Vuelven los test drive a CarsDrive nada menos que con uno de los lanzamientos del año: Toyota Corolla 2014. Diseño más jugado, interior más moderno y gran avance con la caja CVT.
2014 viene lento para toda la industria automotriz. Impuestos que achatan la oferta, precios que auyentan la demanda y números que caen. Los lanzamientos previstos se demoran, otros directamente quedan para otra ocasión y cierto pesimismo se posa en el ambiente. Cuando ya parece que no pasa nada, alguien pone primera y de repente tenemos en nuestra ciudad una de las novedades mundiales más esperadas por el público. Ese modelo, que nos cansamos de adelantar con fotos que venían de Europa, ahora está ahí en el salón del concesionario, lleno de marcas de dedos curiosos.
Si el público estaba ansioso de novedades, ni hablemos de los periodistas. Llamadas y mensajes a toda hora hacen que ganemos por cansancio y nos presten una unidad del Corolla 2014, en su versión tope de gama SE-G, con caja automática CVT (de variador continuo), para que podamos probarla un par de días. Desempolvamos las zapas de manejo (las que tengan menos suela y sean más blanditas), cargamos cámara y lentes y con una sonrisa de oreja a oreja arrancamos la primera prueba de manejo de 2014 de CarsDrive.
- Toyota Corolla SE-G CVT
- Origen: Brasil
- Garantía: Tres años o 100 mil km. (lo que ocurra primero), transferible
- Precio de lista: $241.900
Exterior
Recapitulemos rápidamente: el Corolla tiene como carta de presentación ser sencillamente uno de los autos más vendidos de la historia de la industria, con 40 millones de unidades a lo largo de 47 años de vida. La que llega ahora es la onceava generación, que en nuestro país tiene tiene una particularidad bastante poco común: reemplaza a la anterior sin perder el liderazgo entre los sedanes del segmento C. O sea que jubila a una generación que se seguía vendiendo muy bien.
Sin dudas, lo que distingue al ADN del Corolla es su sobriedad y confiabilidad. Sin embargo, para esta nueva generación los diseñadores se han tomado más libertades que nunca y el resultado es un auto que, si bien todo el mundo reconoce a la distancia como un Corolla, ha quedado un poco más jugado y agresivo. El efecto se logró gracias al nuevo frontal del auto (la cara, para los diseñadores) que, tirando mano del uso de mucho cromo, líneas afiladas y grupos ópticos con gran variedad de recursos, se planta con un aspecto más desafiante.
Hay un diseño aún más jugado del Corolla 2014, y es el que se vende en el mercado estadounidense. Las filiales locales pensaron en adoptarlo (de hecho, se habla que en un futuro podría llegar con una versión deportiva) pero optaron por el diseño europeo. Un vendedor de Toyota con muchos años en el negocio me dijo que la versión norteamericana no hubiera funcionado bien en nuestro país. «No va con nuestro cliente», dijo, y uno empieza a entender un poco más al clásico comprador de Corolla, que no cambia el auto nuevo cada dos o cuatro años, sino que directamente compra un Corolla nuevo. En la variedad está el gusto, pero en lo conocido está el confort.
En definitiva, el diseño del Corolla 2014 apunta a conformar al cliente clásico del modelo y a la vez abrir un poco la oferta a nuevos clientes, sobre todo en el público más joven.
Saliendo de la vista frontal, los cambios son menos jugados, con la excepción del diseño de las ópticas traseras que invaden la tapa del baúl y llegan hasta el lateral. Las llantas también son de nuevo diseño y en esta versión calzan Pirelli 205/55 de 16″
Interior
Supongo que una de las premisas más importantes que debe tener el diseñador del Corolla es que uno se siente por primera vez en el puesto de manejo y se encuentre en un lugar conocido. Obviamente, lo logró. Hay autos en los que uno tarda bastante en encontrar la posición más cómoda para manejar y otros en los que uno se sube, acomoda los espejos y sale andando. El Corolla está claramente en este segundo grupo. Y si usted es un Sheldon Cooper al que le cuesta adaptarse a un nuevo asiento, el Corolla en esta versión trae regulación eléctrica tanto en altura, respaldo y distancia a los pedales. El volante también se regula en altura y profundidad, con lo que ya no le quedan excusas para no sentirse como en casa.
Los asientos son cómodos pero firmes, el tapizado de cuero es muy confortable y el volante se siente bien, con radio justo y buena visibilidad a través del aro. La calidad de terminación es buena,con toda la parte alta del torpedo en plástico blando. En las zonas bajas y contrapuertas en cambio predomina el duro, pero a nivel general la terminación es más que correcta.
El diseño general del interior es bastante más conservador que el exterior, con la excepción de la gran pantalla al medio de la plancha, que sirve para controlar todo el equipo multimedia, el navegador satelital y la cámara de retroceso. Hay una clara diferenciación de modelos como el Chevrolet Cruze o el Ford Focus, que recurren a más de una pantalla y un tablero mucho más recargado de botones y funciones. El interior del Corolla es mucho más clásico y los comandos los encontramos casi de memoria. Detalles como el reloj digital noventoso nos dan la pauta de adónde apunta Toyota con su diseño del Corolla.
En este sentido, hay que decir algo a favor del Corolla. Si bien se adaptó a los tiempos que corren con la gran pantalla touch (exclusiva de la versión tope de gama), no cayó en la tentación de controlar todos los dispositivos exclusivamente con la pantalla, algo que cada vez es más común en autos de todas las gamas. En el Corolla los botones físicos permanecen (ya sea en el volante o en el tablero), aportando desde nuestro punto de vista a la seguridad. Hemos criticado a varios modelos por eliminar los botones de carne y hueso que hacen que uno deba desviar la mirada demasiado tiempo del camino para encontrar los «botones» en la pantalla.
