El Kicks 2021 es una sensación para Nissan y para el mercado argentino, donde está logrando records de participación. ¿Vale la pena? Puntos altos y bajos del SUV que compite con T-Cross y Renegade.
Ya pasaron cuatro años desde que Nissan presentó en Argentina su primer SUV del segmento B, uno de los nichos más competitivos del mercado argentino. Cuando llegó, su recepción fue buena: venía de México (país que lo exporta a los Estados Unidos) con buen nivel de equipamiento y una calidad de terminación levemente superior a la media.
A fines de abril Nissan lanzó el primer restyling o rediseño como Kicks 2021, que hace un tiempo cambió de origen a Brasil. No tiene cambios mecánicos, pero sí nueva estética y mejor nivel de equipamiento. En lo que va de 2021, el Kicks está peleando de igual a igual a productos como el Jeep Renegade y los Volkswagen T-Cross y Nivus. Está cuarto, pero menos de 500 unidades del líder.
Por eso me interesaba mucho volver a manejarlo, para qué tiene y qué le falta para pelear en el segmento. Lamentablemente no podemos saber exactamente cuánto sale esta versión, por los enormes problemas de oferta-demanda que hay en este momento y que expliqué en este video. El mes que viene, con la actualización de los impuestos internos a los autos, quizás el panorama sea un poco más claro.
Nissan Kicks Advance Plus CVT
- Origen: Brasil
- Precio: sin precio (lista $2.767.400)
- Garantía: 3 años o 100 mil kilómetros
Por fuera
El Nissan Kicks es una de las propuestas más equilibradas del segmento. Es un auto atractivo, que a cuatro años se sigue viendo moderno, y que no genera casi rechazo. Tiene algo de japonés en su propuesta, con trazos bastante marcados, pero no se pasa de rosca. Si ponemos en un extremo al T-Cross como SUV más «cuadrado» y del otro al Toyota C-HR, creo que el Kicks queda bien en el medio.
Eso me parece bueno porque el mercado argentino no es tan innovador ni variado como muchos piensan. Al consumidor medio le gusta que su auto se vea bien, pero tampoco quiere llamar tanto la atención. Allí apunta Nissan con el Kicks y me parece que lo hace muy bien.
Dentro del segmento es de los más amplios, con 4,3 metros de largo y 2,62m de distancia entre ejes. Es, también, de los más bajitos, con algo menos de 200mm de distancia libre del suelo. Técnicamente es un crossover, con algo de hatch y algo de SUV. Usa el conocido recurso del techo flotante (una línea negra en el parante C) para darle más deportividad al conjunto, y también la pintura bitono, en esta versión tope de gama.
Los cambios en este rediseño no son tantos. Cambió la parrilla, y se ve muy bien, y cambiaron las ópticas traseras, con una banda que las une de lado a lado. Además hay cambios en algunas llantas y el paragolpes trasero ahora está pintado. Lavado de cara, que le sienta bien, pero que tampoco hace la gran diferencia frente al modelo original.
Por dentro
Por dentro también cambió, aunque no tanto. Cuando se lanzó el Kicks, la versión más cara tenía detalles en marrón claro que a mí me gustaban mucho, pero ya no los trae. Sigue siendo uno de los B-SUVs mejor terminados (junto al Renegade), aunque la diferencia con el resto es menor. Tiene zonas acolchadas en el torpedo y las puertas, pero la calidad de los otros plásticos es similar al resto de los productos del Mercosur.
El volante es nuevo y, para mí, tiene el mejor tacto y grip del segmento. Parece una tontería, pero no puedo creer como muchos fabricantes descuidan el volante, la única parte del auto que el conductor siente todo el tiempo. Un volante o una palanca de cambios con mal tacto (rebarbas plásticas o malas costuras) es como una piedra en el zapato. Y créanme que los hay.
Mejoró bastante en el apartado equipamiento. Esta tope de gama ahora incluye asistencias a la conducción (ADAS) como alerta de cambio de carril (sin corrección de dirección), frenado autónomo de emergencia, alerta de punto ciego, alerta de tráfico cruzado y luces altas automáticas. Pese a tener el hardware (la cámara y el radar), Nissan no le puso control de velocidad crucero adaptativo, una de las asistencias más útiles y que sí viene en un rival del Kicks, el VW Nivus.
Un dato que siempre menciono: el frenado autónomo de emergencia no sólo puede salvar vidas (dentro del auto o de terceros), sino que puede hacernos ahorrar mucho dinero en un típico choque urbano por alcance. El frontal de un auto moderno con luces LED y radar no es nada barato.
