Corolla Alberto Fernandez

Dentro del plan de emergencia económica que el gobierno mandó al Congreso, hay un aumento significativo de los impuestos a autos de gama media y alta, en un momento en que el mercado está en baja histórica.

En un capítulo que será recordado por mucho tiempo en el sector, el presidente Alberto Fernández participó de un acto en el que estaba toda la plana mayor de la industria automotriz en la sede del sindicato Smata, como muestra de unidad ante una crisis que pegó a todos, pero muy fuerte a este sector. El anfitrión fue Ricardo Pignanelli, dirigente peronista histórico de Smata.

Mientras el acto continuaba -Alberto llegó, habló y se fue- el ministro de Hacienda Martín Guzmán enviaba al Congreso un mega proyecto para enfrentar la crisis en el que había un capítulo para la industria automotriz. Allí se propone una fuertísima suba a los impuestos internos a los autos, una herramienta que en el pasado la había usado el entonces ministro Kicillof para evitar la fuga de dólares vía la compra de bienes dolarizados como son los autos.

En ese momento se llamó impuesto al lujo, porque establecía dos escalas a partir de las que se aplicaba el impuesto, y la primera parecía alta en diciembre de 2013. Pero a comienzos de 2014 hubo una fuerte devaluación y los autos -que siempre son bienes dolarizados, porque hasta los hechos en Argentina tienen 70% importado- afectados por el impuestazo comenzaron a ser los de gama media.

Alberto Fernandez ADEFA
El presiente Alberto Fernández y, más atrás de lentes, habla Gabriel López, presidente de Ford y de la asociación de fabricantes Adefa, durante el acto en el sindicato Smata.

Aquí hay que aclarar algo. En general, en Argentina los autos pagan más impuestos que en cualquier otro lugar. El auto más vendido del mundo es el Corolla, un verdadero auto popular, como el que tiene Alberto Fernández. Pero como los autos suelen ser caros en Argentina, para mucha gente el Corolla es un auto de lujo y nos hemos acostrumbrado a vehículos más chicos.

Cuando Kicillof puso el impuestazo (los impuestos internos en realidad existen hace mucho, pero no se usaban como barrera para los dólares), Argentina estaba rompiendo su propio record y vendía casi un millón de autos anuales (2013) y producía 800 mil (hizo 828.000 en 2011).

produccion autos 2003 2017 argentina
Producción de autos en Argentina de 2003 a 2017. Hoy está en 300 mil a falta de un mes para cerrar el ciclo.

Hoy la situación es totalmente distinta. El gobierno saliente deja una economía destruída, con el poder adquisitivo en dólares por el piso. Apenas se llegará a las 440 mil unidades vendidas, las fábricas trabajan a la mínima capacidad instalada y en las plantas se trabaja uno o dos días por semana, con suerte. Hasta noviembre se habían hecho sólo 300 mil autos en las fábricas de todo el país.

La industria sufre una falta de competitividad crónica, no por los salarios, como muchos piensan, sino por superposición de impuestos (y retenciones) y una falta de infraestructura que haga más sencillas las cosas para un país bastante alejado de las economías centrales. Hoy la estrella de la industria automotriz es México, que está pegado al segundo mayor mercado del mundo.

Una cosa que es importante entender es que el mundo ya no es lo que era: Argentina desarrolló su industria automotriz hace casi 100 años, cuando el sistema productivo era otro y el país era un mercado atractivo. Hoy sigue siendo un mercado atractivo (el segundo de Sudamérica) pero su industria ya no ofrece grandes ventajas, salvo su mano de obra con décadas de experiencia y en la que los trabajadores suelen ser hijos de trabajadores de la misma planta.

Hoy todo es escala. Los modelos de VW Polo, Virtus, T-Cross, Tiguan, Beetle, Golf y Vento (casi todo el catálogo de la marca, más el que se va a hacer en Pacheco) comparten una base común y con eso VW baja costos de producción. Para ser rentable, un auto sí o sí tiene partes compartidas que se fabrican en otro lado en gran volumen y se importan. Las cajas de cambio que hace la misma VW en Córdoba se exportan en su totalidad y no se usan en ningún auto nacional.

ventas 0km argentina 1998 2016 carsdrive
Ventas de autos en Argentina desde 1998 a 2016. Hoy está en 440 mil unidades.

En ese contexto de crisis muy fuerte, el equipo de Guzmán decide reponer los impuestos internos con la vuelta de las dos escalas (el macrismo había dejado una sola, y alta) y una alícuota más alta que la que había puesto Kicillof. En términos nominales, antes fue 10% (por la fórmula de cálculo daba 11,5% en términos reales) y ahora es del 20% (real, 25%) para la primera escala.

