El Salón de San Pablo 2020 se encuentra en problemas: importantes marcas como Toyota, Chevrolet o el grupo PSA se bajaron de la cita paulista. Al igual que otros motor shows, el formato parece agotado. 

Los queridos y centenarios salones del automóvil se encuentran en crisis terminal en todo el mundo. Pensados como un lugar donde la gente podía conocer todas las novedades de la industria agrupadas, hoy el formato se encuentra obsoleto como tantas otras ferias, debido a la penetración de internet y las redes sociales.

Ya no hay necesidad de viajar a París o Ginebra para conocer las últimas novedades. Además, los llamados motor shows siempre fueron caros para las automotrices, ya que necesitan puestas en escena que cuestan varios millones de dólares. Por último, los eventos mal llamados tecnológicos -que sí tienen más sentido- llamaron la atención de algunos fabricantes, que buscan mimetizarse en compañías de movilidad. 

En esta parte del mundo había dos salones importantes, el de Buenos Aires (que se canceló el año pasado por la crisis y que ya no volverá) y el de San Pablo, que alternaban entre años pares e impares. El brasileño tiene fecha confirmada para fines de 2020, pero le están faltando jugadores.

La primera grande en bajarse fue Toyota, que adujo que prefería diversificar su presupuesto en distintos eventos a lo largo del año. Además, Toyota está invirtiendo mucho dinero en eventos deportivos, ya que comenzará a correr en la Stock Car. Toyota es la quinta automotriz en Brasil en términos de volumen y baja también a su marca de lujo, Lexus.

VW en el Salon de San Pablo
Volkswagen presentó en el último Salón de San Pablo 2018 el concept Tarok.

La segunda fue más grave, ya que se trata nada menos que de General Motors, cuya marca Chevrolet es líder del mercado brasileño y tiene el auto más vendido, el Onix. La baja de GM es un duro golpe para la cita paulista, ya que podría desencadenar la salida de otros como Ford, que por ahora está dentro.

PSA también se bajó, pero esto es más lógico, ya que en Brasil ninguna de sus marcas (Peugeot, Citroën o DS) tiene buena participación y la inversión es grande. En el Salón de San Pablo los importadores tienen más peso que en Buenos Aires y por eso también es un golpe la baja de BMW (y MINI), JaguarLand Rover, JAC y Volvo.

Las dos que todavía están dentro pero que podrían bajarse son la mencionada Ford y Renault. Confirmados están FCA (el mayor fabricante de Brasil con las marcas Fiat y Jeep), Nissan y Volkswagen, aunque en este caso su subsidiaria Audi podría no ser parte.

En tanto las marcas Caoa Chery, Honda, Kia, Mercedes-Benz, Porsche,Ferrari, Lamborghini, Maserati y Rolls Royce no han confirmado ni negado su participación, al igual que Hyundai, que tiene mucho peso en Brasil.

La empresa organizadora de San Pablo se llama Reed Exhibitions y lanzó un comunicado prometiendo «inversiones sin precedentes» para mejorar el retorno de las marcas, así como aplicaciones para que los visitantes junten puntos que podrán canjear por premios.


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