PSA Peugeot Citroën acordó con General Motors la compra de sus marcas Opel-Vauxhall por 2.200 millones de euros. Implica 10 plantas, una financiera y ser la segunda automotriz más grande de Europa.
Tal y como lo adelantamos hace algunas semanas, el Grupo PSA (responsable de las marcas Peugeot, Citroën y DS) le ha comprado a General Motors sus marcas europeas Opel (con sede en Alemania) y Vauxhall (Reino Unido). Con esta compra PSA se transforma en la segunda automotriz de Europa, detrás de Volkswagen.
La operación no está libre de riesgos, ya que Opel-Vauxhall ha sido un hueco por donde GM ha perdido 15.000 millones de dólares desde 1999. De todos modos, la empresa ha ido saneándose y se esperaba que en 2018 empiece a dar ganancias. Ahora, PSA dice que 2020 será el año de la vuelta a números positivos para Opel y que para 2026 rendirá un 6%.
Si hay una compañía que ha adquirido conocimiento en cómo sanear sus cuentas ha sido PSA, ya que la compañía recién está logrando salir de su propia crisis que la llevó a la posible bancarrota en 2012, cuando tuvo que rescatarla primero el estado francés y luego los chinos de Dongfeng. Ahora sus números son positivos y seguramente aplicará la misma receta con Opel.
La operación cuenta con el respaldo del banco BNP Paribás, ya que en el paquete se encuentra la compañía financiera GM Europa. Opel tiene actualmente 8 fábricas en el continente (Alemania, Austria, España, Polonia y Hungría) mientras que la rama británica Vauxhall (vende los mismos modelos) tiene dos plantas en Inglaterra. Por el momento PSA respetará todos los compromisos y gama de modelos de Opel y luego los irá reemplazando por productos de base propia.
Por supuesto, que se espera que PSA achique la estructura de Opel, ya que la marca francesa hace años produce modelos para Opel y la idea es bajar costos a través de la sinergias en investigación y desarrollo (R&D). Sólo en este ítem PSA espera ahorrarse 1.700 millones de euros anuales.
La compra, que se concretará a fin de año, deja más fuerte a PSA en un lugar en el que ya era potencia, Europa, transformándola en el segundo grupo automovilístico del viejo continente detrás del inalcanzable Grupo VAG. Esto también deja algunas dudas ya que aumenta la exposición en un área no libre de turbulencias (como el Brexit y una posible salida de Francia de la UE).
Por el lado de GM implica el abandono casi total de sus operaciones en Europa luego de 17 años en los que perdió plata con Opel. A menos que tenga una compra en la mira, GM se distancia de la pelea por volver a ser el grupo automovilístico más grande del mundo, como fue en el pasado. Según su CEO Mary Barra, la idea de GM es centrarse en los mercados más rentables y en el proceso de cambio hacia nuevas tecnologías.
Los cambios geopolíticos y de reglamentaciones en cuanto a emisiones de gases en la Unión Europea separaban cada vez más la gama de Opel de la que GM comercializa en el resto del mundo. Se calcula que sólo el 20 por ciento del futuro portfolio de Opel podría haber sido utilizado por GM en otros mercados importantes, debido a las reglamentaciones distintas. Esto no es un problema para PSA, que por fin podría tener más peso en Alemania.
Opel no está presente en Sudamérica con productos propios aunque sí se han vendido varios con marca Chevrolet, como el viejo y querido Corsa. Más allá de una fugaz producción en Argentina ( en 1978 se fabricó el Opel K-180) se esperaba un desembarco allá por 2010 que nunca ocurrió.
Una de las sospechas es que PSA puede estar planeando un futuro 100 eléctrico para Opel, acorde a los tiempos que vienen. En tal caso no sería raro que en un futuro lejano veamos a los Opel circular silenciosos por estas pampas.
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