Test drive del Fluence 2015, una de las novedades más importantes de Renault fabricada en Córdoba. Probamos la versión Privilege con el motor 2.0 y la caja manual de sexta.
- Renault Fluence Privilege 2.0 manual
- Origen: Argentina (Córdoba)
- Precio: $ 269.800
- Garantía: 3 años o 100 mil kilómetros, lo que ocurra primero.
El año pasado, Renault Argentina decidió darle su primer restyling importante al Fluence, el sedán del segmento C que se fabrica desde el año 2010 en la planta que la automotriz posee en Santa Isabel, al sur de nuestra ciudad de Córdoba. Anteriormente, en 2013, había modificado un poco el interior y el equipamiento, cambios que en la mayoría continúan hasta hoy. Podríamos decir que en 2013 cambió el interior y ahora cambia un poco su aspecto.
En lo que hace a la mecánica, no hay novedades. Siguen los dos motores conocidísimos, el 1.6l 16 v K4M de 110 CV y el 2.0l 16 v M4R de 143 Cv, de origen Nissan, que es el que equipa a la versión probada. Las cajas disponibles son tres: manual de quinta para el 1.6; mientras que con el motor 2.0 se puede optar por la manual de sexta o la automática de tipo variador continuo CVT con programa de seis marchas.
La unidad probada corresponde al nivel de equipamiento Privilege, que es el tope de la gama anunciada por Renault el 7 de enero (hace sólo 14 días), luego de que el gobierno aumentara un 15% el límite a partir del cual los autos pagan impuestos internos. Sin embargo, hay dudas en el corto plazo respecto a la comercialización de las dos versiones Privilege, ya que la mínima diferencia entre versiones manual y automática (5 mil pesos) nos hace sospechar de su disponibilidad real en mercado, algo similar a lo que pasaba con otros autos antes de la modificación de los impuestos internos y que explicamos en esta nota.
De todos modos, en lo que respecta a esta prueba, los comentarios son válidos también para la versión Luxe. El equipamiento diferenciador entre ambas versiones es el control de estabilidad ESP, que desde nuestro punto de vista es importantísimo pero que no influye en el resultado de la prueba; sí en la valoración general del auto. Otras diferencias entre las dos versiones son los airbags de cortina, el control de tracción, las llantas de 17″, los espejos plegables eléctricamente con luz de giro, el tapizado bi-tono y los apliques cromados.
Exterior
El Fluence fabricado en la planta de Santa Isabel, recibió a fin de 2014 un ligero restyling de mitad de vida. Si bien el rediseño es leve y en esencia es exactamente el mismo auto, los cambios han sido para bien y mejoraron el aspecto excesivamente señorial de la versión anterior. Si bien sigue siendo un auto bien grande, orientado a un público netamente masculino y de edad mediana, ahora tiene un poco más de agresividad en la mirada, que lo hace elegible por una franja más amplia del mercado.
Los principales cambios son en la parte frontal, con nueva parilla, el logo más grande, nuevos grupos ópticos, nuevo capó y la utilización de luces diurnas LED en la parte inferior, como marco a los proyectores antinieblas. Lamentablemente, estos LED’s que tan bien le sientan al Fluence no vienen de serie sino a partir de la versión Luxe.
Tanto de perfil como de atrás, los cambios son menores y no modifican en esencia el aspecto del Fluence. Sigue un bote, como se dice en la calle, en gran parte gracias a sus enormes voladizos (sobre todo el trasero) y a sus líneas que no bajan nunca y que terminan en un baúl apto para ocultar varios cuerpos. Es bastante común ver a estos autos adaptados a GNC y -con tubo de gas incluido- el baúl del Fluence sigue siendo amplio.
En definitiva, estéticamente el Fluence sigue siendo el mismo de siempre pero ahora un poco más desafiante, más agresivo y más viable para un público un poco más joven. Desde nuestro punto de vista los cambios estéticos han sido para mejor y le sentaron muy bien al Fluence 2015.
Por dentro
Adentro los cambios son menores y la mayoría ya se habían estrenado en 2013. La gran novedad es el nuevo instrumental digital, que incorpora el volocímetro en números al medio y el tacómetro analógico a un costado.
