Citroën C4 Cactus

Prueba de manejo con el último éxito de Citroën: C4 Cactus hecho en Brasil. Probamos la versión Feel Pack con motor 1.6 de 115 CV, de buen desempeño gracias a su bajo peso. 

Allá por 2015, Citroën presentó en Argentina el C4 Cactus. Se trataba de un hatch aventurero que enseguida logró hacerse conocido gracias a sus particulares airbumps, unas almohadas de gama inyectada que iban en las puertas y paragolpes, para evitar abolladuras en pequeños toques urbanos.

Eso era en teoría, pero en realidad lo que lograban era llamar mucho la atención, sobre todo cuando el color del auto era blanco y los airbumps, chocolate. Citroën decía por esos mismos días que su destino como marca dentro del grupo PSA era ofrecer vehículos disruptivos, atractivos y originales.

Ese C4 Cactus se hacía en España y, mientras todos hablaban de su diseño, a mí me gustó mucho su excelente motor 1.2 turbo de 110 CV, que empujaba a lo loco con sus 205 Nm de torque. Su interior tenía algunas particularidades: entre lo bueno, el uso de detalles de cuero y otros materiales nobles; entre lo malo, las ventanillas traseras que no bajaban.

Luego, en 2018, en plena crisis del mercado argentino, llegó el C4 Cactus Mercosur, hecho en Brasil. El diseño pasó a ser más convencional (algo que también pasó en Europa), se cambió el motor y todo el interior, y se levantó la suspensión para venderlo como un SUV del segmento B, uno de los nichos más calientes del mercado.

Por gentileza de la gente de Avec, pude manejar una unidad con motor 1.6, el más vendido de la gama.

Citroën C4 Cactus Feel pack Vti 115

  • Origen: Brasil
  • Precio: $1.198.500 (desde $924.500). Hay una bonificación de 70 mil pesos disponible en noviembre.
  • Garantía: 3 años o 100 mil kilómetros

Por fuera

Citroën C4 Cactus
Así es ahora.
Citroën C4 Cactus
Y así era antes, cuando venía de España. Miren esa curva perfecta entre capó y «parrilla».

A mí el C4 Cactus anterior me gustaba, no puedo negarlo porque lo dije en la presentación. Sobre todo me encantaba la redondez del diseño, limpio, futurista, combinado con esas llantas que podrían quedar en nuestra memoria como otros clásicos del pasado. ¿Cuántas llantas de la actualidad no olvidaremos?

La cuestión es que a los que nos gustó ese diseño fuimos los menos, y Citroën lo cambió tanto acá como en Europa. El nuevo es más convencional, más digerible para la mayoría, un auto más masivo y menos de nicho. A mí entender es casi otro auto y también es atractivo a su manera, aunque mucho menos original.

Y aquí aparece un punto: si no hubiésemos conocido el C4 Cactus original, este modelo quizás nos atraería más, pero ahora nuestra cabeza siempre lo comparará con el primero.

Citroën C4 Cactus

La realidad es que no le está yendo mal a Citroën con el nuevo C4 Cactus y ya es el auto más vendido de la marca en Argentina, con bastante ventaja. El objetivo de camuflarlo con el segmento de los B-SUV salió bien y hoy es una opción más, quizás de las más atractivas, en un nicho en el que muy pocos ofrecen real capacidad off-road. 

A mí la moda de los autos levantados no me gusta, pero no tiene sentido pelearse con una moda. La gente quiere agacharse menos, que el auto no toque en las calles en mal estado y, sobre todo, que su auto se vea como una camionetita.

Todos los ángulos del C4 Cactus son atractivos, con la vista 3/4 trasera como una de las estrellas, lo mismo que las luces en tres niveles, otro recurso muy de moda en la actualidad. En definitiva, es un auto sin dudas atractivo y que se distingue un poco de los clásicos SUVs de silueta excesivamente cuadrada.

Por dentro

Citroën C4 Cactus
Así es el nuevo interior.
Citroën C4 Cactus
Así era el anterior, con detalles de todo tipo y un instrumental muy polémico.

Curiosamente, el interior es lo más polémico y, a la vez, menos polémico que el anterior. Repasemos: el español tenía un diseño retro-chic con detalles en materiales poco comunes, como tiradores de puerta de cuero, entre varios otros. Además, tenía un ultrapolémico instrumental que apenas daba información. Ni hablar de las mencionadas ventanillas traseras pivotantes.

El nuevo, comparativamente, es conservador. Así y todo tiene ese otro instrumental que no gusta, usado por varios modelos de la marca, como Berlingo. A mí particularmente no me molesta, pero la realidad es que la información no se ve claramente (las rpm por raya son un invento difícil de digerir). Estoy seguro que, fuera del periodismo especializado, poca gente le da tanta bola a esto.

Sí me molesta un pocos los pocos botones físicos para la pantalla multimedia (y climatización). Lo he dicho muchas veces de modelos como el Renault Kwid: a los botones y perillas los podemos accionar sin mirar la pantalla, algo imposible cuando todo es táctil. Por suerte, en el C4 Cactus hay comandos al volante, lo facilita algunas funciones, pero no todas. Es un típico caso donde una supuesta modernidad complica algo que no tenía problemas (y afecta la seguridad).

