Test drive con uno de los autos más esperados de 2015: Renault Sandero II. Motor 1.6 de 16 válvulas y nuevo diseño para este modelo que se hará en Córdoba.
- Renault Sandero II Privilege
- Origen: Brasil
- Precio: $194.580
- Garantía: 3 años o 100 mil kilómetros
La historia del Sandero en Argentina la contamos brevemente hace poco en la prueba de la versión Stepway y sólo recordaremos aquí lo básico: se trata de la segunda generación de este hatchback de origen Dacia, que debería haber llegado el año pasado pero que las distintas vicisitudes del mercado argentino demoraron. Finalmente la espera terminó y en mayo de 2015 llegó a los concesionarios y la semana pasada a nuestras manos.
Este Sandero II es totalmente diferente al modelo anterior, ya que utiliza la plataforma Mo, la misma que utilizan varios modelos de Renault-Dacia en todo el mundo, como el Logan, Dodgy o Dokker. Tanto el Sandero como el Logan llegan por el momento de Brasil, pero Renault ya está invirtiendo en su planta cordobesa para empezar a fabricarlos a partir de 2016.
Una hipótesis: el Sandero II puede liderar la recuperación de Renault en el mercado argentino, que de ser la segunda automotriz en volumen de ventas en 2013 se encuentra actualmente en el quinto lugar. Con el empujón que le está dando el Sandero, Renault puede volver a ese segundo lugar y empezar a escalar hacia el liderazgo una vez que los nuevos modelos empiecen a salir de Santa Isabel.
Exterior
El diseño del Sandero, sobre todo de su versión aventurera Stepway, pegó bien en el paladar argentino. Con esta segunda versión, todo parece indicar que el romance continuará, ya que sin abandonar sus marcas de fábrica, se modernizó bastante. Es un hatchback bien proporcionado, con mejores dimensiones interiores que sus competidores y, fundamentalmente, apto para todo tipo de públicos.
Los cambios estéticos del Sandero II le han venido muy bien. En conjunto, la sensación es que abandona un poco las marcas de origen low cost y se lo ve mejor decorado, al menos en esta versión tope de gama. Tanto el frontal, con el rombo bien grande y el uso de cromados, como la parte posterior, con las nuevas ópticas y nuevo diseño de baúl, se ven más modernos y actuales. El en lateral, las llantas de 16″ no serán del gusto de todos, a nosotros nos parece que están muy bien.
Como siempre, no nos detendremos mucho en el diseño, ya que sobre gustos hay demasiado escrito. Para nosotros el Sandero II gano mucho con el rediseño y al menos en el corto plazo va a tener seguidores -y compradores- garantizados. ¿Seguirá siendo atractivo de acá a un año y medio cuando se presente la versión hecha en Córdoba? Imposible saberlo.
Mención aparte para el nuevo color Azul Aguamarina: al igual que el Naranja Ocre del Stepway son un golazo.
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Interior
Por dentro los cambios respecto a la generación anterior son muchísimos y es donde más se nota el upgrade que le quiso dar Renautl al posicionamiento del Sandero. Se lo ve mucho más moderno y tecnológico, sobre todo porque adopta ciertos equipamientos de segmentos superiores, como el climatizador automático, exclusivo de esta versión Privilege.
Donde sí se nota su posicionamiento es en la calidad de los materiales, que está en la media del resto de los productos del Mercosur. Mucho plástico duro y sobre todo en las zonas bajas no se lo siente muy bien. Desde nuestra perspectiva, el uso de plástico brillante en la parte central tampoco ayuda (en el Stepway lo lleva también en los tiradores de las puertas), pero seguramente Renault lo habrá estudiado y tiene el visto bueno del público.
Ya que estamos en la sección no me gusta, hay que mencionar a los asientos y tapizados. Los asientos son muy duros y planos, sobre todo atrás; y los tapizados tienen mucho brillo por el uso de materiales sintéticos. En este caso además tiene un tono azulado que hace juego con el color del auto que sí queda bastante bien.
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El resto del interior nos gustó. La posición de manejo es fácil de encontrar y de hecho, nos gustó más que en el Stepway, en el que siempre quedás un poco alto y es más cansador. Los relojes son de vieja escuela y tienen excelente visibilidad. Los que no tienen una ubicación clásica son el control satelital del audio y del control de velocidad crucero, que están «cruzados» respecto a la mayoría de autos: el crucero en el volante y el de audio y llamadas detrás, en un control aparte. Lleva un tiempo acostumbrarse pero funcionan bien.
Donde el Sandero saca ventaja a la competencia es en el espacio interior. Sus 2,58 metros de distancia entre ejes son los mejores entre los hatchbacks del segmento B y eso le permite tener un lugar muy razonable para los pasajeros traseros. Los apoyacabezas regulables atrás son tres, aunque las versiones más baratas vienen únicamente con dos; y lo mismo para el respaldo reclinable por tercios, es exclusivo de esta versión Privilege.
Lo bueno es que el buen espacio para los pasajeros traseros no resiente el baúl, que tiene unos correctos 320 litros. Adentro hay un auxilio de igual tamaño que el resto de las cubiertas (s 185 / 65 R15), otro punto a favor del Sandero. Eso sí, la llanta es de chapa y no de aleación.
Respecto al equipamiento, al menos esta versión está muy bien: trae el mencionado climatizador, pantalla táctil con sistema MEDIA NAV (CD, Mp3, entrada aux, USB y Bluetooth más el navegador satelital), volante regulable en altura revestido en cuero (al igual que la palanca de cambios), indicador de temperatura exterior, levantacristales en las cuatro puertas, sensores de estacionamiento traseros, espejos eléctricos, alarma y cierre centralizado con traba automática en velocidad, entre otros.
