Luego de insinuaciones de una posible salida de Brasil, General Motors cerró un acuerdo con el sindicato de la planta de Sao José dos Campos y producirá la nueva generación de S10 en ese país.
General Motors viene jugando cartas fuertes en en Mercosur. Hace algunos días contábamos cómo la compañía mandó un mail a sus trabajadores en Brasil diciendo que hace tres años pierden planta en la región y que necesitaban reducir costos para seguir operando. Citaban palabras de nada menos que la CEO mundial de GM, Mary Barra.
La presión parece estar dando frutos, ya que la prensa brasileña señala que el sindicato de metalúrgicos de la planta de Sao José dos Campos acaba de aceptar un nuevo acuerdo con la compañía, que reduciría los costos laborales en esta fábrica cercana a San Pablo.
Según el gremio, luego de dos semanas de negociaciones, la asamblea de 4 mil trabajadores aprobó una lista con 10 propuestas de la empresa a cambio de una inversión de 5 mil millones de reales (1.337 millones de dólares) para un nuevo producto. Según fuentes de autopartistas citadas por Automotive Business, se trataría de la nueva generación de la pickup S10 y un SUV derivado (como la Trailblazer).
General Motors, en tanto, no confirmó la inversión, pero sí el acuerdo. «Las negociaciones con el sindicato y empleados de la fábrica de Sao José dos Capos fueron concluidas con éxito«, dijo en un comunicado.»Este es un paso más en la concreción de un plan de viabilidad de GM en Brasil«, agrega. Ahora las negociaciones siguen con proveedores, gobierno y otros interesados.
Según el mismo medio, la propuesta inicial de GM tenía 28 ítems, de los que sólo quedaron 10. Dos pedidos de la empresa no avanzaron: aumentar la jornada laboral de 40 a 44 horas y adoptar la tercerización irrestricta dentro de la fábrica. Como contrapartida, los trabajadores aceptaron parte de los recortes propuestos por GM para alejar la posibilidad de un cierre de la planta.
Algunas de la propuestas aceptadas por el gremio son la reducción de los reajustes salariales por inflación hasta 2020, descuento en el bono de participación en los resultados de 2019, rebaja del piso de salarial para nuevas contrataciones (de 2.300 reales a 1.700 hasta agosto, después 1.800, contra los 1.600 que pretendía GM), además de un acuerdo de flexibilización en las jornadas laborales y horas extras.
Las negociaciones con los distintos actores comenzaron el 18 de enero, luego que el argentino Carlos Zarlenga (presidente de GM Mercosur) enviara un mail a los trabajadores (que rápidamente se filtró a la prensa) en el que informaba que las operaciones en Brasil estaban en riesgo luego de tres años de mostrar pérdidas.
Por cierto, la situación también es complicada en Argentina, donde la empresa ha invertido fuerte para la producción del Chevrolet Cruze, que no ha dado los resultados esperados.
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