Con el cambio de versión, el Corolla ganó 10 centímetros de distancia entre ejes y toda la ganancia fue para los asientos posteriores. Ahora hay más espacio para las rodillas y será algo que los pasajeros de atrás agradecerán de por vida. El baúl es amplio y de buena boca (470 litros de capacidad). El auxilio es de igual diámetro pero con llanta de chapa.
Equipamiento
El detalle de equipamiento se puede consultar en esta ficha técnica.
Mencionaremos solamente algunos destacados de esta versión. En seguridad dispone de ABS y siete airbags (incluído el de rodilla para el conductor), cinturones de seguridad delanteros de tres puntos con pretensionador y limitador de fuerza adelante y de tres puntos atrás, faros antinieblas delanteros y traseros y dos anclajes isofix para sillas infantiles. El gran faltante es el control de estabilidad ESP, que no está en ninguna versión, cuando algunos competidores ya lo traen de serie.
En confort, esta versión SE-G trae climatizador, asientos de cuero con regulación eléctrica, espejo retrovisor interno con antiencandilamiento automático, levantacristales eléctricos con one touch en las cuatro puertas, control de velocidad crucero, pantalla LCD de 6.1” táctil con navegador (GPS) y DVD Player y arranque por botón. Ninguna versión trae techo solar.
En marcha
El Corolla 2014 sigue con el conocido 1.8 Dual VVT-i que tuvo unos leves retoques para llevar la potencia hasta los 140 CV. La gran novedad viene por el lado de la caja automática; el reemplazo del la vieja AT4 es una de tipo variador continuo CVT programada con siete marchas que se pueden pasar desde la palanca o desde las levas del volante. Suponemos que es la misma caja de la RAV4 que ya probamos, pero evidentemente ha recibido algunos retoques o se combina mejor con la mecánica del Corolla. Se siente más ágil y confortable.
Una muy buena decisión de Toyota ha sido incluir esta caja en todas las versiones del Corolla 2014. En las versiones XEI Pack y la que probamos nosotros SE-G, además viene con levas al volante y modo Sport, que al accionarlo, varía el comportamiento, dejando trepar un poco más en vueltas al motor antes de cambiar la marcha, para tener una respuesta más rápida al acelerador.
Si simplemente ponemos la selectora en la posición Drive, la caja hace todo sola y el andar es sumamente confortable. En la ciudad, el sonido del motor casi no llega al habitáculo si nuestro andar es tranquilo. Si aceleramos un poco más bruscamente, el motor sube en revoluciones y se hace escuchar sin ser molesto en ningún momento. En general, la insonorización del habitáculo es muy buena, con algunos zumbidos a altas velocidades a la altura del parante B.
En cualquier momento, aunque estemos en la posición D, podemos echar mano de las levas al volante para hacer un rebaje o frenar con el motor en pendientes pronunciadas.
Si llevamos la palanca a la posición Manual, pasamos a controlar nosotros los cambios, a menos que llevemos el tacómetro demasiado cerca de la parte roja, momento en que el auto emite una alerta sonora y corta la inyección para proteger el motor. Subir una cuesta pronunciada en el modo manual puede ser una experiencia sumamente placentera para quienes disfrutamos manejar. Hicimos la subida del Observatorio (desde Falda del Carmen) y el comportamiento de la caja y el chasis del Corolla fue sobresaliente. Dobla siempre bien (con muy poco subviraje) y va siempre agarrado. Quizás alguien pueda pedir un mejor eje trasero, con suspensión independiente, pero para la gran mayoría de los usuarios del Corolla el comportamiento dinámico del auto será sumamente placentero.
A la vuelta nos tocó un viento fuertísimo de costado y la respuesta del Corolla fue buena y sólo necesitamos corregir un par de veces la trayectoria cuando el viento pegaba de golpe, como al salir de una cortina de árboles.
En ruta viaja relajado, a menos de tres mil vueltas a 130 Km/h. No hay problemas para los sobrepasos, alcanza con pisar el acelerador para que el motor haga un rabaje y utilice la parte más potente del motor, después de las 4.000 RPM. Si la maniobra requiere más velocidad, siempre podemos apelar al modo manual.
No pudimos hacer un cálculo real del consumo, pero como datos orientativos podemos decir que está abajo de los 8 litros cada 100 km en uso mixto. En ruta puede tener un consumo realmente bajo si lo llevamos a velocidades constantes. El tanque es de 57 litros.
Llegando
El Toyota Corolla cambió para que nada cambie. Se jubila una versión invicta en la competencia de su segmento y llega una nueva para revalidar trofeos. Su misión es ampliar la base de clientes del modelo sin espantar a los fieles compradores de este superclásico de nuestro mercado. ¿Cómo piensa hacerlo? Con un rediseño estético un poquito más jugado que en las renovaciones anteriores y con un comportamiento más dinámico, pero con continuidad mecánica para no entregar su bandera más preciada: la confiabilidad.
En equipamiento, tiene todo lo que el cliente típico puede pedir, sin echar mano de gadgets ultramodernos ni detalles chic que puedan complicar la vida. Está todo lo necesario y en el lugar que debe estar. El único faltante destacable es el mencionado control de estabilidad.
Si sumamos dos atributos más que acompañan al Corolla desde tiempos inmemoriales como el servicio de post venta y el valor de reventa, podemos asegurar sin miedo a equivocarnos que esta nueva generación tiene la fórmula mágica para seguir mirando a la competencia desde las alturas.
Galería de fotos
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