Ha sido catalogado como uno de los más lindos del segmento y tiene con qué: el nuevo Nissan Sentra 2021 se destaca en la calle y acompaña apariencia con mucha seguridad y mecánica clásica.
Los sedanes son una de las principales víctimas de la moda SUV: los clientes que antes preferían estos autos, amplios y de buen baúl, ahora se inclinan por vehículos aventureros, más altos y robustos. Cuando éramos chicos, el máximo objeto de deseo sobre ruedas era un auto bien bajito, en forma de cuña, casi una flecha. De grandes, agacharnos tanto nos hace doler la cintura.
Esta moda se cobró víctimas como el Ford Focus e hizo languidecer a otros, como el Honda Civic, que ya no vende como antes. El propio Toyota Corolla, todo un símbolo de la industria, se sigue vendiendo bien, pero fue superado a nivel mundial por su prima hermana, la RAV4.
Por suerte, Nissan sigue ofreciendo el Sentra en Argentina, ahora con la octava generación de este sedán que, como el anterior, se hace en México. Es un producto global: el mismo vehículo que llega acá es el que se vende, por ejemplo, en los Estados Unidos, sin cambios.
En Argentina se ofrece en tres niveles de equipamiento (aquí no hay versión Sense), Advance (manual o automática), SR (automática) y Exclusive, todas con el mismo motor 1.8. Probé la versión intermedia que es, a la vez, la más linda, con estética deportiva aunque sin diferencias mecánicas ni de puesta a punto.
Nissan Sentra SR
- Origen: México
- Precio: $3.782.700
- Garantía: 3 años o 100 mil kilómetros
Por fuera
Lo digo de entrada: me encanta el nuevo Sentra. Hay gente que lo critica, comparándolo con productos premium o con otros sedanes que no se venden acá. En Argentina compite principalmente con el Honda Civic (con el que tiene alguna inspiración común), con el Toyota Corolla, con el Volkswagen Vento y con el Chevrolet Cruze sedán. Todo es opinable en materia de gustos, pero creo que está bien arriba en la comparativa.
Además hay que decir que, más allá de la competencia, el Sentra se destaca mucho entre el resto de los autos que circulan por las calles de Argentina. El color de esta unidad (naranja metálico) suma, pero debo decir que es uno de los autos por el que más me preguntaron en la calle. En una estación de servicio es garantía de ronda de varones con la mano en el mentón.
Las claves de su diseño son una silueta bien proporcionada, unas líneas de diseño que comparte con sus hermanos Altima y Versa, un frontal bien lanzado (con un amplio voladizo delantero que hace acordar al Civic), un techo con mucha caída (fastback, una moda de esta era) y ciertas línea facetadas en el frontal. Sobre todo, se lo ve muy bien plantado en el suelo.
Guste o no, se nota el trabajo de diseño y la buena voluntad de Nissan de producir el Sentra con todos estos detalles bastante bien terminados. Esta versión SR gana apariencia con unas llantas de 18″ de perfil bajo y faldones laterales, que lo hacen aún más bajo, al igual que un falso difusor trasero y un escape grande. El coeficiente aerodinámico (Cx) es de 0,26, mejor que el de sus rivales.
Un auto así de bajo, con esa silueta, tiene beneficios e inconvenientes, pero a mí me parece que su apariencia está fuera de discusión, si lo comparamos con el resto de los autos que uno ve en la calle. Le agrega un poco de belleza a un parque automotor gris y envejecido. No es poco.
Por dentro
El nuevo Sentra es, por dentro, un auto confortable, bien terminado y muy seguro. El que lo diseñó pensó más en el gusto de conducir que en el resto de los pasajeros, aunque no defraude notablemente en ninguna plaza. La estética del interior es discutible, pero es un auto que se siente bien.
Es un auto bajo, hay que agacharse bastante para ingresar. La posición de manejo es cómoda y fácil de lograr, con regulación eléctrica de asiento y volante ajustable en altura y profundidad. La visibilidad no me pareció del todo buena: si uno sube mucho la butaca, el techo queda muy cerca y molesta un poco. Si uno la baja, no se ve bien hacia atrás por el diseño del baúl y el pequeño alerón.
Todo esto se suple muy bien entre cámara 360° y las distintas asistencias a la conducción, como frenado autónomo de emergencia, aviso de cambio de carril o alerta de punto ciego. Una de las más útiles es el alerta de tráfico cruzado, que nos avisa si no vimos venir a un auto al hacer una maniobra marcha atrás.
Pese a tener todo el hardware (cámara y radar), Nissan no le puso control de velocidad crucero adaptativo a esta versión del Sentra, y quedó exclusivamente para la más cara. No me parece una buena decisión, ya que es la más útil en el día a día.
El Sentra se siente bien, y eso no es poco, cuando otros productos del segmento C como los SUVs regionales (Taos y Corolla Cross, por ejemplo) han ido perdiendo calidad de plásticos y terminación. El volante tiene un tacto genial y todo el tablero, al igual que los tapizados. Sólo algunas cosas de las puertas, como los comandos de las ventanillas, pierden un poco de calidad. Detalle: la calidad de terminación en las plazas traseras no decae, otra cosa que está pasando mucho en la región.