El interior del Fluence 2015, al igual que su exterior, expresa claramente a quién está dirigido este producto. Es sobrio, sencillo, cómodo y amplio. La posición de manejo es fácil de encontrar gracias a las múltiples regulaciones de asiento (manual) y volante. Hay espacio de sobra para el conductor y uno rápidamente se siente cómodo en la butaca. La visibilidad general es buena si tenemos en cuenta que no es un auto pequeño. Los sensores de estacionamiento con gráficos en la pantalla central se vuelven fundamentales en el día a día.
La calidad de terminación habla muy bien de los trabajadores de Santa Isabel. En general, al Fluence se lo nota bien terminado, sin defectos a la vista y con encastres bastante bien logrados. Posee plásticos blandos en la parte superior del tablero y otros de menor calidad en las zonas bajas y contrapuertas. Los asientos son cómodos, con algo de sujeción lateral y hay varios portaobjetos distribuidos entre las puertas y el centro del auto.
En las plazas traseras el espacio también es cómodo y se valora mucho la salida de aire en el centro. El espacio para las piernas es amplio gracias a los 2,7 metros de distancia entre ejes, no tanto así el dedicado a la cabeza de los pasajeros de atrás, ya que la pronunciada caída del techo hace que las personas de más de metro ochenta vayan rozando el techo.
Lo que menos nos gustó del interior del Fluence 2015 es lo que podríamos englobar como el equipamiento multimedia. La pantalla táctil se ve bien pero queda lejos de la mano y los comandos detrás del volante no funcionan como uno esperaría, salvo los de bajar y subir el volumen. La tarea básica de pasar de estación de radio nos resultó engorrosa y terminamos recurriendo al comando manual old school, al que seguro echarán mano muchos usuarios del Fluence. La calidad de sonido del equipo de audio sí es destacable, en parte debido a los cuatro parlantes y dos tweeters.
Conectar el teléfono celular por bluetooth fue sencillo pero no logramos hacer streaming, es decir, escuchar la música que tenemos en el celular, quizás por torpeza nuestra. Hicimos cinco llamadas con dos celulares distintos y en todos los casos escuchamos muy bien pero tuvimos que gritar para que nuestros interlocutores nos entendieran.
Lo curioso del caso es que modelos más económicos de Renault vienen con el sistema MediaNav, que claramente es más intuitivo y moderno que el del Fluence. Seguramente no es barato para la marca cambiar un sistema por otro (por las adaptaciones del tablero) pero creemos que antes del fin de esta generación del modelo habrá tiempo para mejoras.
Respecto al nivel de equipamiento se destacan el control de estabilidad y tracción (lamentablemente ésta es la única versión que posee y si Renault la discontinúa será un faltante importante), asistente de frenado de emergencia, anclajes isofix para sillas infantiles, el ingreso y arranque por botón (viene en todas las versiones menos la de ingreso de gama y es realmente cómodo), el techo solar eléctrico y el climatizador con salida trasera. Los faltantes, teniendo en cuenta su segmento, podrían ser asistentes de salida en pendientes, faros de xenón y cámara de retroceso. Ninguno de ellos es fundamental.
La conclusión respecto al interior es que es muy cómodo y amplio, sobrio, bien equilibrado y con buen equipamiento. Los usuarios amantes de la tecnología quizás se sientan un poco decepcionados con el equipamiento multimedia, aunque también es probable que el comprador medio del Fluence ni siquiera lo note.
En marcha
Vamos a lo que más nos interesa: ¿cómo anda el Fluence 2015? Los comentarios de esta sección están hechos en base a esta prueba y a las muchas otras ocasiones en que manejamos este auto, ya que mecánicamnte no ha cambiado nada.
El motor es conocido dos litros de 16 válvulas desarrollado por Nissan, que entrega 146 caballos a 6 mil vueltas y 196 Nm de torque a 3.700 rpm. Este último dato es importante porque se puede sentir claramente cuando el motor llega a su punto de máximo par y empieza a empujar con fuerza. Por debajo de las 3 mil vueltas es el único rango en que se lo siente un poco flojo.
