Test drive del nuevo Volkswagen Virtus con motor 1.6 de 110 CV y caja automática de sexta. Diseño muy bien logrado, espacio de segmento superior, seguro, tecnológico y muy caro.
Son tiempos de renovación para los sedanes del segmento B en esta región del mundo. Tres productos se lanzaron para tratar de volver a convencer a las familias, que están migrando masivamente a los SUV’s: el Fiat Cronos, el Toyota Yaris y este Volkswagen Virtus, que se hace en Brasil y que llega con el sello de calidad que le da usar la moderna y exitosa plataforma MQB del grupo Volkswagen. A este grupo se sumará en breve la nueva generación del Chevrolet Prisma.
Las plataformas modulares son la clave del éxito de la industria automotriz moderna, ya que permiten escalabilidad, usando una misma base común para gran cantidad de modelos. La MQB es la plataforma de vehículos tan disímiles como un Audi A3 o un SUV de 5 metros como el Atlas. También es la base de este nuevo Volkswagen Virtus y eso hace que este Virtus coquetee todo el tiempo con autos de nivel superior: se sacó, por ejemplo, cinco estrellas en seguridad en las pruebas de choque de Latin NCAP.
El Virtus se vende en tres niveles de equipamiento: Trendline, Confortline y Highline y, como rasgo destacado, hay que decir que en las tres se puede optar por la caja automática de seis marchas, algo que pocos rivales ofrecen.
La composición de la gama tuvo sus bemoles. Originalmente se anunció que todas las versiones tendrían control electrónico de estabilidad (ESP) y cuatro airbags, pero al poco tiempo esto se cambió y en Trendline y Confortline con caja manual pasó a ser un opcional (Highline y todas las automáticas siguen trayendo).
Para aumentar la confusión, este pack sale la friolera de $24.800 en la versión Trendline y en la Confortline sale $30.200, el ESP más caro de la historia. La que probamos es la tope de gama, por lo que ya lo tiene incorporado en el precio, y se nota.
Volkswagen Virtus Highline Triptronic
- Origen: Brasil
- Precio: $865.000
- Garantía: 3 años o 100 mil kilómetros
Todo en el lenguaje visual del nuevo Virtus dice precisión, elegancia, sobriedad y, fundamentalmente, germanidad. Sus dimensiones son las más amplias del segmento, con 4,48 metros de largo y una distancia entre ejes de 2,65 metros, propia de un segmento C, lo que le da un porte imponente frente a sus rivales.
Los diseñadores de la marca están orgullosos de la línea de cintura de este Virtus: dicen que nadie en esta parte del mundo puede plegar las chapas con la precisión que lo hace Volkswagen. Quien pueda tocar el lateral del auto sabrá de qué estamos hablando.
Por supuesto, gran parte de su diseño tiene similitudes con su hermano de cinco puertas, el Polo, aunque hablar del sedán del Polo no sería del todo correcto. Es decir: es el sedán del Polo, pero el diseño del Virtus no parece estar limitado por el Polo. Si el Polo no existieses, este Virtus sería un auto con personalidad propia.
Su silueta está perfectamente lograda y las proporciones son muy agradable de ver. El techo tiene mucha caída pero no por eso perjudica el espacio interno, el tercer volumen (baúl) está muy bien integrado y, si bien es grande, no es un lanchón.
Interior
Las versiones Highline de Virtus-Polo se destacan por el enorme Active Display, una doble pantalla color, tanto para el instrumental (100% digital, sin relojes analógicos) como para el sistema multimedia. El sistema es totalmente configurable y funciona realmente bien, ya sea con la propia interface (tiene navegador satelital) o con Android Auto-Apple CarPlay. Es un plus tecnológico que le da otro status a un vehículo de este segmento.
