Toyota presentó en Ginebra su nuevo crossover del segmento B llamado C-HR. Apunta directamente al Honda HR-V y por el momento no se sabe si llegará al Mercosur.
En una época en que es normal que se diga que todos los autos son iguales, Toyota parece haber roto el molde con su nuevo crossover C-HR. Si bien se notan muchas influencias por aquí y por allí, el resultado final es bastante llamativo y genera una rápida identificación, te guste o no.
En varias notas venimos contando que extrañamente, Toyota no tiene -tenía- presencia en el pujante nicho de los SUV’s del segmento B. Hasta ahora: si bien el Toyota C-HR no es un SUV’s hecho y derecho, toma parte del ADN aventurero para crear este crossover que parece apuntar especialmente al Honda HR-V y otros modelos japoneses, como las distintas propuestas de Nissan (Kicks, entre ellas).
Como decíamos, no es un diseño 100% original pero el conjunto resulta más que interesante. Frente bien recargado y futurista, línea de cintura ascendente, un diseño de puerta trasera que hace acordar bastante a HR-V y remate trasero con mucha deportividad. La idea, como ya es moda en en diseño actual, es darle aspecto de coupé escondiendo las manijas de las puertas traseras y dándole mucha caída al techo.
El nuevo Toyota C-HR utiliza la misma plataforma del auto de híbrido Prius, llamada TNGA (Toyota New Global Architecture). Mide 4,35 metros de largo, 1,79 de ancho y 1,55 de altura, con una distancia entre ejes de 2,64 metros. El diseño es producto de la cooperación de tres unidades bajo el mando de Kazuhiko Isawa.
Los motores serán varios, bajo la premisa del ahorro de combustible. En Europa el Toyota C-HR se ofrecerá con motor 1.2 turbo que entrega 115 caballos, combinado con una caja manual de sexta o CVT. La tracción podrá ser simple o integral. En otros mercados como los Estados Unidos se ofrecerá con motor atmosférico 2.0 de 147 caballos, con caja CVT.
Por supuesto, acorde a los tiempos que corren, hay versión híbrida con un motor 1.8 Atkinson de 122 CV combinado con uno eléctrico, para lograr cifras de emisiones de 90 g/km de CO2.
Respecto a la producción, por ahora se sabe que se hará en la planta turca de Sakarya para abastecer a Europa y Estado Unidos. Por ahora Toyota no mencionó otros mercados, por lo que su llegada al Mercosur es un misterio.
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