Prueba de manejo: Jeep Wrangler Rubicon

agosto 13, 2015 en Pruebas por Mauro Osorio

Jeep Wrangler Rubicon

Test drive a un producto emblemático de la industria automovilística mundial: Jeep Wrangler Rubicon, un auténtico todoterreno con motor V6 de 3.6 litros. 

  • Jeep Wrangler Unlimited Rubicon
  • Origen: Estados Unidos
  • Precio: US$ 116.600  ($1.072.720)
  • Garantía: dos años o 50 mil kilómetros.

 

Como nunca, vamos a empezar por la conclusión, ya que con el Wrangler no hay medias tintas: se trata sencillamente de una máquina casi perfecta, irrompible, pensada como casi no se piensan más los vehículos: para ser el mejor de todos en lo suyo, sin concesiones. Y decimos casi perfecta porque por más que amemos los vestigios de dinosaurios muertos hace siglos -es decir, el petróleo-, nos cuesta justificar este magnífico V6 3.6 litros, que deglute 14 litros cada 100 km.

El otro problema no es propio de este animalito hermoso, sino de su comercialización en nuestro mercado. Gracias a los impuestos internos, que representan alrededor del 50% de su precio, el Wrangler se convierte en un producto extremadamente exclusivo. Con un valor que supera el millón de pesos, el Wrangler Rubicon excede la tipología del hippie chic y del hippie con Osde. De todas maneras tiene su público: según ACARA, en lo que va del año se patentaron 50 unidades del Wrangler en todas sus versiones.

Exterior

Jeep Wrangler Rubicon

Por fuera el Jeep Wrangler es eso, un Jeep. No hay forma de confundirlo con ningún otro producto que se venda en ningún lado, mantiene sus señas históricas desde la parrilla de siete líneas y los faros redondos hasta la cuadratura extrema de su carrocería. Quizás las únicas concesiones a un diseño más exclusivo sean las llantas de 17″, pintadas en Satin Carbon. El resto es todo clásico.

Jeep Wrangler Rubicon

Las dimensiones del Jeep son amplias pero no extremas. Mide 4,75 metros de largo y 1,87 de ancho, lo que en términos generales no es un problema, salvo por el largo paragolpes delantero que es difícil de calcular, y por la rueda de auxilio colgando del portón trasero, que reduce la visibilidad a la vez sobresale del paragolpes. Increíblemente, este Jeep de un millón de pesos no trae sensores de estacionamiento.

Jeep Wrangler Rubicon

La carrocería del Wrangler está apoyada sobre dos largueros al viejo estilo, que son la base de su rigidez extrema. Debajo de su techo rígido, este Jeep tiene una jaula de acero capaz de proteger de casi cualquier cosa a los pasajeros. Como buen Jeep, todo es desmontable. Lo más sencillo es sacar las placas del techo de los pasajeros delanteros, pero también se puede bajar el parabrisas y desmontar las puertas.

Eso no es todo: con tiempo y ayuda (y una llave torx), se puede sacar toda la parte trasera del techo para quedarnos ahora sí con el más auténtico todoterreno de claros orígenes bélicos. Queda la jaula al descubierto y en caso de emergencia climática se pude recurrir a una lona que hay que fijarla a mano.

Toda la zona baja del Wranger está recubierta con plásticos de cierta flexibilidad para evitar rayones y abolladuras en situaciones de off-road extremo.

Conclusión del diseño: el Jeep tiene la forma que tiene que tener. Punto.

Interior

Jeep Wrangler Rubicon

Pantalla táctil, climatizador automático, volante multifunción y tapizados de cuero con calefacción, los lujos del Wrangler.

Por dentro el Wrangler Rubicon está equipado, pero es bastante sencillo. Es más: tiene algunos faltantes que sorprenden, como los mencionados sensores de estacionamiento y otros como el bluetooth para conectar teléfonos o el navegador satelital. También tiene pocos airbags pero en este caso es un poco más lógico, ya que con tantas piezas desmontables se hace difícil fijarlos.

Dicho esto, Wrangler es sumamente confortable por dentro, con espacio suficiente para cinco adultos. En el caso del conductor, la posición de manejo es lógicamente elevada y el volante se puede regular el altura. Los tapizados de cuero y el volante transmiten calidad y calidez, sobre todo el de los asientos que son calefaccionados. La visibilidad es regular: hacia atrás molesta la rueda y hacia los costados los anchos parantes dificultan un poco la visión.

