Tanto General Motors como PSA admitieron que están en negociaciones para la compra de Opel por parte de los franceses. Con esto, GM renuncia a competir en Europa a nivel de Toyota y VW.
La noticia corrió primero como un adelanto de la agencia Reuters y por la noche ya había sido confirmada por las automotrices involucradas. El fabricante norteamericano General Motors está en negociaciones con PSA Peugeot Citroën para venderle sus marcas europeas, Opel (Alemania) y Vauxhall (Gran Bretaña).
Si se concreta, el hecho tiene tiene relevancia mundial para la industria por la cantidad de factores involucrados. Por un lado implica el abandono total de GM del mercado europeo, donde ya no tendrá más que vehículos específicos como el Camaro. Con esto, GM también está renunciando a competir contra las automotrices más grandes del mundo como Volkswagen y Toyota por ser el #1, cetro que supo tener por largos años.
Por el lado de PSA se abren muchas dudas, ya que la compañía recién está logrando salir de su propia crisis que la llevó a la posible bancarrota en 2012, cuando tuvo que rescatarla primero el estado francés y luego los chinos de Dongfeng. PSA adquiriría una compañía que está mucho mejor que antes pero que no da ganancias hace largos 17 años.
Opel y su hermana británica Vauxhall son todo un caso dentro de la industria. La empresa ha sido un hueco por donde GM ha perdido 15.000 millones de dólares desde 1999, pero que ha estado en proceso de saneamiento en los últimos años y se esperaba que en 2016 por fin dejara los números rojos.
Y entonces llegó el Brexit (los británicos votaron salir de la zona euro), la devaluación de la libra y la compañía quedó partida al medio, con plantas a ambos lados del Canal de la Mancha. Las pérdidas británicas afectaron el balance y finalmente cerró 2016 en pérdida. Las previsiones ahora mencionan 2018 como el año de ganancias.
Y si esto fuera poco, Francia también está jugándose su pertenencia a la Unión Eurpea, con una candidata a presidente (LePen) que ya anunció que impulsará la salida del bloque común de resultar electa. Un panorama complejo.
Por supuesto que también hay beneficios para que se esté hablando de esta compra. Opel y PSA tienen varios proyectos en común, compartiendo desarrollo y plataformas, que bajo un mismo paraguas podría resultar en menos gastos. También implicaría, por cierto, cierre de plantas y despidos de personal duplicado.
Y, hablando de duplicados, también hay que decir que la gama de Opel se superpone bastante con la de Peugeot en algunos casos y con la de Citroën, en otros. Luego de los grandes esfuerzos que ha hecho PSA por evitar solapamientos entre sus dos marcas francesas, ahora debería volver a empezar con la compañía alemana.
Seguramente hay factores que desconocemos que hacen posible estas conversaciones, oficializadas por ambas compañías. Quizás los chinos de Dongfeng tengan más peso del que ha trascendido hasta ahora en la negociación, buscando una compañía más en su portfolio.
Opel tuvo un paso fugaz por Argentina, cuando en 1978 se fabricó el Opel K-180, versión nacional del Kadett. Luego de la crisis de 2008, Opel probó una expansión mundial que la llevó a intentar en mercados como el ruso (donde le fue mal) y estuvo a punto de traerla de nuevo a nuestro país. Finalmente, en 2012 los rumores se fueron diluyendo.
Sí queda el legado de modelos vendidos con la marca Chevrolet, como el inoxidable Corsa (luego Classic, que se fabricó y vendió en Argentina hasta el año pasado), el Astra o la querida dupla Meriva–Zafira.
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