Carlos Tavares, CEO de PSA Peugeot Citroën, advierte que no están resueltas todas las cuestiones respecto al futuro eléctrico de la industria del automóvil. «Están amenazados 12,6 millones de empleos sólo en Europa».

Luego del escándalo del #dieselgate, que pegó a Volkswagen pero que golpeó a toda la industria, apareció una especie de consenso tácito: el futuro de la industria del automóvil será eléctrico, debido principalmente a las nuevas reglas de control de emisiones de gases contaminantes. Además hay un factor geoeconómico: se sabe que China va a apostar al cambio de paradigma para liderar la industria a futuro.

Eso es lo que más o menos se sabe hoy, pero Carlos Tavares, CEO de PSA Peugeot Citroën y presidente de la ACEA (asociación de los fabricantes de Europa) cree que hay muchos puntos sin resolver en esta ruta que nadie parece discutir.

«El auto eléctrico ya está colocado como alternativa obligatoria para todos los fabricantes de vehículos en Europa. Pero nadie explica el cuadro completo de la tecnología. Primero, no se puede hablar de limpieza de emisiones sin fuentes de energía limpia, no sirve de mucho tener una flota eléctrica abastecida con usinas de carbón, entonces ¿como vamos a generar toda la energía necesaria?», se pregunta Tavares, en una nota de Automotive Bussines.

«Segundo: es preciso al menos un año antes establecer una red eléctrica con la densidad de energía suficiente para alimentar a esa flota, eso cuesta dinero, ¿quién lo va a pagar? ¿Se van a aumentar impuestos? Tercero: la carga fiscal aplicada hoy sobre los combustibles es un importante fuente de ingreso para el fisco de los gobiernos; cuando sea transferido a los eléctricos ¿el consumidor todavía encontrará ventajoso un eléctrico?». 

«Por último, nadie habla de las emisiones de CO2 para fabricar y reciclar baterías, ¿qué vamos a hacer con eso?».

Para Tavares los autos eléctricos son una tendencia irreversible, pero no está seguro que sea una solución a la industria. «Todos los fabricantes se están apurando a ofrecer eléctricos para cumplir con los límites de CO2 impuestos por la Unión Europea, pero eso es una amenaza, ya que tienen que ofrecer un producto que todavía no sabemos si será aceptado por el consumidor, ni si tendrá la rentabilidad suficiente para la sobrevivencia de las empresas», advierte.

«Esto amenaza directamente a 12,6 millones de personas que trabajan en la industria sólo en Europa», explica. Según él, el escándalo del #dieselgate arrastró al Parlamento Europeo a aumentar las exigencias, imponiendo a todos el auto eléctrico. «Muchos diputados europeos son de países que no tienen industria automotriz, por eso toman decisiones que no tendrán impacto social en sus países. 

Dominio tecnológico

Para Tavares, con el escenario que se pinta en 2030, muchos fabricantes pueden quebrar o ser absorbidas por otros, ya que el futuro dependerá del dominio sobre las nuevas tecnologías«En PSA tomé la decisión hace tres años de desarrollar nuestra propia tecnología de propulsión eléctrica, con una fuerte integración vertical. Vamos a fabricar nuestros propios motores eléctricos, cajas de transmisión, sistemas de gerenciamiento de potencia y hasta las baterías. Nuestros primeros modelos eléctricos e híbridos serán lanzados en 2019«.

«China decidió liderar el desarrollo de autos eléctricos y tiene un mercado enorme para consumirlos. Si los europeos no se esfuerzan, van a perder competitividad en el mercado chino y en buena parte del mundo«, advierte.

Esta discusión parece lejos de Argentina, donde apenas se ofrece un auto eléctrico (¡y es chino!) pero hay que tener en cuenta que la mayoría de las automotrices radicadas en el país son de origen europeo.

Fuente: Automotive Business.


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