Jeep Wrangler Rubicon

Los dos paneles del techo se quitan con facilidad. Para el resto del techo hacen falta dos personas y las llaves correspondientes.

Un factor importante: el diseño y los materiales del interior están preparados para aguantar la vida en la naturaleza. Los plásticos se bancan el sol, los tapizados se limpian con facilidad y todo parece preparado para no sufrir con el clima extremo.

A diferencia del clásico Jeep cortito, éste está preparado para cinco ocupantes. Las plazas traseras están bien pero no son tan cómodas como en un sedán de lujo, el asiento es corto, el espacio para las piernas es justo y la cabeza de una persona de más de 1.80 puede tocar la jaula. Al respecto una aclaración para todos los pasajeros: el Jeep se sacude mucho como buen todoterreno y hay que estar atento para no golpearse.

Jeep Wrangler Rubicon

El asiento trasero es corto pero igual entra un adulto. Bien por los apoyacabezas y cinturones de tres puntos para todos los pasajeros.

Todo el Wrangler es muy modular y adaptable, desde el mencionado techo desmontable hasta los asientos traseros que se reclinan con mucha facilidad para adaptar el espacio de carga, que de por sí está muy bien con sus 498 litros. La apertura del portón trasero es horizontal en su parte inferior, mientras que el vidrio es parte del hard top y se levanta hacia arriba.

Jeep Wrangler Rubicon

Jeep Wrangler Rubicon

Aquí se puede ver en detalle la jaula que queda al descubierto cuando desmontamos el techo rígido. La lona se puede usar como techo de emergencia.

Un detalle final del interior: el equipo de audio Alpine con radio/CD/MP3/Reproductor DVD y ¡disco duro de 28GB! y seis parlantes es un lujo. Suena de las mil maravillas y se puede escuchar bien hasta con el techo desmontado, ya que el volumen y los parlantes empotrados en la jaula están perfectamente pensados para este Jeep. Como todo en este auto.

Conclusión del interior: por dentro el Wranger también está perfectamente pensado, con detalles que le sacan una sonrisa a los fanáticos y un diseño muy funcional en el que cada cosa tiene su razón de ser. Tiene lujo pero no demasiado y algunos faltantes un tanto incomprensibles aunque no decisivos: navegador satelital (sí trae una especie de brújula que nos dice en qué dirección estamos circulando), bluetooth para el teléfono y sensores de estacionamiento (o cámara de retroceso).

En marcha

Jeep Wrangler Rubicon

El Jeep Wrangler viene con un arsenal mecánico que podría ser una reseña en sí, por lo que vamos a nombrar lo más importante. El motor es un «moderno» (antes venía con otro más clásico) Pentastar V6 de 3.6 litros de cilindrada, inyección electrónica, 284 caballos de potencia y 284 Nm de torque máximo a las 4.300 vueltas, aunque el 90% ya está disponible a las 1.500.

A pesar de las más de dos toneladas de peso y la aerodinámica de una caja de zapatos, el Wrangler es capaz de hacer el 0-100 km/h en alrededor de 8 segundos, así de potente es el motor. La caja de velocidades es una automática de cinco marchas, con una quinta bien larga que permite viajar en ruta a bajas revoluciones. La tracción es trasera o integral, con caja reductora con relación 4 a 1 en baja, que permite salir de un atasco importante.

Más detalles mecánicos: viene con ejes Dana 44 atrás y adelante (en las otras versiones sólo atrás) que le dan una robustez a prueba de casi cualquier cosa. Además trae tecnología inédita para un vehículo que se venda en nuestro mercado, como la función Sway Bar, que a través de un electroimán desactiva la barra estabilizadora para que la suspensión haga un recorrido más largo; o la Rock Trac, que bloquea mecánicamente los diferenciales traseros y delanteros. No hay que dejar de mencionar toda la protección de la zona baja como los  Rock Rails, unos rieles de acero que sirven eventualmente para deslizar el Jeep de dos toneladas en caso de que la panza toque el suelo.

Jeep Wrangler Rubicon

Los dos botones de abajo son para activar el bloqueo de diferenciales o para «soltar» la barra estabilizadora.

¿Qué resultados ofrece todo esto? Digamos simplemente que este Jeep es de los vehículos más confiables del mundo para salir fuera del camino y sobrellevar cualquier dificultad. Tiene un despeje totalmente libre del suelo de 23 cm, pero si restamos que en los bordes no hay nada que sobresalga, permite encarar casi cualquier obstáculo por peligroso que parezca.

