Un informe de la Universidad de Avellaneda señala que las automotrices acumulan una deuda con el Estado 600 millones de dólares por excederse en las importaciones desde Brasil.
Mientras la venta de autos en Argentina sigue viento en popa, la producción de vehículos está en uno de sus momentos más bajos en una década. La caída sin fin del mercado brasileño tiene un doble efecto: baja la demanda de autos argentinos y aumenta la oferta de brasileños, debido a una gran capacidad productiva en ese país.
El comercio de autos y autopartes entre los dos socios mayoritarios del Mercosur está regulado por un mecanismo denominado flex, que establece que por cada dólar que Argentina exporta a Brasil puede importar de ese destino hasta 1,5 dólares. Pero este acuerdo es multianual, y las empresas pueden equilibrar de aquí a 2020 la balanza.
Esto lleva a que hoy, con la gran oferta que hay de industria brasileña, el flex esté totalmente sobrepasado. Según el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda, en enero de 2017 las automotrices superaron 4,3 veces ese límite y en marzo el exceso fue de 2,6 veces. Es decir, están importando de Brasil muchísimo más del límite del acuerdo.
De acuerdo al informe, las exportaciones del sector automotor en el primer cuatrimestre de 2017 alcanzaron los 1.559 millones de dólares, mientras que las importaciones sumaron 3.389 millones, lo que significó un déficit comercial para Argentina de 1.830 millones de dólares.
La participación de autos de origen nacional vs importados pasó del 56,7% en 2015 al 39% en el primer cuatrimestre de 2017. En 2016 todavía uno de cada dos autos era argentino, con 53,2% de autos nacionales. El 78% de los autos que más aumentaron sus ventas son importados, lo que explica la guerra de precios entre marcas. Los productos en oferta en su gran mayoría son brasileños.
El aumento de ventas al público de vehículos terminados de 2016, del orden del 10,22%, se vio acompasado de una caída en la producción interna en la misma magnitud, 10,23%. El bache de unidades fabricadas localmente se cubrió por medio de una avalancha de importaciones, con un alza del 45,45%, según el informe.
En este punto hay que recordar que el llamado cepo cambiario «pisó» las importaciones en 2014 y 2015, pero en los años 2011 a 2013 habían sido altas. Sin embargo, según el estudio, en ningún momento de desde el año 99 para acá el saldo comercial de autos terminados tuvo tal nivel de déficit.
Finalmente, el informe señala que el monto adeudado por exceso en el flex ronda los 600 millones de dólares desde el cambio de gobierno (devaluación y levantamiento del cepo cambiario).
Las automotrices en general señalan que las economías de Latinomérica tienen crisis cíclicas y que es posible revertir el desequilibrio del flex hacia 2020. La nueva crisis política en Brasil, sin embargo, lanza una sombra muy oscura para la industria.
Fuente: Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda.
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