Probamos la versión tope de gama de la Nissan Frontier, que ahora se hace en Argentina. Una pickup que busca el equilibrio, con motor potente y eficiente y mejoras en equipamiento. 

Luego de haberla manejado en Bariloche, durante su presentación, ahora nos tocó una prueba más larga en Córdoba con la nueva Nissan Frontier, que ahora se produce justamente en nuestra ciudad. Esta camioneta -que antes llegaba importada de México- recibió, con el cambio de origen, refuerzos, mejoras de equipamiento y una puesta a punto levemente distinta.

Pero, en esencia, es el mismo producto, con la misma mecánica y el mismo esquema de suspensión que la ha hecho famosa: en el eje trasero, en lugar de traer los clásicos elásticos, trae un eje rígido pero agarrado con espirales, en una suerte de esquema semi independiente multilink. Adelante, además, recibió una barra estabilizadora más gorda. En otros aspectos, perdió algo de lo que traía la mexicana, como veremos a continuación.

Probamos la versión tope de gama con caja automática de siete marchas. Actualmente la Frontier se vende en dos niveles de equipamiento y cinco versiones en total (4×2, 4×4 y 4×4 automática), pero en los próximos meses deberá completarse la gama con las versiones más baratas.

Nissan Frontier LE 4×4 AT7 2.3 biturbodiésel

• Origen: Argentina
• Precio: $ 1.555.100
• Garantía: 3 años o 100 mil kilometros

Por fuera

El diseño de la Frontier es de los más agradables y equilibrados (un adjetivo que usaremos mucho en esta nota). Es robusto sin ser prepotente, como está proponiendo las camionetas de origen americano. Tiene una linda silueta -si se puede decir algo así de una camioneta de este segmento-, que permitió otros dos productos atractivos, como la Renault Alaskan y la Mercedes Clase X.

Tiene algo de la J de Mistubishi en la unión entre caja y cabina, el recorte característico en la ventanilla trasera, faros que llegan hasta el lateral -como impone la moda) y llantas de 18 pulgadas le quedan muy bien, pero no son de lo más funcionales para una camioneta.

Hay dos detalles que están a medio camino entre diseño y equipamiento que no me gustan. Por un lado, los estribos laterales tienen punteras de plástico y se desgastan con el uso intenso en tierra, llegando a romperse totalmente como puede verse en las fotos de abajo (que corresponden a una unidad mexicana con dos años trato rudo en tierra).

Las punteras de los estribos de las unidades mexicanas se rompían con el uso intenso. Las cordobesas parecen iguales.

Llegan a salirse.

El otro es el del revestimiento de la caja. Las unidades mexicanas traían pintura plástica y las vibraciones podían llegar a rajarla, siempre hablando de uso intensivo, como se presupone en una pickup. Ahora traen un protector plástico termoformado, que no sabemos si es una solución mejor o peor para este problema, ya que todavía no hay unidades con tanto trajín.

Otro inconveniente de la caja es que los ganchos de sujeción están en el borde de arriba de la caja y no en el piso, algo que no siempre sirve. Además, la lona marítima debe comprarse aparte, como en la mayoría de las camionetas del segmento. Como dato positivo, hay toma de 12V.

A la izquierda, una Frontier mexicana con uso intenso de dos años, en la que la pintura plástica se rajó por las vibraciones. Ahora viene con un cobertor plástico que no llega a los bordes superiores.

Los ganchos altos no siempre son útiles, son mejores en el piso para sujetar cosas en el fondo.

Las medidas de la caja son 1,5 x 1,56 x 0,47, con 1,13 metros de distancie entre pasos de rueda. La capacidad de carga de la Frontier es de una tonelada y puede remolcar un tráiler de 3,5 toneladas (con freno) o 750 kg (sin freno).

Por dentro

El interior de la nueva Frontier cambió poco, pero fue todo para mejor. Se agregó un nuevo sistema multimedia (con Android Auto-Apple Carplay, que funciona muy bien), más airbags (lamentablemente, sólo en esta versión) y techo solar eléctrico, un equipamiento que le queda más que bien y es único en el segmento.

Pero, más allá de los cambios, ¿qué tal es el interior de la Frontier en comparación con su competidores? En general, está en la media del segmento, sin terminaciones muy destacadas (en eso la Clase X puede sacar ventaja) pero funcional y confortable. Mención especial para las butacas, muy cómodas; y para un detalle que pocas veces se menciona: la suavidad con que se cierran las puertas.

