Se presentó el nuevo Audi A8, buque insignia de la marca de los anillos. Referente tecnológico, se maneja solo hasta los 60 km/h, puede estacionar sin conductor y tiene suspensión inteligente.
Hay segmentos que tienen particular importancia, no tanto por las ventas -que, por cierto, dejan mucho dinero– sino porque las marcas ponen lo mejor que tienen disponible. Tal es lo que sucede con el nuevo Audi A8, sedán de lujo del segmento F, nuevo buque insignia de la marca de los anillos.
El nuevo Audi A8 se presentó esta semana en Barcelona y casi con seguridad llegará a Argentina en 2018. Se venderá en dos carrocerías: normal, con 5,17 metros del largo y L, con 5,3 metros de largo y distancia entre ejes alargada. Si bien Audi es una marca conservadora en cuanto a diseño, las evoluciones en este A8 son evidentes.
Se destaca el tamaño de la parrilla hexagonal, mucho mayor a otros modelos; y el diseño de las ópticas traseras, que se comunican gracias a una fila de LED’s. La tendencia es a la mayor cantidad de líneas horizontales, con excepción de la caída del techo muy marcada, similar al A5 Sportback.
Como es norma en este tipo de vehículos, el pasajero que mejor la pasa es el que va atrás. Trae desde dos pantallas desmontables hasta extensor para apoyar las piernas, que de paso trae masajeadores de pies. La suspensión activa inteligente puede «leer» las imperfecciones del camino y adaptar el recorrido de los amortiguadores, para que nada se sienta en el interior.
Pero esto no es todo: en caso de colisión lateral inminente, la suspensión se levanta rápidamente del lado del choque, de forma que la estructura de protección de las puertas absorba el máximo impacto posible.
Al igual que otros modelos actuales, las ruedas traseras también tienen giro para achicar el ángulo de giro en maniobras a baja velocidad -en sentido opuesto al de las delanteras- y también en alta, en este caso en el mismo sentido de las delanteras, para «acortar» virtualmente la distancia entre ejes.
Otra característica destacada del interior es la ausencia de botones físicos, con excepción de algunas funciones básicas. Los botones son reemplazados por dos pantallas táctiles que se suman a la del instrumental. Se pueden dibujar gestos en las pantallas para comandar la calefacción o los distintos sistemas de asistencia (ver video abajo).
Y, hablando de asistencias, el A8 inaugura una nueva tecnología de conducción autónoma. Audi AI traffic jam pilot toma el control de la conducción en circulación lenta, hasta 60 km/h en autovías y autopistas, donde haya una barrera física entre los dos sentidos de circulación. El sistema se encarga del arranque, la aceleración, la dirección y la frenada. El conductor puede sacar las manos del volante, a diferencia de otros sistemas que lo prohíben mediante sensores.
Para esta función, el Audi A8 utiliza radar, una cámara frontal, sensores de ultrasonidos y un innovador escáner láser. Como frutilla del postre, el AI traffic jam pilot permite estacionar el vehículo mediante una aplicación instalada en el teléfono, sin necesidad de estar subido al auto. Una vez que ha finalizado la maniobra, el sistema coloca automáticamente la posición P del cambio tiptronic, detiene el motor y apaga el contacto.
En el lanzamiento al mercado europeo habrá dos motores V6 turbo completamente rediseñados: un 3.0 TDI y un 3.0 TFSI. El diésel desarrolla 286 CV y la versión naftera, 340 CV. Posteriormente llegarán dos versiones de ocho cilindros: un 4.0 TDI con 435 CV y un 4.0 TFSI 460 CV.
Audi se suma a la tendencia de los híbridos leves (MHEV, mild hybrid electric vehicle), que utilizan un sistema eléctrico de 48V para ayudar al motor térmico en distintas situaciones, de modo de reducir el consumo de combustible.
También habrá más adelante un A8 L e-tron quattro, éste sí híbrido enchufable. La batería de iones de litio almacena suficiente energía para recorrer unos 50 km en modo eléctrico. Opcionalmente, se puede cargar mediante el Audi Wireless Charging. Una plataforma en el suelo del garaje trasfiere la carga inductivamente a una bobina instalada en el automóvil, con una potencia de 3,6 kW.
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