Con el lanzamiento del Mondeo, Ford quiere volver a ser el número uno frente a rivales como Passat, Camry o Accord. Para el óvalo el mercado no se cae.
DESDE BUENOS AIRES. Ford presentó anoche en esta ciudad el restyling del Ford Mondeo, su sedán del segmento D que volvió hace unos años a nuestro mercado (ver detalles y precios). Este tipo de autos, bastante común en otro países, aquí se coloca en la parte alta del catálogo de las marcas generalistas.
El año pasado sólo se vendieron mil unidades entre todos los competidores, por lo que las marcas saben que tienen mucho para crecer. Hoy la principal amenaza viene por el lado de los premium, que vienen bajando de precio gracias al dólar planchado.
Por eso Ford ajustó el equipamiento del Mondeo, con motor 2.0 turbo de serie y muchos chiches electrónicos, detalles que en los premium cuestan varios miles de dólares como opcionales. Por ejemplo, con el Mondeo se puede encender el auto desde la llave para que el interior se vaya climatizando o el asiento, que se mueve automáticamente hacia atrás para facilitar el ingreso y luego vuelve a la posición memorizada.
Son detalles, al igual que las butacas calefaccionadas y refrigeradas -esto último no es muy común- que en el segmento se valoran muy bien. Ford venía con amplia ventaja sobre sus competidores mientras tuvieron stock y ahora quieren volver a la cima, como se puede ver en el gráfico principal.
Para la presentación del Mondeo Ford cambió su rock habitual por el tenor argentino Darío Volonté. El evento sirvió para conocer la visión de la marca de óvalo sobre el mercado y la industria.
El tema en boca de todos es el reciente acuerdo firmado entre automotrices, autopartistas, sindicatos y gobiernos nacional y de algunas provincias como Córdoba. Conocido como Plan 1 Millón, más que un acuerdo es una hoja de ruta para lograr la producción de esa cantidad de autos en 2023.
En Ford ven como positivo el acuerdo pero saben que no será nada fácil. Si Brasil vuelve a despegar se puede llegar a números como los de 2013, cuando se produjeron algo más de 800 mil autos. Pero esa diferencia de 200 mil autos para llegar al millón sólo se logrará diversificando mercados, algo que hace muchos años la industria automotriz no puede hacer.
Aquí surge la palabra clave, competitividad. La industria necesita que se bajan y unifiquen los impuestos indirectos a los autos, sobre todo los provinciales como Ingresos Brutos o las tasas municipales, que ya se convirtieron en impuestos. Un dato circuló ayer en la presentación: gracias a la cantidad de impuestos indirectos, hoy tienen menos carga los autopartistas que importan piezas que quienes fabrican en el país.También se mencionó como tema fundamental el de infraestructura, ya que un alza externa de demanda puede encontrar al país sin gas ni electricidad suficiente.
Respecto al mercado interno, en Ford no hay miedos respecto a una caída. Creen que la demanda es sólida y que este año se venderán entre 750 y 800 mil autos, más que los 710 mil que se vendieron en 2016. Nuevamente, el motor serán las bonificaciones que se ofrecen en forma de descuentos y financiación a tasa cero.
En este sentido, creen que no será fácil para ninguna marca dejar de ofrecerlas, ya que el mercado se ha vuelto muy competitivo. Saben que han perdido algo de rentabilidad -tanto las marcas como los concesionarios- pero no ven cambio posible en el corto plazo.
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