El sistema de autopistas de Alemania, conocido como Autobahn, es mundialmente famoso por no tener un límite fijo de velocidad. Para ponerse de acuerdo con la Unión Europea quisieron cambiarlo, pero no funcionó.
Los amantes de los autos suelen conocer bien este dato de trivia: la red de autopistas de Alemania, conocidas como Autobahn, no tienen un límite fijo de velocidad máxima. Las máximas por supuesto existen, pero sólo en lugares determinados como los ingresos a pueblos y ciudades.
En el resto de los tramos -alrededor de un 50 por ciento- no existe dicho límite. Cuando decimos que no hay máxima es literal: se puede circular a 150, 200, 250 o 300 km por hora sin que te hagan una boleta. No por nada el alquiler de autos de lujo y deportivo es muy común en Alemania: es un paraíso para los amantes de la velocidad.
Basta buscar Autobahn en youtube para encontrarse con miles de videos de gente manejando a más de 200 km/h. Los alemanes, orgullosos de su industria automotriz, defienden este derecho por años, pese a que distintos grupos han intentado limitar la velocidad de las autopistas.
La propia Unión Europea tiene medidas al respecto y viene pidiendo hace años que Alemania se encuadre a normativas de los otros países, pero ni antes ni ahora esas iniciativas han logrado prosperar. La última fue la semana pasada.
El Partido Verde había mandado un proyecto a la Bundestag para fijar un límite de 130 km/h, de acuerdo a lo que pide la UE. El proyecto fue rechazado por la mayoría del parlamento, incluido el partido de Angela Merkel.
De esta manera, al menos por un tiempo más, las Autobahn seguirán siendo el paraíso libre de los amantes de la velocidad, aunque el creciente tráfico sea la real limitación para correr. Por supuesto, el estado de las autopistas alemanas es sobresaliente y por eso no tiene un promedio de accidentes mayor que la media europea.
Fuente: DW.
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