La calidad de terminación, en cambio, es la propia del segmento. Los plásticos son duros, no hay tapizados de cuero ni detalles extravagantes. Se siente bien, pero no se destaca del resto. El plus del Virtus respecto a Cronos y Yaris son las plazas traseras: no sólo porque el espacio es amplio, sino porque tiene salidas de aire acondicionado propias y hasta un puerto USB, que se puede usar para Android Auto-Apple CarPlay.
El baúl también es grande, de 521 litros, muy aprovechables por el tamaño de la tapa, aunque los brazos resten espacio. Dentro hay un auxilio de tipo temporal, con llanta de chapa y medidas más pequeñas.
Pero si hay algo que destacar del interior de este Virtus es su ergonomía. Si en algo se distingue un auto totalmente nuevo de los que van pasando por varios rediseños es en esto: todo está pensado para quedar a la vista o al alcance de la mano del conductor. Pantalla arriba con botones físicos que no requieren quitar la vista del camino, información replicada en el instrumental, comandos al volante, levas para pasar los cambios, ajustes en altura y profundidad. Todo muy bien 10.
En marcha
En la mecánica el Virtus no pasa por segmento superior. Viene únicamente con motor 1.6 MSI 16 válvulas de 110 CV y 155 Nm de torque. Es un motor conocido, confiable y que mueve bastante a este Virtus, pero al que no le sobra nada. En comparativa, el Cronos 1.3 ofrece 99 CV y el 1.8, 130 CV. El Yaris también está cerca: 107 CV para el motor 1.5. Es decir, para el segmento está bien.
Hay que mencionar que este auto se vende en Brasil con el más moderno 1.0 TSI (turbo), que si bien en Argentina tendría una potencia similar (116 CV), el torque es sensiblemente superior: 200 Nm a 2.000 RPM. El MSI, en cambio, abajo de las 4 mil vueltas tiene un notable bajo torque.
Por suerte, la conocida caja automática japonesa Aisin de sexta con convertidor de par (llamada Triptronic por VW) es muy buena, como ya lo comprobamos en gran cantidad de modelos que se venden en Argentina, entre ellos un competidor como el Cronos. La caja, con levas al volante, es rápida y hace los rebajes cuando nos encontramos pisando a fondo el acelerador y el motor no tiene mucho más para dar.
La puesta a punto está muy al estilo Volkswagen, tirando a dura pero sin sacrificar mucho confort. Tiene muy buena respuesta dinámica en curvas (dentro de su propuesta, claro está), es muy aplomado en ruta y la dirección eléctrica tiene una calibración casi perfecta. Los frenos también son muy buenos pese a tener discos en el eje trasero.
Los consumos son un poco altos en ciudad (según el tráfico, pasamos de 9,5 a casi 12 litros cada 100 km) y bajan mucho en ruta, en gran parte gracias a la caja de sexta que hace que el motor baya más relajado. A 110 km/h consume alrededor de 6 litros cada 100. El tanque, por su lado, carga 50 litros de nafta súper.
Llegando
Este Virtus es, en sí mismo, un gran auto. Tiene un diseño logrado, es seguro, tiene excelente espacio y buena calidad. Si no es un éxito en el mercado (vendió en octubre 500 unidades contra 1.800 de Cronos) es por su configuración comercial: es muy caro y no tiene grandes diferenciales para ofrecer, sobre todo en la mecánica. He aquí el dilema: con el motor 1.0 TSI ganaría mucho, pero sería aún más caro.
Los $865.000 de esta versión son superiores al Cronos Precision AT (1.8 de 130 CV, $730.600) y del Toyota Yaris XLS Pack CVT (1.5 de 107 CV, $ 697.800, 5 años de garantía transferible). Pero además son más que el Corolla XEI Pack CVT (1.8 de 140 CV, 7 airbags, $837.800) y casi los mismos que el Ford Focus SE AT Plus (2.0 de 170 CV, $869.500), ambos del segmento C, gama media.
Volkswagen fue el que más rápido pasó a precios la devaluación del peso. Es posible que sus competidores se actualicen y el Virtus quede mejor posicionado. Como está, la tiene difícil.
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