Atrás es el espacio es correcto, pero menor que el de algunos rivales y también de algunos SUVs del mismo segmento. Entran bien dos adultos, pero la caída del techo hace que una persona de 1,80 lo roce todo el tiempo. Me esperaba más espacio para las piernas con 2,71m de distancia entre ejes, pero es medio justo para un segmento C. El baúl de 466 litros tampoco descolla, pero está bien para la mayoría de los usos.
Uno de los temas de este auto es la elección de cubiertas de perfil bajo (215/45R18), que colaboran con la buena performance dinámica, pero que pueden ser un dolor de cabeza por la cantidad de pozos y baches que hay en Argentina. No parece buena idea ponerle un auxilio temporal de pequeñísimo tamaño, pero uno más grande hubiese empeorado la capacidad del baúl. Es otra concesión al diseño exterior.
A nivel equipamiento, el único faltante es el mencionado control de velocidad crucero adaptativo. De serie es notable: viene con 6 airbags, luces full LED regulables y automáticas, cámara trasera con detección de objetos, las ADAS (frenado autónomo, alerta de cambio de carril, etc); y esta versión además cuenta con un hermoso techo solar, tapizados de cuero, detección de presión de los neumáticos, techo bitono y un montón de cosas más que se pueden consultar aquí. Como curiosidad, trae freno «de mano» a pedal, algo que ya vimos en la nueva Corolla Cross.
Para mí, el interior y equipamiento del Sentra es otro punto fuerte. Es un auto seguro y confortable, al que sólo le resta algún punto el auxilio temporario. El frenado autónomo es un elemento que permite salvar vidas pero, además, nos puede ahorrar unos cuántos dólares en un típico choque urbano.
En marcha
Mientras la mayoría de sus rivales se pasó a la motorización turbo, el Sentra sigue con un 1.8 atmosférico de 147 CV y 197 Nm de torque a 4 mil vueltas. No es el más potente (el Corolla tiene 170 CV con la misma cilindrada), pero se mueve bien para el uso diario, tanto en ciudad como en ruta. La caja es una CVT (variador continuo), que tampoco se caracteriza por sus prestaciones, pero hace bien su trabajo.
Es decir, no es un auto deportivo en absoluto, pese a su estética. Pero, cuando el asfalto es bueno, su desempeño dinámico es sobresaliente, al punto que uno no quiere bajarse. La suspensión trasera independiente hace todo bien y la puesta a punto general es muy buena. Se desliza suavemente por el camino, dobla como un tren sobre vías y es bastante silencioso. Dan ganas de andar y andar.
Acelera bastante bien, sin descollar, y pese a que las cajas de tipo CVT no dan ninguna sensación de deportividad, ésta en particular tiene buenas reacciones y está programada en 8 marchas virtuales, que se pueden comandar desde las levas. Quien quiera reacciones vigorosas, deberá pensar en otro auto. Quien busque un auto que se mueva bien, no se sentirá decepcionado.
En ciudad es un poco problemático, algo que conoce bien cualquier usuario de vehículos premium. Da miedo romper una cubierta en cualquier bache de las calles-rutas y el voladizo delantero largo, junto a la baja altura, hacen que toque en los badenes y lomos de burro más pronunciados. Con cuidado todo se sortea, pero hay que estar atentos. Esta también es una razón por la que los habituales clientes de estos autos se pasaron a SUVs y pickups. Es lo que hay.
Su buena aerodinámica y la caja, que hace que el motor vaya relajado, le dan buenos consumos en ruta, donde ronda los 6,3 litros cada 100 km a 110 km/h de tablero (tiene mucho error). Incluso puede consumir menos, si lo mantenemos muy constante. A 130 km/h sube a 7,5 o un poco más, y en ciudad ronda los 10 litros cada 100 km.
La dirección es cómoda en ciudad y muy comunicativa a velocidad. La insonorización es buena en ciudad y también aísla bien el viento en ruta, pero el motor se cuela un poco en el habitáculo, sin molestar.
Llegando
El Sentra me pareció un gran auto y de esos que uno no quiere soltar. Es un sedán para hacerle kilómetros y kilómetros, de día, de noche, en ciudad y en ruta. Como dije, es un auto muy lindo de ver, que -en esta versión y color- brilla en las calles de Argentina. Es un producto global y seguro, tiene buen precio y habla muy bien de las elecciones de sus compradores.
A mí me costaría el día a día en un auto de esta altura y propuesta, no me gusta ser tan cuidadoso a la hora de manejar y trato de salir del asfalto una o dos veces por mes. Me encantó manejar el Sentra, pero no me imagino todos mis días en un auto así. Esto, por supuesto, no tiene que ver con el auto, sino con los gustos personales.
Si conoce la propuesta, me cuesta imaginarme a alguien decepcionado con el Sentra. Gracias Nissan por seguir ofreciéndolo.
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