Kia presentó en los Estados Unidos el nuevo K5, como se llamará en su nueva generación el Optima. Es un sedán de cinco metros de largo, con motores turbo y tracción delantera o integral.
No es un buen momento para los sedanes. Ante la invasión de los SUVs, no les queda otra que reinventarse o morir, como ya le ha pasado a otras carrocerías, como los monovolumenes. Bajo este paradigma, Kia acaba de presentar en los Estados Unidos el nuevo K5, nombre que unifica lo que anteriormente se conocía como Optima.
Es un sedán del segmento D, de casi cinco metros de largo y base de tracción delantera, aunque también contará con integral. Usa la nueva plataforma N3 de la marca y se fabricará en la planta de West Point, Georgia, al lado del Telluride, un SUV que también ha llamado la atención con su diseño.
Y es que el nuevo K5 se destaca bastante en este aspecto para ser un producto de una marca generalista, lo que ha llevado a que estas fotos recorran las redes sociales. Es bien bajo, tiene un lateral más que interesante (con la ya típica silueta fastback) y está muy bien decorado, con grupos ópticos bien resueltos, que llaman mucho la atención sin ser excesivamente farolero.
Tiene bastante del Stinger, pero a la vez se lo nota un paso más adelante, sobre todo en le frontal con esa parrilla bien ancha (por cierto, muy al estilo de varios vehículos americanos). La trasera, en cambio, parece algo gorda con un voladizo muy largo, que le quita un poco de deportividad. Lo más llamativo -y quizás algo polémico- es el remate del techo con el lateral.
Dos motores turbo, 290 CV, tracción integral, caja de doble embrague «húmeda»
Kia le puso mucha pimienta al apartado mecánico para tratar de lograr un producto atractivo que no sea un SUV. El K5 vendrá con dos motorizaciones, un 1.6 naftero turbo, capaz de generar 180 CV y 264 Nm de torque. Va asociado a una nueva transmisión automática de ocho velocidades y se puede configurar con un nuevo sistema de tracción integral AWD.
El segundo escalón es la versiónGT, que abre paso a un nuevo motor turbo de cuatro cilindros y 2.5 litros, capaz de generar 290 CV y 421 Nm de toeque, convirtiéndose en uno de los sedanes de más alto desempeño en la categoría. Viene con una nueva transmisión de doble embrague húmedo de ocho cambios y promete llegar de 0 a 96 km/h en sólo 5.8 segundos.
El chasis promete una puesta a punto orientada al refinamiento y al alto desempeño. La geometría de la suspensión fue optimizada para mejorar el comportamiento dinámico y la respuesta, mientras la cabina recibe un meticuloso trabajo de insonorización. Tiene modos de manejo Normal, Smart, Sport, Custom y Sport +, este último exclusivo de la versión GT.
Interior, más sobrio pero muy equipado
El interior no es tan llamativo como el diseño exterior, pero sí tiene todo lo que se le puede pedir a un auto como éste. Asientos con función de ventilación o calefacción, memoria para ajuste de espejos y asientos, techo panorámico, cargador inalámbrico para teléfonos, sistema de sonido Bose de 12 parlantes, asistente de mantenimiento de carril, monitor de punto ciego y un control de velocidad crucero adaptativo que se apoya en información de tráfico provista por el navegador.
En el apartado multimedia, viene con un sistema de infotenimiento con pantalla de 8 o 10.25 pulgadas, según versión, que permite conectar dos teléfonos vía Bluetooth de manera simultánea. Además, es compatible de manera inalámbrica con Apple CarPlay y Android Auto y es capaz de atender comandos de voz naturales, como «enciende la calefacción del volante».
Es difícil que alguna vez veamos un Kia K5 en Argentina, pero no queríamos dejar de mostrártelo.
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