Nissan Frontier en Córdoba

Luego de una inversión de 600 millones de dólares, el proyecto de producción de tres pickups en Córdoba dio su primer paso en un acto que tuvo la presencia del presidente Mauricio Macri.

Los proyectos en la industria automotriz llevan muchísimos años. El de la producción de tres camionetas en la histórica planta de Santa Isabel se anunció en abril de 2015 pero recién hoy dio un paso clave con el acto de inicio de producción de la Nissan Frontier, la primera de las tres que hará la marca japocordobesa.

Sin dudas, la llegada de una nueva automotriz a Córdoba es un hecho histórico, por más que lo haga en la planta de su socio estratégico, Renault. La inversión para este proyecto fue de 600 millones de dólares y en total se incorporarán mil nuevo operarios (750 ya lo hicieron) en forma directa, más los otros dos mil puestos que se generarán en los proveedores.

No es la primera vez que Santa Isabel hace pickups, ya que por sus legendarias prensas pasaron desde las camionetitas de Jeep hasta las Chevrolet S20. Pero este proyecto tiene una envergadura distinta y mete a Córdoba en el mapa del polo productivo de pickups junto a Zárate (Toyota) y Pacheco (Amarok y Ranger).

La inauguración de la producción contó con la presencia del presidente de Argentina, Mauricio Macri, y del CEO mundial de Nissan, Hiroto Saikawa. Además hablaron el gobernador de Córdoba, Juan Shiaretti (que tiene experiencia en el rubro automotor) y José Luis Valls, chairman de Nissan America Latina.

Nissan Frontier en Córdoba
Mauricio Macri fue el encargado de darle arranque a la primera Frontier.
Nissan Frontier Mauricio Macri
Y la firmó.

La producción de la Frontier cordobesa comienza ahora, pero a los concesionarios llegará en el mes de noviembre, con algunas novedades respecto a la que se vende ahora importada de México. Según le dijo Diego Vignati, CEO de Nissan Argentina a CarsDrive, tendrá más equipamiento, mejoras de terminación y una puesta a punto distinta para ponerla más a tono con el gusto argentino, que le da otro uso a las pickups.

Vignati cree que un 10 por ciento de participación en el competitivo segmento de las llamadas pickups D es un objetivo duro pero conseguible.

Justo para cuando la Frontier hecha en Argentina comience a llegar al mercado, entrará en producción la segunda de las camionetas que utilizan la misma base, la Renault Alaskan. El tercer paso se dará en el primer trimestre de 2019, cuando la Alaskan comience a ser vendida y le toque la hora de la línea de montaje a la Mercedes Clase X.

Nissan Frontier en Córdoba
La producción de Frontier en Santa Isabel.

Nadie en Santa Isabel quiere hablar de mix de producción, pero las expectativas indican que la camioneta de Mercedes se puede llevar una buena parte de las unidades, teniendo en cuenta que sólo dos plantas en el mundo han sido asignadas, Córdoba y Barcelona. Frontier y Alaskan, en cambio, se hacen en México, por lo que las filiales argentinas deberá pelear dólar a dólar para ganar mercados como el colombiano, hoy abastecido por la planta de Cuernavaca.

El año que viene no se llegará a las 70 mil unidades que Nissan espera producir cuando tenga todo el proceso productivo aceitado y apuntan a 50 mil unidades. La integración local comenzará en un 30 por ciento, para llevarla a 40 lo antes posible.

Según dijo Vignati, es un objetivo urgente, ya que competidores tienen mayor integración y por lo tanto menores costos. La integración de piezas es una herramienta para lograr mejor competitividad, ya que la ley de autopartes prevé descuentos impositivos para las automotrices que mejoren este porcentaje.

Nissan Frontier en Córdoba
De izquierda a derecha: Valls, Schiaretti, Macri, Saikawa y el intendente de Córdoba, Ramón Mestre.

Dólar y competividad

Diego Vignati de Nissan Argentina
Diego Vignati de Nissan Argentina.

«La casa central de Nissan sabe que hay regiones que son más inestables que otras. Obviamente, a veces cuestan explicar algunas cosas que pasan en Argentina, pero no es la primera vez que hay una devaluación brusca en nuestro país. Les transmitimos a los headquarters que esto forma parte de un ajuste que para nosotros era necesario, no era sostenible una Argentina con un dólar a 20 pesos«, dijo Diego Vignati.

«Fue una devaluación violenta, no fue como el gobierno quería, pero al final creemos que puede ser positiva. Ahora estamos sufriendo el efecto negativo, con más inflación y la suba de la tasa de interés que congela la actividad. Nos parece que estas tasas no son sostenibles, que cuando se estabilice el mercado financiero deberían bajar«.

«Creemos que en este momento es doloroso, pero que en el mediano plazo la devaluación va a terminar siendo positiva si se terminan de estabilizar otras variables«, completó Vignati.


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