renault presentó hoy en Colombia y que en 2018 se va producir en Córdoba. Es una Frontier y es mucho más linda que una Frontier.
La Alaskan (nota: pese a que hay algo de confusión, en Renault la mencionan como Alaskán) toma como base a la Nissan NP300 Frontier (que se vende en Argentina) tanto en mecánica como en gran parte de la carrocería. Los cambios importantes son en todo el frontal, del parabrisas hacia adelante, y en la tapa de la caja de carga. El interior es idéntico, con las obvias excepciones del volante y los tapizados (leer todas las novedades en esta nota).
Sin embargo, los esfuerzos para darle una apariencia propia han sido muchos y a nosotros el resultado nos gustó mucho. Para decirlo sin tapujos: nos parece la más linda del segmento, al menos de las que se vender en Argentina. No es una típica pickup yanqui con sus frontales brutales ni una japonesa modernosa, ni una alemana fría y sólida. Por supuesto, todo va en gustos.
La responsabilidad del diseño, por supuesto, es de Laurens van der Acker, que a esta altura ya es una especie de estrella de rock de la industria automotriz. Van der Acker es vicepresidente de diseño y el creador de la nueva imagen global de la marca, con Mégane y Talisman como buques insignia. Esta nueva imagen tiene dos características: es claramente identificable y a la vez todos sus productos se parecen un poco, siguiendo en este sentido la escuela Audi.
Decíamos que Van de Acker es el responsable, ya que dirije todos el equipo, pero hay muchas más manos en Alaskan. Una fundamental es la de Vincent Pedretti, un parisino radicado en San Pablo, que trabajó un año y medio en Japón en la apariencia de Alaskan. Ahora, Pedretti se enfocará en los cambios que tendrá la versión europea que se producirá en España (primero México, luego España y por último Argentina).
En lo que hace a diseño, para Renault Nissan trabajar en Alaskan se pareció más a lo que se conoce como una Phase 2, es decir, un rediseño importante, más que a planear un modelo nuevo. Los diseñadores tocaron chapa y modificaron toda la trompa incluyendo capó, pasaruedas, parrilla y guardabarros. Las luces full LED le dieron el toque definitivo que hace a Alaskan un producto distintivo.
En la producción de autos, como en toda industria, hay una negociación constante entre diseño y costos. Es como la famosa manta corta: si se tapan bien los pies, se descuida el torso. Por eso, en Renault decidieron poner todos los recursos en darle un aspecto diferenciador: «Teníamos un presupuesto determinado para crear Alaskan y nos pareció mejor ponerlo en el diseño exterior, que es lo que más atrae a la gente. No vimos la necesidad de cambiar el interior«, explica el propio Van der Acker.
Es decir, que el trabajo en Alaskan fue más de adaptación que de creación. «En general a los diseñadores nos gusta partir de una hoja en blanco, pero en el caso de una pickup, es mejor tener una base desde donde arrancar. Ponernos a diseñar desde cero una pickup de una tonelada hubiese sido un desafío mucho más grande«, explica Van der Acker. «Partir de la base Nissan no fue una limitación en este caso, sino una ventaja«.
La presentación de Alaskan fue una hacienda de Medellín y en su develación hubo escenas de rodeo caballo-máquina. Toda una rareza.
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