En seguridad trae lo básico: doble airbag y ABS con asistente al frenado de urgencia. Entre lo criticable podemos mencionar el cinturón abdominal en el espacio del medio del asiento trasero y la falta de anclajes isofix para sillas infantiles, algo difícil de entender en un auto de clara propuesta familiar. Entre lo mejorable, hay que decir que productos de la competencia como el Fox ya tienen versiones con control de estabilidad ESP.
La conclusión del interior es que el salto respecto a la versión anterior es grandísimo y todo para bien. Mantiene su principal atributo de compra que es el espacio interior, superior al de los competidores, y le agrega mucho equipamiento, para redondear un muy buen combo. Lo que menos nos gustó fueron los asientos y tapizados y algunos ítems mejorables en seguridad, sobre todo los anclajes isofix para sillas de niños.
En marcha
Vamos a lo divertido. El Sandero 2015 trae en sus versiones más caras, al igual que el Logan y Sandero Stepway, el motor 1.6 16 válvulas más moderno que el tradicional 1.6 de 8 válvulas del resto de las versiones. ¿Qué se gana con el nuevo motor? Básicamente, un mejor funcionamiento dinámico gracias a sus 20 caballos extras.
Se denomina K4M 1.6 L 16 v y tiene 105 CV a 5750 vueltas y 145 Nm de torque a 3.750. Por supuesto que el Sandero gana en respuesta con este motor, pero tampoco es un prodigio de potencia. Realiza el 0-100 en más de 12,5 segundos y la recuperación de 80 a 120 km/h en cuarta marcha lleva 12 segundos. Son números modestos pero que no desentonan con la propuesta familiar del Sandero.
Es un motor bastante parejo en rendimiento, algo mejor en la zona alta del tacómentro que en la baja, no brilla pero tampoco tiene baches importantes de par motor.
En ciudad, el andar es muy bueno y la suspensión blanda combinada con la dirección con mucha asistencia hace que no tengamos problemas de confort ni de maniobrabilidad. Se siente bien y es muy cómodo en el día a día urbano. Trabajar con la caja no presenta mayores inconvenientes (salvo un error en la costura del cuero de la selectora en nuestra unidad), ya que es precisa. La selectora es un tanto larga comparada con productos del grupo VW, por ejemplo.
En ruta, el nuevo Sandero se comporta mucho mejor que el Stepway. Las inestabilidades que encontramos en la versión aventurera acá están mucho más domesticadas, una vez más, producto de su altura normal. No deja de ser un auto blando, con inclinaciones cuando doblamos fuerte, pero nada que no deba esperarse dentro del segmento. De más está decir que no tiene aspiraciones deportivas.
Donde se notan mejoras respecto a la versión anterior es en los frenos. El Sandero 2015 frena muy bien, sin desviaciones y tiene asistente al frenado de urgencia que enciende automáticamente las balizas cuando nos paramos sobre el pedal. Obviamente, con el uso repetido se fatigan y pierden respuesta, pero es lo normal en una auto con frenos a tambor atrás.
Otra ganancia respecto al Sandero Stepway es en la insonorización. Las barras del techo y el tren de rodaje del Stepway generan algo de ruido, que en este Sandero está mucho más controlado. El ruido del motor también está bajo control, siempre y cuando no lo pasemos de vueltas.
Respecto a los consumos, el Sandero «normal» también se ve beneficiado por su menor altura, que mejora el coeficiente aerodinámico. En ruta a 100 km por hora tiene valores razonables de aproximadamente 6,3 litros cada 100 km, pero sube bastante cuando lo llevamos a velocidad de autopista (130 km/h) y ronda los 8,3 litros cada 100 km. En esto influye una quinta marcha tirando a corta, que a esa velocidad lleva el motor a 4 mil vueltas. En ciudad, los consumos rondan los 10 litros cada 100 km, un valor bastante correcto.
Resumiendo, el Sandero tiene una andar muy correcto sobre todo en ciudad, donde se lleva muy bien con las calles en mal estado. En ruta no presenta mayores problemas, si bien sus prestaciones son humildes. Respecto al Stepway, le saca bastante ventaja en la estabilidad y algo en los consumos. Pulgar arriba para el frenado, que mejoró bastante.
Llegando
Es uno de los modelos más esperados del mercado y no defrauda. Mantiene los atributos que lo hicieron exitoso, como el espacio interior superior al resto, y le agrega un diseño que mejoró mucho y le quitó un poco el aire low cost que arrastraba por su origen Dacia. Sigue siendo una propuesta apta para todo público, que quizás no despierte fanatismos pero que es muy racional. Un auto para todos los días y para todos los usos.
El interior es correcto, pero puede ser mejorado, sobre todo en la calidad de los plásticos y los asientos. De todas maneras está bien y compensa con bastante equipamiento de confort. En seguridad se queda algo corto, trae lo básico y le faltan algunas cosas, como más airbags (aunque sea como opcional) o anclajes para sillas infantiles. No ha sido probado por LatinNCAP y sería muy positivo que Renault patrocine un crash test, luego de algunos desencuentros con la organización.
En nuestra opinión, este Sandero Privilege es una mejor opción que el Sandero Stepway. Trae el mismo motor y casi el mismo equipamiento, pero el menor despeje del suelo lo hace más estable y de paso consume un poco menos. Las ventajas de la mayor altura del Stepway en general se utilizan no más de una o dos veces por año con alguna que otra salida a tierra; sin embargo la gente lo elige sobre la versión «normal» por gusto estético.
Como decíamos al principio, es muy probable que el Sandero encabece la remontada de las ventas de Renault en Argentina, sobre todo cuando el año que viene empiece a producirse en Córdoba. Sin dudas tiene con qué.
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