Mucha gente piensa que el barro o la arena floja es la principal dificultad que puede presentarse a un todoterreno (y que el Wrangler puede superar sin problemas) pero en realidad hay un terreno mucho más difícil, y es el de las rocas. Pudimos probarlo en zonas rocosas del norte de Córdoba (fuera del camino) y ahí realmente se ve toda la capacidad de este bicho. Si somos cuidadosos (hay que sacar medio cuerpo afuera del auto) el Wranger no toca nunca, y si llega a tocar no pasa nada, te saca igual.

Tanto el bloqueo de los dos diferenciales como la desactivación de la barra estabilizadora (que, al hacer más largo el recorrido de la suspensión, permite que casi nunca quede una rueda colgada) son funciones muy útiles en estos casos y te sacan de situaciones que probablemente sean insuperables con otros todoterreno. Eso sí, no te olvides de desconectarlos al salir al pavimento o vas a retroceder 100 años en la historia del automóvil.

Jeep Wrangler Rubicon

No hay piedra que pueda con el Wrangler.

¿Y en la vida cotidiana? Bueno, tiene sus cosas. En ciudad, sacando la sed inconmensurable por la nafta, no presenta demasiados problemas y si tenemos que cuenta que las calles de Córdoba son territorio lunar, podemos decir que el Wrangler es un aliado en el día a día. Sus limitaciones son tres aunque no demasiado importantes: se sacude bastante, la visibilidad no es la mejor  hacia atrás y la dirección no es muy precisa. El radio de giro es amplio y hay que tener previsiones.

Otro detalle a no olvidarse en la ciudad es la rueda de auxilio tan expuesta a manos ajenas, si bien trae tuercas de seguridad. Un buena cadena y candado no vienen mal.

En ruta tiene las limitaciones de este tipo de vehículos, aunque a nosotros nunca nos causó molestias. Se inclina bastante si tomamos una curva rápida, pero el control de estabilidad hace los suyo para que no suframos vértigo en ninguna parte del cuerpo. La mala aerodinámica y tantas piezas desmontables generan algo de ruido a más de 120 km/h, pero no son un problema de ninguna manera (y si no, está el equipazo de música para tapar cualquier molestia).

Mención aparte para la insonorización del motor: lo que menos uno se puede imaginar es que semejante bloque no se va a oír en la cabina, pero es así la mayoría del tiempo. Es tan educado que ni siquiera vibra de más. Una fiera muy bien domesticada.

Jeep Wrangler Rubicon

Los consumos son tema aparte y suponemos que no debería ser un problema para quién pague más de un millón de pesos por un auto. Así y todo, a veces sorprende: en ruta, siendo muy moderados con las aceleraciones y sin pasar de los 120km/h nos dio casi 11,5 litros cada 100 km. En ciudad tranquilamente se va arriba de los 15 y el promedio de uso, con mucho off-road quedó apenas abajo de los 14 litros cada 100 km. El tanque tiene generosos 87 litros y así y uno puede ver como se mueve la aguja.

Conclusión dinámica: el hábitat natural del Wrangler es la naturaleza y ahí no tiene competidores. Es lo mejor que se puede adquirir si uno realmente necesita o simplemente disfruta transitar por donde nadie más pasa. En el resto de los terrenos tiene un desempeño más que correcto y es una ventaja frente al único vehículo que le hace sombra en el campo: un tractor.

Llegando

Jeep Wrangler Rubicon

La conclusión la dimos al principio: es una máquina perfecta para lo que fue diseñada, es decir, atravesar cualquier camino con el confort de un auto. No podemos dejar de pensar que una versión diésel tendría un torque similar y unos consumos más razonables, pero es probable que para quien vaya a comprar este vehículo, ese no sea un problema. Es más, quizás este V6 sea un argumento de venta para justificar su precio.

Y ahí está el otro tema. Los impuestos internos convierten al Wrangler en un producto de lujo (cuando se lanzó valía la mitad) que debe apuntar a un público muy especial, que sin dudas existe pero es muy puntual. Es una lástima, porque estamos seguros que mucha gente necesita y podría sacarle gran provecho a este todoterreno único e irrompible.

Ficha técnica Jeep Wrangler Rubicon.

Gracias a Horacio Britos y Soledad Fernández por la onda en el Cerro Colorado. 
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