Un viaje largo es la mejor manera de conocer a fondo un auto y por eso le hicimos más de 4 mil kilómetros a un Fiat Cronos 1.8. El motor E-torQ se destaca en la ruta, ofreciendo más potencia que cualquier rival.
Cada vez que pienso en irme de vacaciones en auto gestiono algún auto para aprovechar y conocer a fondo un modelo, ya que en un largo viaje es donde uno se enamora o se pelea con un auto. Este verano FCA se prendió en la iniciativa y pudimos acordar un préstamo de larga duración, ya que, por lo general, los comodatos para pruebas no superan la semana.
La primera opción que me dio FCA me pegó en el bolsillo: un Compass y su pantagruélico motor naftero 2.4. No era mala idea, pero yo tenía que hacer más de 4 mil kilómetros en total, el presupuesto se había ajustado por el impuesto solidario y sólo éramos dos personas a bordo. No se justificaba.
Del Compass pasamos al Renegade 1.8 y ahí ya estábamos bien, pero surgió la posibilidad de un Cronos cordobés con el mismo motor. La idea de un SUV para ir a la playa me gustaba, pero la realidad era que no tenía planeado usar mucho el auto una vez llegado. O sea, necesitaba un auto de ruta y el Cronos me pareció ideal.
Para mí, no hay nada como viajar en un sedán. Todo lo demás es discutible, pero el sedán es el rey del camino asfaltado.
Así, encaré a Brasil con un Cronos Precision 1.8 con caja manual de cinco marchas. Es el segundo escalón de la gama y el primero con este motor, ya que el Drive viene con el 1.3 8V de 99 CV.
Fiat Cronos Precision 1.8 E-TORQ EVO MT5
- Origen: Argentina
- Precio de lista: $1.085.900 (con descuento de febrero 2020, $972.900)
- Garantía: 3 años o 100 mil kilómetros
Por fuera
No tiene sentido que me detenga en el diseño del Cronos, ya que es una auto que lleva dos años en el mercado y no ha cambiado. Diré sí que siempre me pareció bonito, elegante y atractivo en toda su gama (las versiones base se ven bien, a diferencia de otros modelos), bien plantado y resuelto.
La única crítica que siempre le hice al diseño es que para mí necesita 10 centímetros más. Peter Fassbender, el alemán que firma los diseños de Fiat Latam, decidió darle la misma distancia entre ejes que al Argo, a diferencia de su pares de Volkswagen y GM, que decidieron hacerlos más amplios a sus sedanes Virtus y Onix Plus.
No es que le falte espacio, pero a mí entender quedaría más armónico con un leve estirón más y ganarían los pasajeros de atrás. Pero, seguramente, la idea era abarcar toda la parte baja de la gama y esos centímetros de más podrían alejar a un cliente urbano. Son elecciones.
Lateral, trompa, cola, llantas, todo me parece que está muy bien en el Cronos. Es un poco más alto respecto al suelo que algunos rivales, algo que Fiat hace en sus autos sudamericanos para que no tengan problemas con las calles en mal estado ni en lomos de burro cordilleranos. Los autos bajitos se ven bien, pero suelen ser un incordio en el día a día, al menos en esta parte del mundo.
Por dentro
Hay algo que cualquier viajante sabe, y es que hay autos que cansan más que otros. Esto está relacionado con varios factores, el principal es esa combinación de regulación de asiento y volante que usualmente se llama posición de manejo. El largo del asiento también influye, lo mismo que su calidad; y el espacio y soporte para poner el pie que menos se usa, el izquierdo. Bueno, el Cronos cansa muy poco.
Mientras que en gran parte el mundo el segmento más popular es el C (el del Corolla), en Argentina es el B (como este Cronos), lo que implica autos más chicos y económicos. El segmento B no es el ideal para la ruta (ni para taxis, por ejemplo), pero aquí no nos queda otra que acostumbrarnos.
Los nuevos modelos del segmento, sin embargo, han mejorado mucho. El Virtus es sobradamente amplio (casi como un Vento de generación anterior) y este Cronos se siente perfectamente bien aún después de 15 horas de manejo.
La calidad de terminación del Cronos (y del Argo) me parece de lo mejor del segmento, con plásticos duros, sí, pero de buen tacto, y algunas texturas para amenizar. El layout es casi perfecto: todo está a la vista, bien ubicado y no molesta. El instrumental, con la pantalla chica (la versión más cara tiene una más grande) tiene mucha información y perfecta lectura, salvo por el indicador de combustible cuando el sol pega en el tablero.
En un viaje se agradecen algunas cosas: portaobjetos (tiene suficientes, aunque los de las puertas son algo chicos), puertos USB con posibilidad de emparejar celulares (tiene dos y uno está atrás, muy bien), apoyabrazos central (no tiene), buen aire acondicionado (enfría mucho) y control de velocidad crucero (sólo viene en la versión con caja automática).
El resto del equipamiento está muy bien, aunque esta versión debería tener más airbags (los laterales son opcionales). Tiene control de estabilidad ESP, pantalla de 7″ con Android Auto-Apple CarPlay y cámara de marcha atrás, cuatro levantavidrios y espejos eléctricos (con tilt-down), sistema de monitoreo de presión de neumáticos, volante regulable en altura y profundidad y asiento trasero bipartido.