La habitabilidad es buena, mejor adelante que atrás. Lo ideal es que viajen cuatro personas, pero cinco se pueden arreglar. El espacio para las piernas es algo justo y lo mismo para el ancho de hombros. Punto a favor en las plazas traseras: tiene salida de climatización. Punto en contra: le falta toma USB o de 12V para cargar el celular.

Lo hemos dicho en otros casos y lo repetimos acá: la toma de 220V es un plus que se agradece mucho y que sólo la Hilux lo trae. Hoy una computadora es la herramienta de trabajo más importante de mucha gente, pero también se puede enchufar aparatos de medición y otras cosas.

El techo solar corredizo, un plus de la Frontier.

El tablero tiene muy buena información y excelente legibilidad, aunque el diseño de los cuadrantes quizás no sea el más atractivo. La pantalla táctil se combina con varios botones físicos, algo que le pedimos a todos los autos pero especialmente a los vehículos de trabajo. Muy bien. La bocina se sigue activando al mínimo roce, algo que ya pasaba en la mexicana (claxon) y no se corrigió.

El confort general es bastante bueno y la Frontier se siente muy bien en largos viajes. La aislación acústica general es buena, pero el motor es algo ruidoso y se termina metiendo cuando lo subimos mucho en vueltas.

A modo de resumen: la Frontier es confortable y tiene buen equipamiento (le faltan airbags a las otras versiones). Se siente bien tanto en el uso intenso como en los viajes.

En marcha

El motor de la Frontier no cambió, sigue siendo el 2.3 biturbiésel de origen Renault, de 190 CV de potencia y 450 Nm de torque. Es un motor que empuja de mil maravillas, tanto en baja (el máximo torque está disponible desde las 1.500 rpm) como en alta, que no será el más potente del segmento pero se defiende bien y tiene consumos de los más razonables.

Es, una vez más, un motor equilibrado. En marzo deberían llegar las versiones con el mismo impulsor pero con un sólo turbo, de 160 CV de potencia.

La caja de esta unidad es la automática de siete marchas (hay disponible, además, una manual de seis marchas), que no es la más rápida del segmento pero se defiende bien. No tiene levas al volante (sí las tendrá la Clase X, con la misma caja), pero se puede cambiar secuencialmente desde la selectora.

El sistema de tracción 4×4  con reductora de la Frontier está ampliamente probado y funciona más que bien en situaciones que requieren el uso de la baja (ambas se seleccionan desde el interior, la doble tracción hasta los 100 km/h).

El inconveniente es que esta Frontier no trae bloqueo mecánico del diferencial trasero, algo que quizás sea poco valorado por el usuario medio (mi experiencia en clínicas de manejo es que pocos saben para qué se usa) pero muy útil a la hora de salir de un atasco importante con una rueda en el aire. Una automotriz con tanta experiencia en camionetas como Nissan debería ofrecerlo, pese a que algunos productos de la competencia no lo traen.

El torque a bajas vueltas hace que la Frontier tenga muy buena respuesta al acelerador, tanto partiendo desde cero (11 segundos para el 0-100 km/h) como en los sobrepasos. Es un vehículo que se disfruta mucho en la ruta y que no ofrece grandes problemas en ciudad, pese a su tamaño.

El confort de marcha es bueno, algo reboteadora como casi todas las camionetas de este tipo. La suspensión trasera multilink es un plus que se siente sobre todo doblando rápido y en caminos de tierra. Con carga no se resiente su desempeño dinámico, hasta podría decirse que lo equilibra más.

Los consumos son equilibrados. En ciudad ronda los 11 litros cada 100 km (puede ser menos, dependiendo del tráfico), en ruta a 100 se conforma con menos de 8 litros y a 130 alrededor de 10,5. La velocidad máxima es de 173 km/h en sexta marcha.

Legando

La Frontier ya era un gran producto y ahora está un poco mejor. Su clave es el equilibrio, y en eso se parece a la Hilux: no es la más potente, pero tiene excelentes prestaciones; anda bien en tierra y en asfalto; se puede usar en ciudad y se disfruta mucho en ruta. Es rápida y tiene buenos niveles de consumo.

También puede mejorarse. agregando más airbags a las otras versiones, bloqueo de diferencial y algunos detalles más. En un mercado tan competitivo, donde no hay productos malos, hay que tratar de llenar todas las casillas para destacarse. Nissan tiene con qué.

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