Durante la presentación del nuevo Argo, Fiat puso mucho énfasis en la seguridad del nuevo modelo, mostrando datos de pruebas de choque. Sin embargo, no podrá poner el sticker de 5 estrellas de LatinNCAP.
Tanto en la presentación regional que se hizo en San Pablo como en la local que se llevó a cabo el viernes pasado en provincia de Buenos Aires, Fiat hizo hincapié como pocas veces hemos visto en el tema seguridad del nuevo Argo (ver más). Por suerte, el tema comienza a ocupar cada vez más espacio en las presentaciones de nuevos productos para el Mercosur.
En San Pablo, Fiat mostró un esqueleto del nuevo Argo y marcó con distintos colores el tipo de acero utilizado. Según Fiat, el 75% de la estructura del Argo utiliza aceros no convencionales (acero de alta resistencia, ultra alta resistencia y hot stamping), lo que le da una elevada rigidez ante ante impactos. Hay que recordar que el sedán que Fiat está empezando a hacer en Córdoba utiliza la misma plataforma MP1.
El viernes, Fiat fue más allá y mostró imágenes de pruebas de choque privadas, además de datos de simulaciones hechas por computadora. Las imágenes correspondían a choques frontal, lateral y posterior, y mostraban resultados realmente alentadores. Fiat parece muy seguro de la seguridad de su nuevo producto.
El tema de la seguridad se ha instalado en la agenda. El lunes pasado, Volkswagen presentó en Brasil el nuevo Polo (ver más), un producto que competirá directamente con el Argo. Un día después, la organización LatinNCAP divulgó el crash test del Polo, patrocinado por la propia Volkswagen. Se sacó cinco estrellas, la máxima puntuación posible. Inmediatamente, al igual que ya lo hizo con el Up, Volkswagen le puso etiquetas al Polo en las que destacan el resultado en seguridad.
Es decir que, por suerte, la seguridad empieza a ser un asunto de marketing. Así como Fiat está confiada en su Argo, Volkswagen sabía perfectamente que el Polo se iba a sacar cinco estrellas, gracias a las pruebas privadas que también realizó. Por eso patrocinó la prueba en LatinNCAP, algo que no es nada barato, ya que las choques se hacen en Alemania.
En 2017, obtener cinco estrellas no es ningún desafío para una automotriz, ya que las casas matrices lo vienen haciendo hace muchos años en otros mercados. Si un auto no obtiene esta nota es porque la empresa así lo ha decidido, ya que la ingeniería ha avanzado muchísimo y ya no hay secretos en la materia.
En este punto hay que decir algo: que un auto no se saque cinco estrellas no quiere decir que no sea seguro, sino que no cumple todos los requisitos de una organización que no tiene ninguna entidad legal en estos mercados. Ajustarse o no a los estándares de LatinNCAP (que, a su vez, van cambiando) es una decisión empresarial como tantas otras. Esta es una de las razones por las que LatinNCAP reclama que sean los estados nacionales los que exijan pruebas de choque obligatorias.
El caso del Polo tiene sus particularidades. El nuevo protocolo de LatinNCAP dice que, para darle cinco estrellas a un auto, el modelo debe tener control electrónico de estabilidad ESP (o ESC) en todas las versiones que se venden en Latinoamérica. Si bien VW ya confirmó que en Argentina será así, en Brasil hay versiones con motor 1.0 que no tienen ESP.
Sin embargo, el protocolo también señala que:
«LatinNCAP permite considerar el ESC como “presente” en tanto se cumplan a la vez las siguientes condiciones: ESC estándar en la versión más vendida o al menos en una cantidad de unidades igual a la de la versión más vendida considerando todas la versiones disponibles. Además el ESC debe ser un opcional independiente por si cualquier consumidor quiere disponer de él en forma individual sin tener que comprar otros elementos y finalmente en un máximo de 2 años de publicado el modelo todas las unidades del mismo deben tener ESC estándar«.
El primer punto es el más discutible, dado que es difícil saber de antemano cuáles serán las versiones más vendidas, a menos que la automotriz tenga decidido restringir la oferta de alguna. La clave, sin embargo, está en el segundo punto y es el de ofrecer el control de estabilidad como un opcional independiente. Con esto, el cliente tiene la libertad de elegir este elemento fundamental de seguridad.
Y esa es una de las razones por las que Fiat no podrá aspirar a las cinco estrellas de LatinNCAP para el Argo. Es curioso, porque Fiat ha sido históricamente una de las marcas más dispuestas a ofrecer todo tipo de opcionales, de manera que el cliente pueda configurar el producto a su gusto. Sin embargo, en el Argo entrada de gama (versión Drive) no puede optarse por control electrónico de estabilidad. Las otras dos versiones (Precision y HGT) sí disponen de este equipamiento de serie.
Es decir que, si LatinNCAP eventualmente confirma que la estructura del Argo es segura como lo muestra Fiat, será una decisión del equipo de marketing de la marca que el Argo no venga con el sticker de las cinco estrellas. Eso no quiere decir, como ya dijimos, que el Argo no sea seguro. La propia FCA utiliza estos stickers en otro producto del grupo: el Jeep Renegade trae en Argentina la etiqueta que destaca las cinco estrellas que se sacó en 2015.
Por último, aquí también hay estrategias de mercado. Volkswagen ya ha dicho que el nuevo Polo deberá llegar al menos 18 mercados fuera de Brasil y esa debe ser una de las razones por las que incluyó otro elemento de seguridad muy poco común en el Mercosur: estructura deformable que protege a los peatones en caso de colisión.
Este requisito está lejos de ser obligatorio en el Mercosur, pero en otros mercados sí se exige y Volkswagen está mirando más allá del Atlántico. En este sentido, el sticker de las cinco estrellas de LatinNCAP no es obligatorio, pero da chapa.
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