La devaluación del real y las retenciones a los productos industriales complican el despegue de la industria automotriz, que comienza a recuperarse pospandemia pero no logra hacerse fuerte en Brasil.
Hace unos meses la industria automotriz comienza a mostrar signos positivos en la dura realidad pospandemia. Los números comienzan a ser levemente positivos, empujados por una acuerdo entre el Gobierno y las automotrices para mejorar el mix de ventas entre vehículos importados y los de industria nacional.
La contracara de esto son las exportaciones, que no logran copiar la curva de producción y siguen en rojo, cuando tradicionalmente no menos no menos del 70% de los autos argentinos van hacia otros países. Retenciones a las exportaciones industriales y devaluación del real son algunos de los factores que afectan a las exportaciones.
En el mes que cerró se produjeron en Argentina 32.570 unidades, un 13,5 % más respecto de octubre y 20,2 % superior al registro del mismo mes del año pasado. Si bien las cifras son bajas en la comparación histórica, la curva positiva es una muy buena noticia en las circunstancias actuales.
Por supuesto, con dos meses de fábricas cerradas por la pandemia, el acumulado está muy por debajo del de 2019, con 227.015 unidades producidas (vehículos de pasajeros y utilitarios), una caída de 24,4%.
Exportaciones no remontan
Esta remontada de la producción se sostiene por el mercado interno, que también muestra signos positivos. Pero la industria automotriz no puede sobrevivir sin exportaciones: el sector contabilizó 11.503 vehículos exportados, es decir, un 22,5 % menos en su comparación con el mes anterior, y 35,8 % por debajo del volumen que se contabilizó en noviembre de 2019.
El dato es alarmante y seguramente hay muchas razones, para empezar la pandemia, que sigue pegando tanto en los mercados como en la logística mundial. Pero hay factores económicos que también son determinantes.
Ya son varios los referentes del sector que dicen que les cuesta ganar plata con cada auto que exportan a Brasil, por la devaluación frente al dólar que ha sufrido el real (más de 20% en un año) y por la falta de competitividad de la industria argentina. A los llamados «impuestos distorsivos», como Ingresos Brutos provinciales, se suman las retenciones a las exportaciones industriales.
El actual gobierno eliminó los derechos de exportación a los autos pero sólo para los que van a destinos que no son Brasil. Uno de los principales reclamos actuales de los referentes de Adefa (fabricantes) es que también se elimine para ese mercado.
Hace unos días el presidente de Renault Argentina dijo que están trabajando para exportar la Frontier cordobesa a Brasil «Argentina tiene hoy problemas de cargas impositivas y de competitividad que hacen que, con el nivel que tiene el real frente al dólar, sea difícil concretar. La rentabilidad es marginal o negativa«, indicó Pablo Sibilla.
Antes, Pablo García Leyenda, director comercial de FCA, lo reconoció en la conferencia de prensa. Consultado por el desempeño comercial del Cronos en Brasil, dijo que el modelo «está con márgenes negativos para la compañía». «Es un producto que tiene alta aceptación pero de alguna manera tenemos ciertas limitaciones con temas de competitividad«.
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