Se trata de una mecánica potente y bien equilibrada que mueve los 1.300 kilos del Fluence con total soltura. La caja de sexta le viene como anillo al dedo para bajar un poco las revoluciones cuando vamos lanzados en autopista. Las relaciones son muy apropiadas y la selectora sumamente precisa, lo que hace que uno nunca esté renegando con las marchas del Fluence. En otras oportunidades hemos probado también este motor con la caja automática de tipo CVT y los resultados también son excelentes, con un funcionamiento muy equilibrado entre velocidad en los cambios y confort de marcha.
El conjunto dirección-suspensión también es muy equilibrado. La dirección eléctrica variable quizás tenga demasiada asistencia para algunos, pero la mayoría valorará el plus de maniobrabilidad en espacios reducidos. La suspensión es de la que más nos gusta dentro de su segmento (quizás por debajo del Vento y ahí con el Focus, todo es discutible) por su punto medio entre la suavidad que brinda en ciudad y la seguridad que transmite en ruta. El Fluence es de esos autos en los que uno puede tomar una curva rápida sin soltar el acelerador y sin empezar a rezar en la mitad del trayecto.
Las prestaciones del Fluence 2.0 son muy buenas sin pretensiones de deportividad. Llega a 100 km/h desde 0 en torno a los 10 segundos, la recuperación de 80 a 120 km/h en cuarta marcha también ronda los 10 segundos (en quinta casi 12) y la velocidad máxima llega a los 200 km/h según declara la marca. Nosotros soltamos un poco antes y todavía restaban vueltas en el tacómetro.
Los consumos que pudimos medir son solamente orientativos. Ronda los 7,3 litros a 110 km/h, 8,5 a a velocidad de autopista y se dispara un poco en ciudad, arriba de los 11 litros. Renault declara valores bastante inferiores a éstos. Un detalle a mencionar es el del medidor de combustible: si bien en general nos gustó el tablero digital (seguramente muchos reclamarán un velocímetro analógico), en el caso del combustible las marcas por sextos son demasiado amplias (la capacidad del tanque es de 60 litros, por cierto, que da una autonomía de más de 800 km). Algunas graduaciones más brindarían mayor precisión.
La insonorización del habitáculo está muy bien lograda respecto a los ruidos del exterior, tanto es así que en días de embotellamiento uno termina escuchando el ruido del electroventilador, que curiosamente se deja oír más que el motor en sí. El aire acondicionado enfría de las mil maravillas y es ruidoso solamente cuando debe funcionar al máximo para aplacar el calor del auto que queda al sol.
Llegando
El Fluence 2015 es un producto que se apoya en virtudes sencillas y sólidas: su excelente confort de marcha (seguramente debe tener muchos fans que cambian un Fluence por otro Fluence), la seguridad que transmite en ruta y el espacio disponible. El Fluence es el auto ideal para viajes largos a tiempo constante, ya que no es necesario aflojarle la marcha en ningún momento. Mecánicamente es muy equilibrado, con un motor que lo mueve con soltura sin llegar a consumos muy elevados y una caja bien sincronizada que hace las cosas fáciles.
En ciudad tiene un andar y una maniobrabilidad destacadas, pero ni sus dimensiones ni su motor dos litros son los más apropiados para el ámbito urbano. Aquí los consumos se disparan un poco y es algo que el comprador del Fluence debe tenerlo en cuenta.
El interior es sencillo y confortable, con buen nivel de equipamiento en esta versión Privilege y un sistema multimedia algo desactualizado para el año 2015. Lamentablemente un ítem como el control de estabilidad no viene de serie y si los impuestos internos hacen inviable esta versión Privilege, el comprador no podrá equipar con este importante elemento de seguridad a su Fluence 2015.
Uno de los problemas del nuevo Fluence puede venir por cómo quedó la nueva gama en relación con la competencia. Antes era un sedán más económico que el resto y ahora está igualado a casi todos y encima ha perdido algo de equipamiento en la gama media en comparación con el modelo del año pasado (por ejemplo, el año pasado tenía seis airbags en la versión intermedia). Como compensación ahora es más lindo, un valor que el usuario típico del Fluence no siempre valorará como importante.
Desde nuestro punto de vista sigue siendo una opción muy equilibrada para quienes busquen un sedán confortable orientado sobre todo al uso en ruta, con muy buenos desempeños y una probada confiabilidad.
Agradecemos al concesionario Mediterraneo por el préstamo.
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