La prensa ya prueba en Sudáfrica a la versión de producción del ID o Neo, el primer auto eléctrico del ambicioso y multimillonario proyecto de vehículos sin emisiones de Volkswagen. Esperan un «Beetle del siglo XXI».
Uno de los proyectos más ambiciosos y arriesgados de la industria automotriz del nuevo siglo comienza a tomar forma. Luego del escándalo del #dieselgate, Volkswagen podrá todos sus esfuerzos (y sus fondos) en transformarse en una compañía de movilidad eléctrica. Ese plan tiene su primera constancia real y concreta, con las primeras fotos del nuevo ID en su carrocería definitiva, también llamado Neo (no oficial).
Por ahora se usa el nombre ID tanto para el auto y como para la nueva familia de vehículos eléctricos. Para contextualizar la magnitud del proyecto, la semana pasada se conoció que Volkswagen piensa invertir 10 mil millones de dólares hasta 2023 en el desarrollo de estos nuevos autos y la conversión de sus plantas actuales en fábricas de electromovilidad, la nueva palabra de moda.
Sólo la nueva plataforma MEB (la equivalente eléctrica de la MQB) será responsable de 15 millones de autos eléctricos, según Volkswagen, una cifra totalmente desproporcionada respecto a los magros volúmenes que tienen hoy los autos eléctricos.
Semejante cantidad de dinero implica que Volkswagen deberá ponerse a dieta hoy mismo, para lograr un lucro superior. Entre otras cosas, se aumentará la productividad de las plantas y se dejarán de ofrecer versiones de poco volumen en todo el mundo. En Europa esto comienza a verse ya mismo, con la desaparición, por ejemplo, de cajas automáticas en autos económicos.
Por ahora, la familia ID tiene cuatro modelos en carpeta: este Neo, el Crozz (un SUV o crossover), el Vizzion (un sedán de lujo) y el querido Buzz, la nueva Kombi eléctrica.
ID o Neo
En este proyecto, el primer auto es fundamental. Hasta ahora al ID lo hemos conocido como un concept que da vueltas por el micromundo de los salones del automóvil. Pero esta semana se hizo real, con la aparición de las primeras fotos del vehículos de producción en Sudáfrica, donde Volkswagen está mostrando a la prensa mundial los primeros avances.
Lo que puede verse es un hatchback con mucho aspecto de monovolumen, que hace acordar un poco al exitoso Honda Fit en su concepto. Pero, como este auto ya nació eléctrico, tiene un capó bien corto, las ruedas bien al extremo de la carrocería y unas enormes puertas traseras, lo que habla de un excelente espacio interno. Las especulaciones hablan de una distancia entre ejes de 2,75 metros.
Se supone que el Neo tiene las medias externas de un Golf (4,25 metros). En el piso tendrán grandes y pesadas baterías que le darían una autonomía de entre 300 y 400 kilómetros según versión y un peso que superaría los 1.600 kg. Según lo que filtraron algunos medios, pese a esto, tiene un muy buen comportamiento dinámico. Se habla, incluso, de suspensión adaptativa para las versiones más caras.
Varios entusiasmados hablan de este Neo como el Beetle o Escarabajo del siglo XXI. Por el momento coinciden en algo: ambos son tracción trasera.
Por dentro se puede intuir un instrumental bien distinto a lo que hace hoy por hoy Volkswagen, sin vicera y no integrado en el torpedo, aunque todavía falta para conocer la versión definitiva. El nombre final se decidirá en marzo (Neo parece una excelente opción como para descartarla) y la producción en serie comenzaría en el segundo semestre del año que viene.
Por el momento el proyecto ID está lejos del Mercosur. Para esta parte del mundo la estrategia comenzará con los híbridos, dada la falta total de infraestructura.
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