Y, fundamental para un viaje, un baúl enorme de 525 litros muy aprovechables (salvo por los brazos de la tapa, que ocupan espacio al bajar), que es todo lo que una familia necesita. Los SUVs son los nuevos «autos familiares», pero ninguno del segmento ofrece tanto espacio como un sedán equivalente. Este detalle no menor muchas veces se pasa de largo al decidir una compra.
En marcha
El viaje constó de una ida de 1842 kilómetros desde Córdoba hasta Barra de Ibiraquera, dividida en dos tramos. La vuelta, desde la playa de Canto Grande hasta Córdoba (casi 2 mil kilómetros clavados), también en dos tramos. El total del recorrido marcó 4.146,6 kilómetros.
La verdad es que no tenía muchas expectativas con el Cronos 1.8, que ya lo había manejado en su versión automática. El motor 1.3 me gusta más, porque consume realmente poco y se defiende bien. El 1.8 E-torQ ha sido criticado por su funcionamiento en el Renegade, ya que no le sobra torque para mover los 1.400 kg del Jeep.
Bueno, en el Cronos la situación es bastante distinta. Más bajo, más liviano (1.200 kg), de mejor aerodinámica, el Cronos da lo mejor de sí en la ruta y sus consumos son mucho menores que en el Renegade, con un promedio de sólo 6,6 litros cada 100 km a velocidades de entre 90 y 120 km/h. Con una caja de sexta obtendría resultados aún mejores.
Y una cosa fundamental: el Cronos 1.8 es un auto muy seguro a la hora de los sobrepasos. El motor da lo mejor de sí arriba de las 4 mil rpm y uno puede encarar adelantamientos en cuarta marcha con total confianza, sabiendo que el motor va a dar un plus cuando más se lo exija. Hoy no hay ningún otro sedán del segmento B que tenga 130 CV de potencia y 182 Nm de torque.
Pese a que tiene un poco más de despeje que algunos competidores, el desempeño dinámico del Cronos es notable. Tiene esquemas de suspensión sencillos, pero logra muy buena tenida en curva y va muy parejo en recta a todo tipo de velocidades. La dirección con asistencia eléctrica es un lujo, y hace las cosas bien tanto en ciudad como en ruta.
En el viaje de ida tuve más de la mitad del viaje con lluvia torrencial, de esa que uno piensa que no va a parar nunca, y el Cronos se mostró firme y confiable. Los vientos laterales se sienten en el tren delantero pero el auto nunca llega a navegar, mostrando una solvencia propia de autos de segmento mayor.
Primer día de viaje: 900 de 1.100 kilómetros bajo lluvia torrencial. A la contractura más grande le puse cuca. pic.twitter.com/fkdZ0EdsxN
— Mauro Osorio ⭐⭐⭐ (@mausorio) January 21, 2020
Otro de los puntos destacadísimos del Cronos en ruta es su insonorización. Si hay algo que cansa en un viaje es el ruido constante y el auto de Fiat en este ítem se saca como mínimo un 9 (teniendo en cuenta el segmento, por supuesto), con doble burlete en las puertas y un buen trabajo para aislar el motor del habitáculo.
En esta versión viene con llantas de rodado 16 y le quedan muy bien a este tipo de autos. Las opcionales de 17″ no son la mejor opción para el estado de nuestras rutas, y el camino Córdoba-Porto Alegre es un buen ejemplo: la ruta argentina 127 (Entre Ríos) está destruida y hay tramos igual de malos en la BR-290 brasileña. Las llantas grandes con neumáticos de perfil bajo no se llevan bien con un road trip sudaca. Y si el auxilio es temporal, menos todavía.
El despeje es correcto también para caminos de tierra, que pueden sortearse a velocidades bastante rápidas aún con huellas sin sentir que estamos por romper todo. Eso sí: no tiene cubrecárter.
La caja tiene un funcionamiento correcto, debajo en precisión a sus rivales de Volkswgaen y Ford, pero no presenta problemas y en el caso del Cronos está mejor relacionada que en el Argo. A velocidad de autopista (130 km/h) viaja a 3.400 vueltas, un régimen algo alto pero que no causa mayores molestias por la buena insonorización.
La autonomía, dependiendo del estilo de conducción, ronda los 700 km, con 48 litros de capacidad (carga nafta súper y en Brasil no se queja con la gasolina aditivada). En ciudad (anduve poco), los consumos suben bastante hasta los 9,5 litros cada 100 km, lo que tampoco está mal para este motor.
Llegando (lamentablemente)
Cronos y Argo me parecieron, de entrada, grandes productos. Se los nota bien hechos y su diseño es lindo y equilibrado. El motor 1.8 era lo que menos me convencía, pero estas dos semanas y 4 mil kilómetros juntos me hizo reconsiderarlo. Ahora estamos amigos.
Es que el viejo E-TorQ encuentra su lugar en el mundo debajo del capó del Cronos. Se casan bien y en armonía: el motor hace del Cronos un auto muy dinámico, ideal para ruta; y éste le responde con buena aerodinámica y peso acotado, para que no se devore todo el combustible del mundo.
No hay otro sedán en el segmento que ofrezca este desempeño, al menos hasta que Volkswagen se decida a traer el Virtus TSI. Si lo tuyo son los viajes largos, el Cronos 1.8 es una de las mejores opciones disponibles en el segmento.
Mauro Osorio.
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