Como ocurrió en 2013 con el anterior cepo, el gobierno buscará aprobar un fuerte aumento de los impuestos internos a los autos, con baja de mínimo no imponible y suba de porcentaje.
Mientras el presidente Alberto Fernández se mostraba con los principales referentes de la industria automotriz y se comprometía con los cambios propuestos el el llamado Acuerdo Automotor 2030 (ver), el equipo económico mandaba al Congreso una mega paquete de medidas entre las que hay una fuerte suba a los impuestos internos a los autos.
El impuestazo fue establecido por el entonces ministro de Economía Kicillof en diciembre de 2013 y se llamó «impuesto al lujo», aunque la devalución de enero de 2014 hizo que gran cantidad de vehículos no lujosos sean abarcados por la medida. La idea, no explicitada entonces, era bajar la fuga de dólares vía la compra de productos dolarizados como son los autos.
En un contexto de virtual desdoblamiento cambiario similar a entonces, ahora el gobierno buscará modificar los alivios que había establecido el gobierno de Cambiemos y que era pedido por la industria. El nuevo esquema es aún más restrictivo.
De acuerdo al proyecto, pagarán una tasa del 20% los autos con precio de venta de fábrica a concesionario de más de $1.300.000 (aproximadamente, $1.560.000 al público, un auto sin nada de lujo a los precios actuales). Por la forma de cálculo de los impuestos internos, ese 20% implica una suba al consumidor de alrededor de 25%, mucho mayor al que había establecido Kiciloff (11,5% en términos reales).
La segunda escala es para autos de precio mayorista de $2.400.000 (venta al público de alrededor de $3.700.000), que tendrán una alícuota nominal del 35% (la de Kicillof fue del 30%), que implicará un impuestazo de más del 50% en precios de venta al público. Esto pegará de lleno en todos los autos que vienen de más allá del Mercosur e implicará, sin dudas, cierre de concesionarios e importadores dejarán el país.
En su momento, las empresas culparon a este impuesto la virtual rotura del mercado, ya que una barrera tan dura hace que los precios de los autos den un salto enorme entre una versión y otra, creando verdaderos «escalones» en las listas de precios. Ahora el impuestazo está recargado, porque tiene una alícuota más alta para un precio de venta al público más bajo.
Pensemos que un Vokswagen Gol básico tiene un precio de lista de $965.900, y hablamos de uno de los autos más baratos del mercado. La base imponible se actualizará trimestralmente.
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