Esta suba ya es demencial para un sector totalmente ahogado y para consumidores que apenas pueden llegar a un 0km. Esta escala ajustará a autos de precio de venta mayorista de $1.300.000 (venta al público alrededor de $1.800.000). Parece un montón de dinero en pesos, pero en dólares es un valor más bajo que el de Kicillof, ya que un VW Gol sale un millón de pesos. El último Corolla con tecnología híbrida sale 2 millones de pesos.

La segunda es en términos reales del 50% (35% la de Kicillof) y mata a toda la gama media alta, alta y premium, con precios desde $ 3.370.500. Todos estos autos ya pagan 35% de aranceles de importación extra Mercosur. Los concesionarios premium han hecho inversiones multimillonarias en el último tiempo.

Más allá que la mayoría piense que no lo va a afectar porque no tiene para comprar un auto de $1.800.000, el mercado funciona como un todo y los autos de alta gama tienen un margen mucho más grande. Eso le permite a las empresas jugar con los precios de entrada de gama (o poner créditos a tasa subsidiada) y que el negocio sea rentable.

modelos afectados impuestos internos 2019

En la experiencia anterior, pasó que los autos a los que le afectaba el límite dejaban el mercado. Es decir, subía tanto el precio de una versión a otra que ya no convenía ofrecerla. Todo el mercado se concentró en las gamas bajas y los precios subieron. Es más, ante la falta de oferta, el concesionario decidía si te vendía o no, y al precio que él quería. Estabas comprando dólares en forma de autos y no alcanzaban para todos.

Y, recordemos, veníamos de producir 800 mil autos y vender un millón. Hoy el negocio es rentable en algunos casos y en otros no pero, aunque no lo decían, muchos empresarios esperaban una recuperación del consumo (no lo dicen, pero hicieron grandes negocios durante el kirchnerismo). Por eso tomaron como una gran señal la presencia del presidente de la Nación en el acto.

Este nuevo impuestazo, en un país en el que se pagan más impuestos a los autos que en cualquier otro, implicará sin dudas el cierre de fábricas, por no hablar de importadores y concesionarios que ya no tienen nada que hacer. Simplemente ya no tendrá sentido estar en Argentina, donde los asalariados no puedan pagar por autos que son impuestos en un 50%. Honda acaba de abandonar la producción de autos en Argentina.

Parece una afirmación alarmista, pero en Venezuela se vendieron en 2007 más autos que en Argentina en 2019, 491.899 unidades. En 2014 sólo fueron 23.707 y en 2016 se vendieron 2.668. Casi todas las empresas dejaron el país.

Por supuesto, el fin de la industria automotriz no es el fin de un país ni mucho menos. Países como Australia han decido voluntariamente dejar de producir autos porque, como dijimos, es un negocio que necesita escala. Pero Australia tiene un mercado sólido de más de un millón de autos, que se importan en su totalidad. Asumen ese déficit comercial y lo compensan de alguna manera.

De muy buena fuente, cuentan que Kicillof le dijo en esos mismos años al mismo Ricardo Piganelli que once automotrices produciendo en Argentina era una locura y que no había lugar para más de 3 o 4. Que Smata debía prepararse para esa nueva realidad.

¿Será ese el plan ahora? ¿Cómo se compensará y dónde se reubicarán a los trabajadores? Es cierto que la automotriz es una industria deficitaria, pero más deficitario es importar el 100% de los autos que se venden. Si no es ese el plan, debería el gobierno explicitar cuál es, porque las empresas no van a dudar en irse. A una frontera de distancia hay un mercado de 2,5 millones de autos, que llegaron a ser 4 en la época de Lula Da Silva, extrabajador metalmecánico.

Se entiende perfectamente el contexto de crisis y parece buena idea poner más impuestos a productos que de ninguna forma son de necesidad. El problema es que esos autos no se venderán porque no habrá nadie para pagarlos y no habrá una suba significativa de la recaudación. Es más posible que pase lo que ya pasó, y es que se vendan aún más pickups, un tipo de vehículo que no paga impuestos internos.

Si la idea es vender sólo autos de gama baja  y pickups por un período de tiempo, Martín Guzmán debería decirlo y explicar qué se hará con el resto del sector. Si la idea es una industria 100% exportadora sin mercado interno deberían bajar las retenciones que acaban de subir.

Mauro Osorio.


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