El futuro llegó. Pudimos hacer un largo test drive con el Grand C4 Picasso, nuevo tope de gama de Citroën en el país. Mucha tecnología, gran motor y bajos consumos. Fotos y videos.
Escena 1: llave en el bolsillo, llevamos los bolsos al baúl, que se abre con solo apretar un botón. Entramos al auto, nos sentamos, cinturón y arrancamos con un botón sin sacar nunca la llave del bolsillo. Tocamos dos botones en la pantalla, ponemos primera, soltamos el volante y el auto hace solo la maniobra para salir del estacionamiento.
Los hermanos C4 Picasso (cinco asientos) y Grand C4 Picasso (siete asientos) llegaron a Argentina para ser los nuevos referentes de la Créative Technologie de Citroën. Se ubican en el tope de la gama en el país con precios que van desde los $382.303 a los $408.155 (el único modelo más caro es una versión del C4 Aircross) y está a la venta desde principios de mayo. CarsDrive lo pudo manejar una semana por la ciudad y provincia de Buenos Aires.
- Grand C4 Picasso HDI 115 MT6 Tendance Pack.
- Origen: España.
- Precio: $408.155.
- Garantía: 2 años sin límite de kilometraje.
Exterior
Antes que nada: el C4 Picasso (nos referiremos así aunque el modelo probado sea el Grand C4 Picasso) llama la atención. Cuando vimos las primeras imágenes del modelo pensamos que se trataba de un concept y no de un modelo de producción. Esto, dicho de un monovolumen familiar, nos parece debe ser un elogio: los vehículos con este tipo de carrocería no se caracteriza por diseños jugados ni vanguardistas. Donde la mayoría suele tener déficit, el C4 Picasso se anota su primer poroto.
Eso, obviamente, no quiere decir que a todo el mundo le guste. Lo innegable es su carácter futurista en todas las vistas, pero sobre todo en el frontal. Sus luces en tres tres líneas horizontales bien marcadas y la parrilla muy pequeña son las principales responsables de darle ese aspecto de auto del futuro.
Si bien los dos modelos (C4 Picasso y Grand C4 Picasso) tienen varias diferencias (empezando por las ópticas y parrillas) es en la vista lateral donde las líneas de diseño son más distintas. Mientras la versión para cinco pasajeros pone el acento en la caída del techo (a través de un recargado parante C), el Grand C4 Picasso es más “normal”, con el techo más plano para dejar lugar lugar a las cabezas de los pasajeros 6 y 7.
Atrás, el Grand C4 Picasso no deja de ser llamativo pero se destaca menos que su compañero de 5 asientos. La diferencia viene principalmente por el lado de las ópticas, que en este caso tienen un particular diseño partido pero que pierden el efecto 3D del C4 Picasso.
A nosotros el diseño del Grand C4 Picasso nos gustó mucho y pudimos comprobar en la semana que lo manejamos que su diseño futurista no pasa desapercibido por las calles argentinas.
Interior
Escena 2: Autopista. Viaje de noche. Atrás, dos pantallas entretienen a los chicos. El acompañante se relaja, reclina un poco el asiento y aprieta un botón. De abajo del asiento sale una plataforma similar a la de los coche-cama para levantar las piernas. Otro botón activa el masajeador lumbar. Reclinado, mira las estrellas a través del techo de vidrio.
Si por fuera Citroën se preocupó por darle un estilo futurista al Grand C4 Picasso, imaginensé adentro. Un monovolumen familiar necesariamente debe poner énfasis en el confort interior y se sabe que los franceses saben cómo relajarse. Sin temor a caer en lo barroco, Citroën apela a prácticamente todos los recursos de la industria automovilística actual para hacer del interior del C4 Picasso un ambiente confortable y muy high tech.
No hay dudas, lo que pega primero son sus dos enormes pantallas ubicadas al medio del tablero, la más grande (nada menos que de 12”) orientada al conductor. Esta será la encargada de mostrar toda la información necesaria para el manejo, y puede configurarse de varias maneras (y hasta con diferentes estilos) de acuerdo a la necesidad o gusto del conductor. En este sentido, hay que decir que tantas opciones obligan al conductor a tomarse unos minutos antes de arrancar por primera vez para familiarizarse con toda la información que muestra la pantalla. Nosotros estuvimos más de un minuto para darnos cuenta si las luces bajas estaban prendidas o apagadas.
La otra pantalla es un poco más chica y es táctil. Sirve para comandar todo el entretenimiento, el navegador satelital, el climatizador y los asistentes varios, como el de estacionamiento. Por suerte, tiene algunos botones “físicos” y siempre se puede apelar a los comandos satelitales en el volante, que también son muchos. El equipo de audio JBL suena espectacular.
Más allá del tiempo que lleva amigarse con tantas novedades, hay que decir que la posición de manejo es fácil de encontrar y los asientos son muy cómodos y ergonómicos. Únicamente el apoyabrazos de la puerta queda un poco lejos. La visibilidad es muy buena hacia adelante (gracias, en parte, al parante A desdoblado en dos) y hacia atrás tiene los límites de un vehículo de este tamaño. Pero Citroën pensó en todo y dotó de cuatro cámaras al C4 Picasso, que permiten obtener en la pantalla grande una extraña visión de 360º, muy útil para las maniobras en espacio reducido. También se puede optar por utilizar solamente alguna de estas cámaras.
Atrás, el espacio es suficiente para tres adultos y cada uno dispondrá de una butaca individual que se reclina y se mueve hacia adelante y hacia atrás para hacer lugar a las piernas. Hay todavía una tercera fila de asientos escondida debajo del piso del baúl, que es totalmente plano. Para habilitar las dos sillitas extras, sólo hay que tirar de una correa y cada asiento estará listo en un segundo. El espacio disponible es sólo apto para niños y las sillas ocupan gran parte del espacio del baúl. La rueda de auxilio tuvo que ir a parar al exterior del auto y es de tipo temporal.
