Volkswagen confirmó que hará una inversión para darle un rediseño a la Amarok y seguir vendiéndola, pese a que a nivel mundial llegará una nueva generación para los mercados centrales.
VW anunció ayer que inicia un nuevo ciclo de inversiones en Argentina para el período 2022-24, que incluye el ensamble en Córdoba de una moto de Ducati y un rediseño de su pickup Amarok. La Amarok es un producto global, que se comenzó a producir en 2010 en Argentina y que luego fue radicado también en Alemania.
Thomas Sedran, referente de vehículos comerciales en Volkswagen, dijo que una segunda generación de su pickup mediana era inviable, y por eso echó mano a una alianza con Ford, que será la encargada de producir la nueva Amarok en Sudáfrica. Las filiales argentinas no llegaron a un acuerdo y esa nueva generación de Amarok no acompañará a la nueva de Ranger, que sí se hará en Pacheco.
Amarok mk1 para largo
Es decir, Volkswagen Argentina se bifurcará del proyecto mundial de una nueva Amarok para meterle un rediseño a la actual y prolongarle su vida comercial. Esta movida no es nueva, muchas veces las automotrices producen simultáneamente dos generaciones de un producto, uno ya amortizado y otro de precio más alto, como la propia VW cuando lanzó el Gol Trend y renombró la generación anterior como Gol Power.
Desde la prensa especializada hemos criticado mucho esta maniobra en el pasado, sobre todo cuando la nueva generación no se ofrece, como cuando Peugeot renombró el 206 como 207 Compact mientras en Europa se lanzaba el nuevo. Ahora, entre los colegas, todos sospechábamos que esto era lo que iba a hacer Volkswagen y por eso vengo elaborando una idea hace tiempo, y es que en esta ocasión no me parece mala decisión.
No tengo dudas que la nueva Amarok (la nueva Ranger) será mejor que la actual, porque para eso se hizo un nuevo desarrollo, que cuesta varios millones de dólares. Pero la actual Amarok es un gran producto que lo que necesitaba era, justamente, una actualización, que es lo que promete hacer Volkswagen.
Lo que le falta a la Amarok
La Amarok tiene uno de los mejores chasis del segmento. Fue tan bien hecho hace más de 10 años que hoy todavía sigue siendo referente entre sus pares, lo que le da un comportamiento ejemplar en asfalto. Desde un comienzo, VW apostó por un producto pensado más para uso mixto que para off-road y esa fórmula fue sumamente exitosa, al punto que varios fueron suavizando sus camionetas con el correr de los años (y la competencia feroz).
Lo que le falta a Amarok es seguridad, porque viene con cuatro airbags como máximo y porque no ofrece asistencias a la conducción (ADAS) como sus rivales. Además necesita algunos chiches, como luces LED (Amarok sigue en xenón, algo que no se usa más) y, quizás, una pantalla más grande, algo no tan necesario para un usuario de pickups. El resto son detalles.
Lo que sabemos de la estructura de la Amarok en pruebas de choque se remite a 2010, cuando fue probada por EuroNCAP (la única vez que un auto argentino fue chocado en Europa) y se sacó 4 estrellas bajo un protocolo antiguo. Pero sabemos que la base es buena, más allá que hoy su nota sería bajísima, por lo contado anteriormente.
El diseño tampoco se ha quedado atrás, teniendo en cuenta que las pickups tienen ciclos más largos que el resto de los autos. De nuevo: la base es buena, porque las líneas de la Amarok son de las más logradas del segmento, con un ancho de trochas bien amplio y buen porte. Fue pensada grande en su momento y el segmento no creció en dimensiones como sí lo hizo en décadas previas. Con un lavado de cara le basta para seguir con buena demanda.
Luego hay cuestiones de gusto. Volkswagen apostó por una pickup «de calle» y le metió un motor de auto, que fue muy criticado en su momento, como la tracción integral (no 4×4 a demanda). Lo segundo fue un éxito y lo primero fue parcialmente subsanado con el motor 3.0 V6. Hoy varias otras marcas se han subido al tren de los motores más chicos.
Ahora cuenta con tres motores (2.0 mono y biturbo, V6), caja manual o automática, cabina simple o doble, tracción simple o integral. Es decir, tiene mejor oferta que varios competidores.
En pickups, continuidad garpa
Si bien el público siempre pide novedades, en el segmento de pickups la continuidad es valorada, sobre todo en flotas que tienen que atender muchas unidades. Algunas empresas hacen acopio de repuestos y por eso a veces hay renovación de todo el modelo, pero el motor sigue.
Superadas las dificultades iniciales (como embrague o el turbo), hoy Amarok es un producto conocido y bastante confiable, con defectos y virtudes, pero que sigue vigente. No sé cuántos años más podría tirar con los cambios que le harán, pero sospecho que no menos de cinco.
En este punto hay que estar atentos a qué hará Volkswagen con Brasil, mercado que ha sido muy bueno para Amarok pero que actualmente vende poco y nada, porque se discontinuó el motor 2.0. Demanda tiene, pero habrá que trabajar para que vuelva a ser importante en el principal mercado de exportación.
Industrialmente cierra
Por último, hay que decir que la posibilidad de Volkswagen Argentina de vender la nueva generación de Amarok hecha por Ford sonaba atractiva, pero ya sabemos que ese tipo de acuerdo puede terminar muy mal, como lo fue entre Daimler y Nissan por el lamentable caso de la Mercedes Clase X, que nunca llegó a hacerse en Córdoba pese a que se invirtió un montón de dinero.
La marca que produce es la que pone el precio industrial y la que compra tiene un margen muy pequeño para hacer negocios. Para Volkswagen Argentina es mejor mantener los puestos de trabajo actuales en Pacheco y tratar de pelear con un producto propio, que no será el más moderno pero que es rentable, porque está amortizado. La inversión para la actualización es mínima comparada con una nueva generación.
Mauro Osorio.
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