CarsDrive Córdoba Review: Renault Alaskan Confort (base)

Review: Renault Alaskan Confort (base)

julio 29, 2021 en Pruebas por Mauro Osorio

En general cuesta conseguir versiones básicas de los autos, pero yo me fui de vacaciones con una Renault Alaskan Confort Dci 160 con tracción 4×4. Para el uso intenso, a veces menos es más.

La mayoría de las veces, las automotrices prestan a la prensa especializada las versiones tope de gama de sus productos. La razón es obvia: son las que mejor se ven, más deseo generan y más conformes dejan a los periodistas. Pero, según el caso, no siempre son las más vendidas.

A mí me encanta probar las versiones con mayor demanda, porque son las que más sirven a la gente. Por eso agradezco a Renault que me prestó una Alaskan Confort doble cabina, que es la más básica que se fabrica en Córdoba. Eso sí, como pensaba irme de viaje a los Esteros del Iberá, pedí que fuese con tracción en las cuatro ruedas. Ya había tenido una experiencia en esa zona con un Volkswagen Gol y no deseaba repetirla.

Anteriormente, este mismo verano, me fui de vacaciones a Mendoza con una Alaskan Iconic, la más cara. Se puede leer acá.

Renault Alaskan Confort MT (4×4)

Origen: Argentina
Precio: $4.056.000
Garantía: 5 años o 150.000 kilómetros

Por fuera

Las versiones de entrada de gama de las 1-ton trucks (como se denomina internacionalmente a este segmento) usan una fórmula muy similar. Llantas de chapa, nada de cromados, nada de protección en la caja (ni lona ni barra de San Antonio) y la mínima pintura posible en los plásticos.

La Alaskan toma el mismo camino, pero al menos los paragolpes están pintados. Quizás sea la novedad, pero me parece que esta Alaskan Confort no se ve mal, como tampoco lo hace la Nissan Frontier S, de la que deriva. Adelante le faltan los cromados en la parrilla, pero de atrás se muestra bastante correcta. Como siempre decimos, son apreciaciones totalmente subjetivas.

En lo funcional, algunos equipamientos son importantes y otros no tanto. La protección plástica de la caja sirve, por supuesto. La barra también, porque es necesaria para apoyar objetos largos. La lona me hubiese sido útil en un viaje, pero en la ciudad cada vez más gente la usa abierta, para evitar que alguien la corte buscando algo en el interior.

Otras cosas quedan muy bien pero no suman desde lo práctico, como los estribos, que ayudan a subirse y se ven bien, pero bajan la altura libre desde 255mm a 229mm (además, las punteras plásticas se rompen). Las llantas de aleación son son las cosas que más ayudan a la apariencia de una pickup, pero se rayan fácil. Éstas de acero con cubiertas 255/70 R16 (uso mixto) me parecen adecuadas para el uso intenso.

La carga útil que soporta la Alaskan Confort es 1.115 kg en la 4×2 y 1.056 esta 4×4. La caja tiene un pequeño defecto de diseño, y es que los ganchos están ubicados en la parte alta, lo que no permite amarrar bien objetos al suelo. También le faltaría una luz para la caja. La tapa no tiene amortiguadores ni barra de torsión que la hagan más liviana, pero no es un problema en la mayoría de las situaciones.

Por dentro

Para mí, una de las cosas más importantes en un vehículo de este tipo es si genera mucho o poco cansancio con las horas de uso y, luego de 2.600 kilómetros, debo decir que siempre me resultó confortable. Los asientos tienen mucho que ver con esto, lo mismo que la insonorización y la ergonomía general.

Como es de esperar, no tiene nada parecido al lujo pero es un vehículo bastante completo. Tiene cosas que se agradecen, como los apoyabrazos acolchados (tanto en la puerta como en el medio), muy buena iluminación interior (me gustó una pequeñísma luz led que no se apaga de noche), comandos de audio al volante y cuatro levantavidrios, entre otras cosas. }

Entre lo que falta (en un versión base es relativo), yo pediría alarma, sensores de estacionamiento traseros, espejos de regulación eléctrica y más cantidad de airbags (trae los dos obligatorios, pero la competencia ofrece 7 o 6 en versión cabina simple, por ejemplo).

Los asientos son fundamentales en una pickup, y estos son cómodos. El ambiente está bien iluminado.

El espacio general es bueno, tanto adelante como atrás, donde hay lugar para 2-3 personas. El volante, en esta versión, se regula sólo en altura, pero como el asiento también lo hace, no es difícil sentirse cómodo. Hay bastantes portabotellas-objetos, aunque siempre se pueden pedir más. Tiene salida de aire acondicionado para atrás, pero le faltan tomas USB y un toma de corriente continua, algo que siempre le pedimos a las pickups.

Atrás hay buen espacio y salida de aire acondicionado. Faltan tomas USB (hay una adelante y una dentro de la consola central) y toma de corriente alterna.

No trae los portavasos extraíbles de las versiones más caras. Algo importante: el proceso de limpieza del filtro de partículas se puede activar manualmente.

