Cada vez menos autos traen el típico medidor de temperatura del motor, en muchos casos reemplazados por un luz que alerta cuando la temperatura ya es demasiado alta. ¿Lo extrañás?
A los que ya llevamos bastante tiempo manejando -más de 20, en mi caso-, uno los cambios en los autos modernos a los que más nos cuesta acostumbrarnos es la desaparición del medidor de temperatura del agua. Quizás los millennials no sepan de qué estamos hablando, pero antes los autos tenían muchos más relojes que ahora.
Los cuatro básicos siempre fueron velocímetro, tacómetro, temperatura de agua y nivel de combustible, a los que habitualmente se le sumaban los de presión de aceite y un voltímetro. Estos dos últimos desaparecieron hace bastante y sólo persisten en algunos taxis, como relojes agregados por el dueño. También en algunos deportivos de altas prestaciones, que además en algunos casos traen presión del turbo y torque disponible.
De los cuatro clásicos el infaltable es el de nivel de combustible, por razones obvias. El velocímetro también, aunque en muchos casos la típica aguja ha sido reemplazada por valores absolutos en un tablero digital. El tacómetro o cuentavueltas parecía destinado a desaparecer pero la tendencia no es clara. El Citroën C4 Cactus, de la foto principal de esta nota, es uno de los autos nuevos que han borrado al tacómetro del tablero y no ofrece ninguna opción para visualizar las rpm del motor.
El medidor de temperatura, en cambio, está en clara desaparición. Si no fuera por una marca como Volkswagen, la que más se vende en Argentina, que mantiene las estadísticas gracias a sus tableros muy clásicos, podríamos decir que la mayoría de los nuevos lanzamientos no trae más este típico relojito con un termómetro.
¿Qué hace -o hacía- el medidor de temperatura? Bueno, nada menos que eso, indicar la temperatura del agua o líquido refrigerante que circula por el bloque del motor y el radiador. Su funciones principales eran dos: indicar cuándo el auto estaba en temperatura de servicio y cuando se estaba recalentando. En general, al medio indicaba 90° y una pequeña desviación hacia arriba era señal de alarma.
Ahora, gran cantidad de autos trae un sólo testigo que se prende cuando la temperatura se pasó de lo deseado. Adicionalmente, algunos testigos indican con otro color cuándo la temperatura todavía es baja. Nunca se debe forzar un motor cuando no llegó a su temperatura de servicio, debido a la clásica ley de la física: el calor dilata los cuerpos y en un motor frío las piezas no encajan todas como debe ser.
¿Y por qué, entonces, el reloj de temperatura está desapareciendo? Buenos, la realidad es que hoy por hoy es raro ver un auto de nueva generación con problemas de temperatura. Todo el sistema de refrigeración ha mejorado, con la adición de etilenglicol al agua. A la vez, los motores modernos tardan una fracción del tiempo que les llevaba antes entrar en temperatura de servicio.
El recuerdo que tengo de niño de desayunar con el ruido del Volkswagen 1500 del vecino en marcha durante largos minutos es parte del pasado. A lo sumo, permanece en zonas de temperaturas bajo cero.
Así y todo, las recalentadas existen, probablemente por falta de mantenimiento, lo que no excusa del problema. Habitualmente, cuando en los autos modernos se prende el testigo, es porque la temperatura ya es demasiado alta. Y ese es el problema, una recalentada puede traer problemas bastante graves a un motor.
Una explicación para la desaparición del medidor de temperatura es que la mayoría de los autos que conocemos con reloj, en realidad no marcan tampoco la temperatura real. Durante las múltiples circunstancias de tráfico, la temperatura del líquido refrigerante tiene muchos cambios, que los relojes no marcan para no alarmar de más al conductor y llenar los services de autos que, en realidad, no tienen ningún problema.
Cuando en cualquier auto moderno vemos la temperatura clavada en 90°, sin moverse, en realidad lo que está sucediendo es que el reloj nos está ahorrando molestias. En general, y dependiendo del auto, variaciones entre 80° y 95° no mueven la aguja, lo que en la práctica funciona en forma bastante similar a un testigo de dos luces.
Así y todo, desde acá consideramos que el ahorro de un reloj no justifica su desaparición, aunque asumimos que la pelea está casi perdida. Hay muchas situaciones en las que nos gustaría saber exactamente qué es lo que está sucediendo en el motor, sobre todo cuando está bajo exigencia. También es buen indicador de cuando la válvula termoestática quedó abierta, aunque esto es detectado por muchos sistemas modernos.
En tiempos de mayor automatización -que llevarán, sin dudas, al auto sin conductor– cada vez existe menos relación entre el conductor y la física que domina la dinámica del auto, y esto no va a retroceder. Desde las cajas automáticas al control de estabilidad, los autos están cada vez más pensados para prescindir de la atención del conductor.
Con algún dato extraído de Quatro Rodas.
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