Luego de ser rechazado por General Motors, el CEO de Fiat Chrysler Sergio Marchionne sigue buscando una compañía para una alianza estratégica. PSA Peugeot Citroën en la mira.
El CEO de Fiat Chrysler Automobiles (FCA) Sergio Marchionne insiste: el sector automotriz tiene demasiados costos y poca rentabilidad, y por eso es necesario juntarse. Luego de que se conociera que Marchionne le mandó un mail a su par Mary Barra de General Motors pidiéndole que consideren una fusión -y que fuera rechazado-, el CEO sigue insistiendo en su plan y busca otras compañías.
Ahora la agencia de noticias económicas Bloomberg revela -citando como fuentes a familiares del directivo- que Marchionne está pensando en opciones. Ha intentado con VAG (Volkswagen), pero el grupo alemán tiene por costumbre tomar el control total de las compañías bajo su tutela y esto choca con la participación que la familia Agnelli tiene en FCA.
La mayor automotriz del mundo es Toyota y no tiene ningún interés en fusiones. Con Ford pasó algo similar y las opciones que quedan son cada vez menos, ya que a Renault–Nissan no le interesan las este tipo de uniones, sino las alianzas, y Hyundai ya tiene su sociedad con Kia. Una alternativa sería buscar una automotriz más chica como Mazda (que acaba de cerrar un acuerdo con Toyota y es casi imposible que se cruce de bando) Honda o Suzuki o intentar con el otro gran grupo que queda, que es PSA Peugeot Citroën.
El CEO de PSA Carlos Tavares ha señalado con anterioridad que necesita al menos seis meses más para continuar con su plan de saneamiento antes de pensar en una fusión o alianza. El grupo francés con participación china ha bajado sus pérdidas de más de U$S 3 mil millones en 2013 a sólo 260 millones en 2014. Este tiempo que necesita Tavares le permite a Marchionne seguir analizando opciones, ya que Peugeot no es idealmente lo que FCA está buscando.
FCA necesita una compañía de gran volumen para bajar los costos de desarrollo de plataformas, motores y tecnología, cada vez más caras debido a las exigencias de seguridad y emisiones de gases. También necesita una presencia más fuerte en China, y si bien PSA tiene como socios a DongFeng, se trata de un actor menor comparado con General Motors o Volkswagen.
Marchionne ha señalado varias veces que el margen de beneficio del sector es demasiado pequeño comparado con otras industrias y por eso es necesario compartir gastos de desarrollo de plataformas comunes y motores. Pero esta visión no parece ser compartida por el resto de las compañías, que lo ven más como un problema propio de FCA que de la industria en general.
Mientras tanto, Marchionne parece empecinado y no va a cesar en su plan de fusión, que prometió llevar adelante antes de retirarse en 2018. Sin ir más lejos, también trascendió que el CEO se ha reunido con distintos grupos de accionistas de General Motors, para interesarlos en la fusión y que presionen a Barra y el resto del consejo de administración. GM y Fiat ya tuvieron un acuerdo de colaboración entre los años 2000 y 2005 para compartir costos de desarrollo e ingeniería.
Ese acuerdo entre Fiat y GM no terminó del todo bien y parece ser un antecedente negativo en la situación actual.
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