Citroën C4 Cactus

El espacio es bueno, para cuatro adultos es razonable y tiene un baúl decente, de 320 litros muy bien aprovechables. Es más o menos la media de un hatch nuevo del segmento, con 2600mm de distancia entre ejes. En general se lo siente confortable y se agradece que ahora las ventanillas traseras bajen.

La calidad de terminación ha bajado mucho con el cambio de origen, los plásticos son los típicos esta parte el mundo, sin desentonar mucho en el segmento, aunque productos como Renegade, Tracker o HR-V estén bastante por arriba. La insonorización es correcta en ciudad, pero en ruta podría mejorarse un poco, como suele ocurrir en los autos levantados. Siempre hay que recordar que, para la aerodinámica, cuando más pegado al suelo, mejor. A menos que sea un avión.

Citroën C4 Cactus
Baúl de 320 litros muy utilizables con una boca bien ancha y respaldos traseros abatibles por tercios.

El equipamiento es bueno, con control de estabilidad en todas las versiones y, en esta, con 6 airbags, pantalla de 7″ con Android Auto y Apple CarPlay, climatizador digital, control de velocidad crucero, cámara de retroceso (le faltan sensores) y volante regulable en altura y profundidad. La versión más cara se destaca por el pack Drive Assist, que incluye alerta de colisión y asistencia activa al frenado.

Como resumen, podemos decir que por dentro el C4 Cactus es cómodo, amplio para su segmento, de calidad de terminación intermedia, bien equipado y bastante lindo. Por supuesto, se le pueden pedir muchas cosas más en este segmento, como el techo solar o detalles en cuero.

En marcha

Citroën C4 Cactus

Hay dos motores disponibles: todas las versiones menos una vienen con el conocido motor 1.6 16V Vti de 115 CV y por eso pedimos esta a la gente de Avec esta versión. El otro es el conocido 1.6 THP turbo de 165 CV, un caño, pero de un precio más alto ($1.431.500 con techo bitono).

Los 115 CV pueden parecer pocos pero no lo son. O sea: no son mucho, pero no desentonan para nada en el segmento. Recordemos que hoy por hoy la estrella es el Volkswagen T-Cross, que sólo tiene 110 CV para 1.700 kg y muy bien se vende. Este C4 Cactus pesa apenas 1.250 km, por lo que su relación peso/potencia es de las mejores del segmento.

En general se mueve bien, tanto en ciudad como en ruta, sin descollar en ningún momento. El motor empuja mejor arriba que abajo y se puede lograr buena velocidad final si uno tiene paciencia. La caja de quinta tampoco ayuda, ya que una relación más le hubiese permitido unas relaciones más cortas y mejores recuperaciones.

Citroën C4 Cactus
El motor 1.6 Vti no desentona en el segmento, ya que es equivalente a los de VW, Renault y Nissan, entre otros.

Una paradoja de este tipo de vehículos «aventureros» -se los denomina SUVs o crossovers– es que donde mejor funcionan es en ciudad. Este C4 Cactus tiene una puesta a punto bastante blanda que lo hace ideal para el día a día en ciudad de calles rotas. El andar suave es una característica que uno espera en un Citroën.

En tierra sorprende con un desempeño más que aceptable, absorbiendo muy bien los caminos rotos. Por supuesto, en barro u otras situaciones de baja adherencia no tiene mucho que hacer con tracción delantera y neumáticos de asfalto, pero mientras el camino esté firme se puede circular a buena velocidad.

En ruta anda bien, pero a la combinación despeje alto, suspensiones suaves y dirección eléctrica con mucha asistencia hacen que por momentos se sienta muy blando. No tiene mal comportamiento, pero cuesta encontrarle el límite a la hora de doblar. Cuando lo forzamos en curvas enseguida comienza a actuar el control de estabilidad, que viene de serie como debe ser.

Los consumos son bastante buenos en ruta a no más de 110 km/h, con alrededor de 6,5 litros cada 100 km, pero suben bastante cuando vamos a velocidad de autopista, como todos estos vehículos levantados (casi 9 litros cada 100 km). En ciudad puede subir hasta arriba de los 10, dependiendo mucho del uso y el tráfico.

Llegando

Citroën C4 Cactus

En la competencia de los B-SUVs el C4 Cactus corre de atrás pero avanza sin pausa. Cada vez se lo ve más en la calle y pelea por alcanzar a productos como Nissan Kicks o Renault Captur. Su diseño es uno de sus fuertes, porque se ve bien y porque no repite tanto la fórmula del segmento. Digamos que es uno de los únicos que se distingue en un nicho cada vez más homogéneo.

En el resto de los ítems está parejo con el resto, lo que puede ser bueno o malo. Quitando el diseño -que es lo más subjetivo-, no tiene un plus para ofrecer, salvo en la versión con motor 1.6 THP, que junto a su primo el Peugeot 2008, son los de mejor relación peso/potencia. Tampoco es menos que los otros. Su precio está en la media del segmento.

Es una opción bastante equilibrada para quien quiere un auto cómodo, suave y confortable para el día a día, con un diseño atractivo. La competencia en el segmento es feroz.


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