La versión de entrada Sense, en tanto, es para mí una de las mejores opciones en cuanto a equipamiento, ya que viene con espejos y manijas color carrocería, llantas de aleación de 16″ (17″ en esta versión), antena tipo aleta de tiburón, 6 airbags, pantalla (de 7 pulgadas en vez de las 8 de esta versión), alarma, ingreso y encendido por botón, sensores de estacionamiento y volante regulable en altura y profundidad. No es lujosa pero de las mejores en cuanto a equipamiento junto a la Chevrolet Tracker.
Todos los detalles se pueden consultar en la ficha técnica.
La posición de manejo es baja para ser un SUV, aunque más alta que un hatch. Hay que agacharse un poco, a diferencia de la mayoría de sus competidores. Tiene buen espacio tanto adelante como atrás para ser un segmento B, sobre todo en largo. El ancho de hombros, en cambio, es limitado, y tres personas no irán cómodas en el asiento de atrás.
Atrás le falta salida de aire acondicionado, algo que sí ofrece el dúo de Volkswagen. Tampoco tiene tomas USB (adelante sí, una de tipo C y una común), pero sí un toma de 12V para enchufar un cargador de celulares u otra cosa. El respaldo del medio no se baja como apoyabrazos-portavasos.
El baúl, de 432 litros, es de los más amplios y cómodos del segmento. Debajo tiene un auxilio, que no es igual a las ruedas titulares, pero está compensado, con llanta de chapa. En general, el interior del Kicks es uno de sus puntos fuertes por calidad y equipamiento.
En marcha
Aquí no hubo cambios: el Kicks sigue con el conocido motor 1.6 16V de 120 CV y 149 Nm de torque a 4 mil vueltas, en este caso asociado a una caja automática de tipo CVT. Es una mecánica suficiente para un uso familiar, pero a la que no le sobra nada para un vehículo de este porte. La competencia está ofreciendo motores turboalimentados que tienen potencia similar pero mucho más torque.
De todas maneras, como dijimos, el consumidor argentino no es de los más innovadores, y esta mecánica clásica tiene como atributo la confiabilidad y la sencillez. Mueve bien al Kicks sin descollar, con prestaciones similares a modelos como el Renegade o el T-Cross antes de recibir el motor turbo. La caja CVT es muy confortable para el día a día en ciudad, pero no es la más ágil cuando estamos apurados. No trae levas al volante ni marchas simuladas.
Al no ser tan alto, se mueve bien en ruta y dobla razonablemente bien (por supuesto, trae control de estabilidad). Consume bastante poco en velocidades hasta 110 km/h, porque además la caja hace que el motor vaya bastante relajado, con valores que oscilan entre los 6,3 a 6,6 litros cada 100 km. No sube tanto a 130 (7,5 aproximadamente. En ciudad puede rondar los 9,3 litros, dependiendo mucho del tráfico, porque es un auto pesado y, si frenamos y salimos mucho, el consumo se disparará.
Tiene buen confort de marcha, sin ser descollante. En ciudad es cómodo y bastante silencioso, con alguna dureza por las llantas de perfil tirando a bajo en esta versión. En ruta se comporta muy bien, pero hay algo de sonido de viento a la altura de las ventanillas traseras. En tierra anda bien, pero no es de los SUVs más aptos para el off-road.
La dirección está muy bien calibrada, muy blanda en ciudad y suficientemente dura en ruta, con un muy buen radio de giro. Frena bien y, de noche, las luces LED son excelentes, con el agregado de que las altas son automáticas.
Llegando
El Kicks no decepciona marcadamente en ningún ítem, y eso no es poco. Las automotrices pelean fuerte en este segmento y no quedan productos que sean realmente malos, todos ofrecen un mínimo alto. Este Kicks, para mí, está entre los de arriba gracias a ser un producto muy equilibrado: es amplio, confortable, seguro y sobre todo, lindo (o, como mínimo, muy agradable).
Su punto más discutible es el motor, porque desde que Volkswagen por fin abandonó el viejo 1.6, casi todos los competidores de peso se han pasado al turbo. El Renegade sigue en deuda pero la saldará pronto, con el nuevo motor de Stellantis que se estrenará en un nuevo competidor, el Fiat Pulse.
Personalmente tengo mis dudas al respecto, creo que hay muchos que valoran la confiabilidad por sobre las prestaciones, pero no puedo saberlo con seguridad. Hay que pensar que Nissan apunta a un consumidor familiar y bastante urbano, donde la potencia no es lo primero en mirarse.
No tengo idea si puede usarse, pero el motor 1.3 turbo que Renault está haciendo en Brasil le vendría excelentemente bien a alguna versión de este Kicks, pero por ahora no creo que sea la prioridad. El Kicks sigue muy vigente y sus números así lo demuestran.
Seguinos en Facebook o Twitter.
Para recibir más novedades de este tema te podés suscribir por mail a nuestro boletín gratuito.