Las autopartistas cordobesas advierten una doble situación que ha llevado a suspensiones y que podría devenir en despidos: por un lado la crisis del mercado interno y por otro, las retenciones a las exportaciones.
En diciembre del año pasado en CarsDrive dimos cuenta de una situación insólita: en Argentina, exportar un auto con mayor piezas locales paga más impuestos que uno que uno con poco trabajo argentino. Esto sucede desde que el gobierno nacional volvió a colocar retenciones a las exportaciones industriales, entre otros rubros.
Se debe a que, para el cálculo de los derechos de exportación, se toma el precio final menos las piezas que entraron al país para armar ese vehículo. Es decir: si para armar un auto en Argentina la automotriz importa el 90% de las piezas, al exportar el vehículo pagará retenciones por ese 10% local. En cambio, un auto con 40% de producción argentina lo hace por ese porcentaje.
Esta situación, sumada la enorme caída del mercado interno, está provocando una grave crisis en las autopartistas locales, empresas que dan más empleo que las propias automotrices. «De un plumazo quedamos 12,5 puntos abajo en competitividad«, le dijo Juan Cantarella, gerente de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), a La Nación.
Las empresas -radicadas principalmente en Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires- registran suspensiones de personal y advierten que, de prolongarse la situación, podrían achicar planteles. Cantarella advierte que no hay deslocalizaciones masivas de producción de piezas, pero sí inversiones o radicaciones que se estaban por instrumentar que «quedaron congeladas«.
Según la AFAC, el bajo volumen de producción esperado para este año podría implicar una reducción del 5% en la dotación de empleados respecto a 2017. Según La Nación, en enero la planta cordobesa de Santa Isabel cortó 100 contratos, FCA está trabajando tres días a la semana y General Motors tiene suspensiones hasta abril.
Todas estas plantas recibieron inversiones millonarias para producir nuevos vehículos, por lo que están trabajando a mínimos históricos: según el Indec, la industria automotriz está usando sólo un cuarto de su capacidad de producción. El 75% de esa capacidad hoy es ociosa.
Los autopartistas se entrevistarán antes de fin de mes con el ministro de Producción, Dante Sica. Sin embargo, como lo releva una nota de Perfil Córdoba, dentro de las cámaras industriales hay posturas más beligerantes: “Hay mucha desesperanza. Está la sensación, y un poco es la realidad, de que no hay un plan para la industria, sino que está todo enfocado a nivel nacional en energía, agro y minería«, dijo en esa nota Gerardo Seidel, vicepresidente de la Unión Industrial de Córdoba.
«Acá el problema es que todo el esfuerzo que hacemos para bajar costos, sumar piezas nacionales y prepararnos para exportar se va de un plumazo con la firma de un funcionario sentado en un escritorio en Capital Federal. Terminamos sin poder exportar o exportando impuestos”, contó un ejecutivo de la industria automotriz a Perfil.
“Yo tuve un encontronazo muy grande con Pancho Cabrera en mayo cuando empezaron a levantar la tasa y le dije en ese momento que las pymes no aguantan más de 60 días. Llevamos ocho meses y no vemos soluciones”, apuntó otro industrial cordobés.
En la misma nota, Alfredo Osses, de la Cámara del Plástico, plantea un cambio de metodología. “Le pedimos a la UIC que cambiemos el método de reclamo. Basta de reuniones donde no nos escuchan. Tenemos que ser más pujantes, tenemos que poder reclamar y lograr cambios grandes».
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