Al revés de lo que se puede suponer, en el actual sistema los autos con mayor integración local pagan más derechos de exportación (retenciones). Ya hay reuniones con el ministro Dante Sica.
Supongamos la siguiente situación hipotética: dos camionetas iguales, fabricadas en Argentina, que van a ser exportadas a Brasil. Si esa pickup tiene motor hecho en el país (como lo hacen Ford o Toyota) va a pagar más derechos de exportación que si el motor viene de, por ejemplo, Alemania o Japón. Esa es la situación que viven las automotrices -y otros sectores de la industria- que han decidido radicar proveedores para la fabricación de modelos y se ven perjudicados por las nuevas retenciones.
A comienzos de septiembre el gobierno nacional volvió a colocar derechos de exportación o retenciones a los productos industriales, entre otros. Estas retenciones son del 12% con un tope de $3 por dólar para el caso de la industria automotriz. La base de cálculo es el valor FOB (el auto puesto en el puerto de salida) menos los insumos importados temporalmente bajo el régimen de aduana en factoría (RAF).
En este esquema, un auto que tiene 50 por ciento de piezas hechas en Argentina pagará más derechos de exportación que uno que sólo agrega un 20 por ciento de contenido local.
La insólita situación ha llevado a las automotrices a golpear la puerta del despacho del ministro de Industria Dante Sica, ya sea a través de la asociación de fabricantes (Adefa) o en forma individual. Las retenciones, calificadas por el presidente Mauricio Macri “un impuesto malísimo de emergencia”, se suman a la baja de los reintegros a las exportaciones industriales, que en el caso de los autos pasaron de 6,5 por ciento a 2 en el mes de agosto.
El combo de las dos medidas ahoga más la competitividad de las fábricas locales, que ya era de las más bajas del mundo, aún con la devaluación del peso. Si las exportaciones han crecido en los últimos meses es por la comparación con un año muy malo (2017) y por marcas como Toyota, que siguen abriendo mercados más allá de Brasil con un producto de alto valor de cambio como la Hilux.
La pequeña suba interanual de las exportaciones difundida la semana pasada es insignificante en términos históricos: hasta el noviembre se produjeron en Argentina 446.174 autos, cuando entre los años 2010 y 2013 se hicieron entre 716.540 y 828.771.
Las automotrices ya realizaron un pedido al Gobierno de un bono cobrable en los años 2020 y 2021 para compensar las nuevas retenciones, que son transitorias. El reclamo no fue bien visto en un contexto de fuerte crisis, pero las empresas volverán a hacerle pedidos a Sica, según pudo averiguar CarsDrive.
Por supuesto, la idea de las automotrices no es cambiar el sistema de cálculo de las retenciones (si lo insumos importados pagaran derechos de exportación los precios serían aún más altos) sino de volver a subir los reintegros, que es una devolución de los impuestos que se pagan en toda la cadena productiva. Sica dijo en su momento que la idea del gobierno era lograr que las provincias bajen ingresos brutos.
Los autopartistas, en cambio, sostienen que lo más urgente es cambiar el sistema de cálculo de las retenciones. «Desde el autopartismo argentino consideramos que hay que corregir este impuesto que sólo afecta a la producción local. El año que viene vamos a ver una caída en la producción por falta de competitividad general de la industria y a eso hay que sumarle que las piezas locales va a ser más caras que las importadas, vamos hacia un escenario muy complejo”, señalaron desde la Cámara de Metalúrgicos de Córdoba a CarsDrive (ver más).
“Se hizo mucho por la ley de fortalecimiento del autopartismo, que fue lo que permitió que llegara Nissan o que se hiciera el Cronos en Córdoba y ahora se castiga la compra local. Es un contrasentido”. Las autopartistas son las grandes generadoras de empleo en el sector automotor. Se calcula que por cada empleo en una automotriz, las autopartistas generan entre 4 y 5.
Los autopartistas ya comenzaron las charlas informales con terminales y Gobierno. “Entendemos la emergencia en que el país, por eso estamos buscando consensos para hacer un planteo certero, pero la realidad es que el remedio es peor que la enfermedad”, señalan. “A las terminales les va a convenir traer del exterior las mismas piezas que se hacen acá, y esto ya se empieza a dar”, advierten.
El panorama complica aún más a un sector que firmó con el Gobierno un acuerdo tendiente a producir un millón de autos en el año 2022 (conocido como Plan1Millón). Ese plan fue pensado principalmente como un modelo exportador y Adefa había puesto como principal reclamo la baja en la carga impositiva.
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