No trae pantalla, lo que a mí no me afecta, y es lógico para una versión así. El estéreo suena muy bien y la radio tiene buen alcance. Las luces iluminan bien, aunque están lejos de las LED de la versión más cara. Para mí, una pickup tiene que venir con antinieblas en todas sus versiones, al menos uno trasero, ya que se usan en climas muy diversos. En este caso las de abajo son luces diurnas que se prenden al encender el vehículo.

En marcha

Hice 2.600 kilómetros, la mayoría en ruta -con tramos en muy mal estado, como la ruta 127 que pasa por Federal, Entre Ríos- y buena parte en tierra. Fui desde Córdoba a Posadas y, de ahí, bajé a Carlos Pellegrini, uno de los «portales» de acceso a los Esteros del Iberá. De allí salí hacia Mercedes y de vuelta a Córdoba.

Hace muchos años hice los mismos caminos en un auto común y salí por obra de la suerte, ya que cuando llueven son intransitables, y en el litoral llueve todo el año y no siempre lo anuncia el pronóstico. Esta vez, que estaba preparado, no cayó una gota, y se podía entrar y salir en cualquier vehículo, yendo a velocidad prudente.

El motor de la Alaskan Confort es el mismo 2.3 diésel, pero con un turbo en lugar de los dos que usan las más caras. Tiene 160 CV en lugar de 190, y 403 Nm de torque. Se combina únicamente con caja manual de sexta, aunque Nissan tiene una versión X-Gear con este motor y caja automática, por lo que no hay que descartar que Renault ofrezca algo similar en algún momento.

Este motor me parece sumamente acertado y equilibrado para una pickup. Tiene suficiente torque y potencia para la mayoría de los usos, aunque seguramente quien remolque maquinaria todo el tiempo o lo use a plena carga, buscará la opción con dos turbos. Pero yo sospecho que es, sobre todo, gente a la que le gusta andar muy rápido en camioneta, algo que siempre me pareció un error.

Anda bien, acelera razonablemente bien y, fundamentalmente, consume poco. Siempre remarco que los valores son a modo ilustrativos, pero en ruta entre 100 y 120 km/h me dio 7,3 litros cada 100 km, subiendo bastante a más de 130. En ciudad, donde anduve poco, me dio 9,3. El consumo medio me dio sólo 7 litros, pero tuve muchos tramos de tierra a velocidad pareja de 80-90 km/h.

Como dato, hay que decir que en las homologaciones de laboratorio, este motor con tracción 4×4 dio valores de 6,3, 7,8 y 6,9 litros cada 100 km en ciclos extraurbano, urbano y mixto, respectivamente. Son mejores valores que el 2.2 de la Ford Ranger, el 2.0 monoturbo de Volkswagen Amarok y el 2.4 de la Toyota Hilux, medidos en las mismas condiciones de laboratorio y en versiones 4×4.

Esta vez el barro no fue problema.

Otro punto fuerte de la Alaskan es su andar. Empezando por la elección de rodado (255/70 R16) y siguiendo por la conocida suspensión trasera multilink (en lugar del clásico esquema de elásticos), esta pickup anda muy bien en todo terreno, es especial el ripio y la tierra. Pero en ciudad y en ruta siempre va bien pisada y con mucho confort. Todas las pickups de hoy son más suaves que antes (la Ranger era la última dura), pero Amarok y Frontier-Alaskan son de las que más se asemejan a un auto.

Respecto a las capacidades off-road, la Alaskan tiene buena altura y esta versión cuenta con tracción en las cuatro ruedas y reductora (baja). No tiene bloqueo mecánico de diferencial, algo que se usa realmente poco pero que, en una situación límite en que una rueda quede en el aire, puede ser la diferencia entre salir o no salir del aprieto. La protección de las partes bajas es otra cosa que podría mejorarse, con un chapón más grueso y cobertor para el tanque de combustible.

La caja de sexta es muy buena, con una última marcha que deja el motor bastante relajado en ruta. La selectora, en cambio, tiene pasos demasiado largos (algo común en las pickups) y podría mejorarse, como supo hacerlos Mercedes-Benz con su malograda Clase X, que usaba la misma caja pero con un sistema de cables en lugar de varillas. La marcha atrás se suele salir al menor contacto, ya que no tiene ninguna traba.

Un detalle: tanto en esta unidad como en la full que manejé en el verano, las vibraciones del camino de tierra hicieron aflojar una tuerca que sujeta el negativo del borne, y que hace que se enciendan las luces del tablero. La ajusté con una pinza y no molestó más, pero Renault podría buscarle una mejor solución a algo tan sencillo.

Llegando

Tenía mucha curiosidad por esta versión con motor monoturbo y el resultado es ampliamente satisfactorio. Es un vehículo que dan ganas de hacerle kilómetros, confortable y con buen nivel de consumo. Dependiendo del uso que vaya a dársele, diría que el único ítem por el que podría no recomendarlo es por la cantidad de airbags, ya que la Hilux (referente del segmento) trae 7 en todas sus versiones.

El precio (de lista) es un poco más alto que el de algunos competidores, pero a su favor hay que decir que la Alaskan sí se consigue en los concesionarios, a diferencia de la mencionada Hilux, que tiene largos meses de demora para la entrega, sin precio congelado. Eso hace que cada vez más gente esté mirando con buenos ojos a la Alaskan, y creo que no se van a defraudar.