Detallar todo el equipamiento del C4 Picasso nos llevaría una nota entera, así que remitimos a la ficha técnica (C4 Picasso y Grand C4 Picasso). Sólo diremos que en el caso del C4 Picasso, se nota bastante la diferencia entre los dos niveles disponibles, ya que gran parte de los lujos están en el Tendace Pack. El Grand C4 Picasso viene sólo en versión full.
La habitabilidad del Grand C4 Picasso es otro de sus puntos fuertes. Los 2,74 metros de distancia entre ejes dan un excelente espacio a los pasajeros de la segunda fila de asientos y deja espacio para un buen baúl, en caso de que no utilicemos la tercera fila de asientos. Todo en este auto es configurable para adaptarlo mejor a cada usuario.
Seguridad
El equipamiento de seguridad no tiene baches: seis airbags, abs con asistente al frenado de emergencia, control de estabilidad y tracción, ayuda a la salida en pendientes, antinieblas delanteros y traseros y tres anclajes isofix para sillas infantiles, entre otros.
En marcha
El C4 Picasso no tiene opciones en cuanto a mecánica. Viene con el conocido motor diésel 1.6 HDi de varios modelos de PSA Peugeot Citroën, con turbo de geometría variable e inyección directa common rail. Brinda 115 caballos a 3.600 vueltas y 270 Nm de torque a partir de las 1.750 rpm. La caja también es una sola: manual de seis marchas.
En el caso del motor, la falta de opciones no es un problema a menos que el cliente tenga verdadera animosidad por los motores diésel. Hace mucho que no manejamos un vehículo con tan buen maridaje mecánico. El motor diésel con su generoso torque a tan bajas vueltas mueve excelentemente bien al C4 Picasso y con niveles de consumo y autonomía (tanque de 55 litros) que lo convierten en un aliado perfecto para viajes largos en familia.
Que no haya una opción con caja automática sí es un verdadero pecado. Un auto con tanto confort y tecnología pedía a gritos una caja que permitiera al conductor también tener un poco de descanso. Se sabe que Citroën está haciendo malabarismos para que al C4 Picasso no lo agarre el segundo escalón del impuestazo interno, y probablemente una caja automática haya sido inviable con tan poco margen de maniobra. También se sabe que en los planes teóricos de la marca está ofrecer el motor naftero THP (otro clásico de PSA) con caja automática, pero en este momento es imposible asegurar que finalmente llegue.
También es probable que para la mayoría de los clientes la ausencia de una opción automática no sea un limitante. En este sentido, la elasticidad y torque del motor ayuda a que no sean necesarios muchos cambios de marcha en el tránsito cotidiano.
El motor no es ruidoso y el tratamiento acústico del C4 Picasso es excelente. Se mueve muy bien en ciudad y la dirección eléctrica permite maniobrar sin mayores problemas a pesar de sus más de 4 metros y medio. Y si uno se complica, el asistente de estacionamiento automático lo soluciona todo muy fácilmente (ver video abajo). La suspensión está orientada al confort y hace un buen trabajo, aunque con algo de rebote en el caso del eje trasero.
En ruta tiene el aplomo de un auto de tanta envergadura y su buena aerodinámica hace que las velocidades no se sientan. Sin darse cuenta, uno puede encontrarse manejando a velocidades por encima de las permitidas en cuestión de segundos. La sexta marcha está pensada más que nada para bajar las revoluciones (y por consiguiente, el consumo), pero como dijimos antes, el motor tiene tan buen torque que en autopista uno puede adelantar sin necesidad de rebajes.
Lo ya dicho sobre los consumos: son excelentes. En nuestra estadía en Buenos Aires, con tránsito urbano (y cortes) y semi urbano más viajes al interior por autopista y ruta común, nunca subió de los 6,3 km/l.
Llegando
Escena 3: después de un largo viaje, hasta la maniobra más sencilla de estacionamiento puede ser tediosa. Pero al conductor del C4 Picasso le basta con apretar un botón, poner el guiño del lado que va a estacionar y el auto se va a encargar de hacer toda la maniobra. Al final le advertirá: “ahora toma el volante”.
Las escenas descritas parecen futuristas, pero se trata de un auto que ya está a la venta en nuestro mercado. Muchos chiches ya están presentes en otros productos, pero en pocos se encuentran todos juntos y tan a la vista. El C4 Picasso muestra orgulloso todas las capacidades de la invención tecnológica.
Habrá quienes no se sientan cómodos con tanto despliegue, y para ésos está la sobriedad alemana. Para los otros afortunados, subirse a un C4 Picasso es mirar por la ventana del futuro para imaginar que en algún momento todo ese arsenal estará disponible en la mayoría de los autos y no solamente para los tope de gama.
La ausencia de opciones mecánicas es lo único que desentona un poco en este nivel de vehículos, pero por suerte Citroën se decantó por la opción diésel, un motor perfecto para este monovumen familiar y con niveles de consumo realmente bajos.
El C4 Picasso es un auto para subirse y disfrutarlo desde adentro por muchos kilómentros. Nosotros ya lo estamos extrañando.
Videos
Estacionamiento automático
Portón trasero automatizado
- Fotos dinámicas y video: Marina Soutric. (https://www.flickr.com/photos/marmarina)
- Foto estática: Mauro Osorio.
- Producción: Luis Ortellado.
- Gracias a Maite Melero y Sebastián Snihur.
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