Sin dudas uno de los lanzamientos del año: el nuevo Toyota Yaris 2019 puede darle un nuevo envión a la marca japonesa que no deja de crecer en Argentina. Racional, económico y mucho más lindo.
Toyota da pasos lentos pero seguros. Parados sobre la producción de la pickup Hilux en Argentina, la marca ha ido incursionando en nuevos segmentos y aumentando su participación en nuestro mercado. El Etios comenzó dubitativo, pero luego de una serie de ajustes, hoy es uno de los líderes de su segmento. Corolla ya lo era. De Hilux ni hablar. Sólo le falta un SUV para competir con EcoSport.
El Etios es un auto pensado para los llamados mercados emergentes, con India y el Mercosur a la cabeza. Para otros países estaba el Yaris, que a su vez, no es el mismo que ahora se vende en Argentina. Toyota hizo un desembarco lento: probó la recepción del mercado con unidades traídas de Tailandia mientras ajustaba la producción en Brasil.
Hace menos de un mes, finalmente, lanzó este nuevo Yaris 2019 en Argentina. Como ahora tiene producción regional, cuenta con una gama más amplia y también en inédita carrocería sedán. Pero lo mejor fue que, con el cambio de origen, aplicó un rediseño importante.
- Toyota Yaris sedán XLS 6M/T
- Origen: Brasil
- Precio: $580.100
- Garantía: 5 años o 150 mil kilómetros, transferible
Exterior
Este nuevo Yaris utiliza la misma plataforma del que se importaba de Tailandia, pero Toyota le dio una importante lavada de cara que se aprecia sobre todo de adelante y de atrás. En este caso, además, se trata de la carrocería sedán o tricuerpo, que hace tiempo se vende en otros mercados pero que por aquí es inédita.
Es un sedán del segmento B de 4,42 metros de largo y 2,55 de distancia entre ejes, dimensiones de un segmento C de hace unos años, como el Bora, por poner un ejemplo. Todos los segmentos han crecido de tamaño con el paso de los años para ofrecer mejor habitabilidad.
El segmento en el que compite este Yaris se puso picante en el último tiempo. Sus dos grandes rivales son el Fiat Cronos cordobés y el Volkswagen Virtus, ambos productos totalmente nuevos y que ofrecen características similares. El desafío de estos tres modelos es traer de nuevo a las familias que migraron a los SUV’s o, al menos, parar la sangría. Algunos dicen que este público se fue porque la oferta de sedanes era muy poco atractiva en términos estéticos. Ahí apunta este nuevo Yaris.
Estéticamente se ve bien, muy bien podemos decir. No es rupturista ni tiene detalles jugados, pero es un auto bien proporcionado y que llama la atención sobre todo de trompa. Es el típico diseño de Toyota que cae bien a la mayoría y causa poco rechazo. Pero la trompa, de nuevo, ha mejorado mucho, y le da un aire más afilado y juvenil.
Como indica el manual de diseño de esta era, el techo tiene mucha caída, como también lo tienen Virtus y Cronos. Esto afecta el espacio interno -como veremos más adelante- pero le da un perfil más armonioso y estilizado. Si al sedán de Fiat parece faltarle un par de centímetros y al del VW sobrarle, el de Toyota queda al medio, bien a su estilo.
En el hatchback, además de la nueva trompa, evolucionó mucho la trasera, con los faros bipartidos que le dan un aspecto más anguloso. El sedán también tiene los faros que invaden la tapa, pero para nosotros su diseño es todo nuevo. Las llantas de 15 pulgadas en toda la gama no van a gustar a todos, teniendo en cuenta que en el Cronos, por ejemplo, llegan hasta las 17″. Es una elección más pensada en la practicidad del día a día que en la estética.
A modo de conclusión del diseño: este Yaris sedán no desentona, se ve bien, quizás no sea el más atractivo del segmento pero ha logrado algo importante: quitar a Toyota del lugar de sedanes para gente grande. Los cambios han sido todos para bien.
Interior
Por dentro los cambios han sido menores que en el exterior, pero también fueron positivos. Se cambió la pantalla multimedia, se agregó una color para la computadora (a partir de esta versión intermedia), ahora hay climatización automática y la calidad general de los materiales ha mejorado. Punto importante, todas las versiones vienen con control electrónico de estabilidad, al igual que el resto de los vehículos Toyota vendidos en Argentina.
Como en muchos mercados no se vende el Etios, cuando uno se subía al Yaris tailándés no sentía que tuviese nada destacado que ofrecer sobre un segmento B entrada de gama (aunque su precio fuese superior). Ahora esta sensación ha mejorado gracias al equipamiento mencionado arriba.
En sí es un auto bastante confortable, sin lujos, de buena ergonomía general. Todo está a la vista del conductor y los comandos se encuentran con facilidad. El único detalle de mala ergonomía es el apoyabrazos central, que es muy corto y apenas llega uno a apoyarse.
Hay portabotellas en las puertas y otros portaobjetos en distintos lugares, más una guantera bastante amplia y la consola central, donde está el único puerto USB. Seguramente esta ubicación responde al deseo de Toyota de que dejemos el celular dentro y no nos distraiga, pero no es del todo cómoda. Además, si el acompañante quiere poner música con el cable conectado, no se puede cerrar la tapa. Lo mismo sucede para los pasajeros traseros. Dos USB son lo mínimo que deberían traer todos los autos de esta época.
La pantalla multimedia mejoró mucho de la que tenía anteriormente, con su curiosos sistema de tapa abatible. Sin embargo, sigue sin ofrecer Android Auto-Apple CarPlay ni trae navegador incorporado. Para poder ver mapas, es necesario bajar la aplicación Tom Tom Navigator en el celular, descargar los mapas correspondientes y conectar el smartphone vía cable USB. En este video lo explicamos paso a paso:
El sistema no es malo, pero queda debajo del equipo del Fiat Cronos, mucho más intuitivo y con emparejamiento para recurrir a los mapas que ya usamos habitualmente (el Virtus no lo manejamos). Los comandos por voz en los mapas no pudimos usarlos, otro punto a favor de Android Auto.
