La pronosticada invasión de autos chinos en Argentina no sucedió y hoy las marcas pasan por un mal momento: son muchas y venden poco. Hay algunas que venden menos de 10 autos por mes en todo el país. 

Cuando asumió Mauricio Macri, muchos pronosticaron una invasión de marcas chinas, por el levantamiento del cepo cambiario y las mejoras en los trámites de importación. Además, la familia presidencial fue pionera con los autos chinos (trajo Chery hace más de 10 años) y el propio presidente se juntó en 2017 con Anning Chen, responsable de la compañía.

Sin embargo, el aluvión chino fue sólo de marcas: gran cantidad desembarcaron en el país y todavía faltan otras, pero el volumen de negocios es mínimo. En septiembre, por ejemplo, nueve marcas chinas vendieron todas juntas 125 autos en Argentina.

Muchas se quedaron por debajo de los 15 autos en todo el país, una cantidad que difícilmente logre salvar al menos los gastos fijos, teniendo en cuenta que tienen concesionarios en varias provincias y sus autos no tienen valores premium.

Chery es la única que se despega un poco con 99 autos vendidos en el mes de septiembre y 1.738 unidades en todo el año. Lifan, la segunda marca con mayor antigüedad (llegó en 2015), también tiene unos números decentes, con 46 patentamientos en septiembre y 470 en todo el año. Sin ambargo, ambas perdieron participación: Chery pasó del 0,8% del mercado al 0,5 y Lifan, del 0,2 al 0,1. De hecho, todas juntas apenas llegan al 1% del mercado argentino.

De ahí en más los números son muy bajos. La constante devaluación del peso argentino hace que las operaciones de los importadores cada vez sea más difícil, ya que no tienen espalda para diferir los aumentos de precios (que están en dólares), como muchas veces hacen las automotrices más grandes.

Estas fueron las ventas de las marcas chinas en el último mes, sacando Chery:

  1. Lifan 46
  2. DFSK 22
  3. JAC 13
  4. Geely 11
  5. Baic 11
  6. GREAT WALL 11
  7. HAVAL 9
  8. Shineray 8
  9. FOTON 5

En este contexto surge la duda de cuántas seguirán operando en el mercado argentino, ya que las perspectivas tampoco son buenas. Hoy ya no existe la libertad cambiaria de cuando llegaron y, fundamentalmente, el volumen de negocios es demasiado pequeño.

El nicho que parece más viable es el de los vehículos comerciales livianos, donde no hay mucha competencia dentro del Mercosur (autos que no pagan el 35% de aranceles que sí pagan los chinos). Lifan y DFSK se desarrollaron en ese pequeño hueco.


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