Según el gremio Smata, actualmente hay 4 mil trabajadores suspendidos en la industria automotriz de Córdoba. Las razones son el exceso de stock por baja del mercado interno y trabas a las exportaciones.
Las autoridades del gremio metalúrgico Smata le pusieron cifra a la cantidad de trabajadores de la industria automotriz que actualmente están bajo régimen de suspensión en Córdoba. Según la filial, son alrededor de 4 mil los operarios que no van a trabajar esta semana y que tienen panorama incierto en los próximos meses.
Eso corresponde a los 1.500 que no concurrirán esta semana a la planta de Renault-Nissan en el barrio de Santa Isabel y a los de Fiat en Ferreyra, más los que operan en ciertas autopartistas. En total, el gremio tiene unos 9 mil afiliados en la provincia.
El motivo ya ha sido explicado aquí. El mercado de autos vive una caída muy profunda, lo que ha llevado a un stock record de autos 0km. Pero lo más grave viene por el lado de las exportaciones: pese a la devaluación del peso argentino, la doble decisión del gobierno de bajar los reintegros a las exportaciones y volver a las retenciones industriales han puesto en jaque los envíos al exterior.
Es decir, en momentos en que el mercado brasileño presenta un crecimiento leve (pero importante para Argentina, por la proporción de su mercado), la industria local no puede ubicar productos debido a los altos costos.
La situación es más crítica aún para los autopartistas, que se ven perjudicados por las retenciones. Es que un auto con 40% de piezas locales paga más aranceles de exportación que uno que sólo tiene 10% de contenido local, como lo explicamos en esta nota del año pasado.
La industria automotriz cordobesa viene de millonarias inversiones para producir nuevos autos. 500 millones de dólares se pusieron en Ferreyra para la producción de Cronos y 650 en Santa Isabel para la producción de tres pickups, a la que hay que sumar 100 para hacer la nueva Kangoo.
Sobre el caso de Santa Isabel, las últimas inversiones han dejado la planta lista para producir a un ritmo de 102.731 unidades anuales, que eran las previstas para este año. Pero la realidad ha cambiado radicalmente: dos de las tres pickups están en stand-by (Renault Alaskan y Mercedes Clase X).
Para tener una idea: en los dos primeros meses del año Nissan vendió 405 unidades de Frontier en Argentina y 1.139 en Brasil, volumen que podría producirse en algo más de una semana a pleno.
“La situación es preocupante porque cuando la industria automotriz se resfría los cordobeses nos agarramos una pulmonía”, dijo hoy el ministro de Industria, Comercio y Minería de Córdoba, Roberto Avalle.
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