El espacio es suficiente para cuatro adultos y cinco se pueden acomodar, aunque el del medio no la pasará muy bien. Hay buen espacio para las piernas, cinco cinturones de tres puntos y cinco apoyacebezas, más dos anclajes Isofix para colocar en forma sencilla y segura sillas infantiles. El espacio que es medio corto es el que corresponde a las cabezas de los pasajeros traseros, debido a la caída del techo (algo similar ocurre en el Cronos). Curiosamente, esto no pasa en el hatch, ya que el techo no baja tanto.
El baúl es bueno aunque inferior a sus dos principales rivales y también al del Etios sedán. De todas maneras parece suficiente para la mayoría de los usos y dentro viene con un auxilio de igual tamaño con llanta de chapa. Bien por Toyota que se niega al auxilio temporal.
Un faltante imperdonable es el botón para abrir el baúl desde la tapa. Sólo se puede hacer desde el botón del interior o desde la llave.
En cuanto al equipamiento, tiene más o monos todo lo que se puede pedir a una versión intermedia de este segmento. Tiene sólo dos airbags pero la versión tope llega hasta siete, le falta control de velocidad crucero (sólo lo trae el automático), ópticas halógenas con proyector y regulación de altura, luces LED, antinieblas delanteros y trasero, alarma de serie, cuatro levantavidrios automáticos, cámara de retroceso y espejo interior con antiencandilamiento automático. Todos los detalles se pueden consultar en la ficha técnica.
En resumen: la calidad del interior ha mejorado y también el nivel de equipamiento, sin faltantes importantes pero tampoco sin lujos que vayan más allá de la media del segmento. El control de estabilidad le da un plus importante sobre el Cronos 1.3. La habitabilidad es buena y las sensaciones a bordo, en general, son muy satisfactorias.
En marcha
El motor de este Toyota Yaris 2019 es conocido: el mismo 1.5 dual VVT-i de 107 CV de la versión anterior y del Etios, con variación inteligente de sincronización de válvulas y cadena de distribución. Es un motor fiable, muy poco gastador y de reacciones algo perezosas por debajo de las 4 mil vueltas.
Por aquí Toyota también toma el camino intermedio: es una propuesta racional, pensada desde la economía de combustible, muy bien combinada con la caja manual de sexta y que, en general, sirve para todos los usos. Pero no es un motor picante, y el que desee reacciones inmediatas, tendrá que mirar otras opciones.
Dicho esto hay que aclarar que se puede viajar rápido, estirando la cuarta marcha y poniendo sexta cuando ya se alcanzó la velocidad deseada, que por cierto, supera los 180 km/h. El comportamiento dinámico es muy destacable, con una suspensión de buen equilibrio entre confort y prestaciones, una altura libre del suelo bastante baja y una dirección de asistencia eléctrica muy bien calibrada. Es un auto de reacciones bastante francas, que toma bien las curvas, sin vicios notables dentro de un uso razonable para un auto de este tipo.
Como decíamos, hay un énfasis en el ahorro de combustible. No pudimos hacer una medición correcta, pero en general está debajo de los 9 litros cada 100 km en uso mixto. No es tragón en ciudad y en ruta la sexta marcha hace que vaya relajado. Si uno se esfuerza, se pueden lograr cifras de consumo realmente bajas.
Una curiosidad: Toyota incorporó, además del consumo instantáneo, promedios por hora, por día y hasta por mes (ver imagen) Se puede cargar el precio del combustible y llevar un registro del gasto de los últimos cinco meses, al mejor estilo tabla de excel. Para obsesivos de las mediciones.
Lo que le hubiese vendido bien, en este aspecto, es un tanque más grande (carga sólo 42 litros), que le dé mejor autonomía en ruta. El del Cronos carga 48 litros y el del Virtus, 50.
La caja se siente mejor que en el Etios (no sabemos si hay algún cambio), bien relacionada y con una selectora precisa. La insonorización es buena (no es un segmento C), sólo se siente algo de viento a la altura del parante A. Los faros con proyectores regulables en altura ofrecen muy buena visión nocturna. Frena bien, sin movimientos laterales, aunque no pudimos medir metros.
Llegando
El nuevo Toyota Yaris 2019 tiene todo para convertirse en el referente del segmento. Quizás no ahora, pero dentro de uno o dos años podría ser el modelo #1. Parece caro, pero si comparamos podemos ver que el Cronos 1.3 Pack sale $571.770 y el Virtus Confortline 1.6 manual cuesta $676.600, mientras que este Yaris sedán XLS manual sale $580.100. Y ofrece control de estabilidad de serie y cinco años de garantía transferible. No es poco.
Quizás no sea el más llamativo, pero ofrece pocos puntos flacos. Buscándole todos los peros encontramos: motor con 107 caballos, lo que no está mal pero podría ser mayor; pantalla sin Android Auto-Apple CarPlay; tanque de 42 litros; y falta de control de velocidad crucero. Son pocos puntos negativos para un modelo que ofrece lindo diseño, excelente consumo, espacio confortable, caja de sexta y muy buen comportamiento dinámico.
El segmento en general ha subido de nivel y hoy los tres productos mencionados (falta el nuevo Chevrolet Prisma) tienen buen diseño y características generales sobresalientes. La competencia se hará más fuerte y es posible que factores externos al producto en sí mismo se vuelvan importantes, como postventa, imagen de marca, financiación u otros beneficios.
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