CarsDrive se puso por una semana al mando del utilitario Dobló de Fiat, en la versión para siete pasajeros y estas son nuestras impresiones.
- Fiat Dobló pasajeros
- Origen: Turquía
- Garantía: 3 años o 100 mil km
- Precio: $132.400
En la semana, mientras estábamos probando el Fiat Dobló, tuvimos un intercambio con un tuistar sobre el Peugeot 208 que probamos hace un par de semanas. La conversación por la red social del pajarito derivó en el Dobló y nos preguntaron “si estaba buena la cosa ésa”. Twitter y sus 140 caracteres son siempre un desafío para los que escribimos, pero no podíamos arrugar y nos salieron cuatro adjetivos: lenta, confiable, segura y MUY amplia. Si no fuera porque nos olvidamos de lo más importante, podríamos estar conformes con la respuesta para salir del paso. Pero no, no dijimos lo más importante: el Dobló es ante todo funcional, y ésa es una de las características más valoradas para un vehículo utilitario.
El Fiat Dobló -o simplemente “la Dobló”, como se escucha en la calle- es el hermano mayor del Qubo, con quien comparte formas y origen: ambos tienen como rasgo esencial la cuadratura y vienen de la misma planta del grupo FIat: Tofaş, ubicada en la ciudad de Bursa, al noroeste de Turquía.
Exterior
El Dobló mide 4,39 metros de largo -el Qubo no llega a 4- y es casi tan alto como ancho, rondando el 1,84 metro. La distancia entre ejes delantero y trasero es de generosos 2,75 metros. El Dobló viene en dos versiones: el furgón Cargo y Pasajeros, que es la que probamos nosotros . Tiene un sólo nivel de equipamientos denominado Active ( $132.400), pero es posible agregarle dos packs: Pack Family (tercera fila de asientos + vidrios basculantes por $4.150) y High Security (control de estabilidad ESP + barras longitudinales en el techo +airbag laterales, $5.200). La unidad probada poseía el primero de los dos.
En el Dobló, la función siempre va a mandar sobre la forma, y por eso la cuadratura: la carrocería es idéntica al furgón, y se sabe que cuando más rectos son los ángulos de una caja, más cosas caben en ella. Sus otros rasgos estéticos destacables son la gran superficie vidriada -incluido el enorme portón trasero-, sus faros altos que se alargan sobre el capó y las llantas de aleación de 16 pulgadas de serie. También vienen de serie los faros antinieblas, que ayudan a mejorar el aspecto frontal.
Visto de costado, las líneas son ascendentes como en el Qubo, ya que los ventanillas se van achicando hacia la cola del auto. Espejos grandes, pasaruedas marcado y un aplique de plástico negro sobre las puertas terminan de describir su personalidad. No hay mucho más que decir.
Interior
Por dentro todo es amplitud. Desde el ingreso al vehículo -las puertas son enormes y el piso bajo- uno se siente cómodo y a gusto. Encontrar la posición de manejo lleva sólo unos segundos, ya que tanto el asiento como el volante se regulan en altura y profundidad. Es tanto el espacio que cuesta apoyarse en la ventanilla, por lo que optamos por depositar los codos en los dos apoyabrazos, que después de todo están para eso. Pero tanto espacio nos trajo un problema: si ya te pusiste el cinturón -tiene alarma sonora- es imposible ajustar el espejo de la derecha a menos que seas contorsionista. La regulación eléctrica del espejo del acompañante en este caso es una necesidad y no un lujo, y es algo que Fiat debería rever.
El resto del interior es muy confortable y práctico, hay espacio y portaobjetos para todos los gustos y tamaños, incluida una gran gaveta superior que puede convertirse en un agujero negro que absorbe todo lo que no sabemos donde meter en el día a día.
Las plazas traseras también son cómodas y el ingreso sencillo a través de las dos puertas corredizas. El asiento esta partido 60/40 se pliega cada parte, la más chica puede a la vez levantarse para permitir el ingreso a la última fila de asientos. Allí, el espacio alcanza sólo para dos niños, ya que no hay lugar para las piernas de un adulto. Las ventanillas no se abren -son de tipo basculante- pero por suerte hay una salida de aire extra detrás de los asientos delanteros.
La calidad de terminación es bastante buena para el tipo de vehículo, se siente bien sin tener lujos ni plásticos blandos. El único espacio del interior que no nos pareció cómodo fue el que se encuentra entre los asientos delanteros. El freno de mano es amplio y deja poco espacio para pasar las manos.
El equipamiento (que se puede consultar aquí) en general nos pareció razonable. Los puntos negativos -además de la falta de regulación eléctrica de los espejos- fueron la falta de sensores de estacionamiento -serían muy útiles- y la radio. Si bien su sonido es correcto, no nos pareció cómoda de operar y el frente desmontable es una alternativa que nos parece demodé. En el día a día en la ciudad, uno termina optando por dejarlo puesto (con los riesgos implícitos) o guardado en la guantera. Las conexiones que dispone son USB y auxiliar.
Seguridad
En seguridad se destacan: doble airbag frontal, frenos con antibloqueo y distribuidor electrónico de frenada, siete cinturones inerciales de tres puntos (muy bueno), siete apoyacabezas y anclajes isofix para sillas infantiles. Como se mencionó, se puede agregar el control de estabilidad (ESP) y dos airbags laterales, paquete que por supuesto recomendamos. Es una dotación de seguridad muy destacable para este tipo de vehículos.
En marcha
El Dobló viene con una sola motorización: 1.4 Fire de 16 válvulas e inyección electrónica multipunto. Brinda 95 caballos a 6 mil vueltas y 127 Nm a 4.500. Con 1.340 kilos de peso más el de los pasajeros y la aerodinámica de una caja de zapatos, no hay que ser muy lúcido para darse cuenta que el motor le queda chico.
Esto se hace patente desde el momento que uno hace los primeros kilómetros con el Dobló. Con el tiempo, uno empieza a acostumbrarse y descubre que el motor es bastante elástico y que si trabaja un poco con la caja, se logran mejores resultados. La primera y la segunda son bastante cortas, para poder mover todo el peso y la tercera es la marcha todoterreno. Cuarta y quinta son más largas.
Esto resulta en un trabajo constante para el brazo derecho, para lograr sacar lo mejor de un motor que hace lo que puede. Con el tiempo, uno termina cambiando el chip y acostumbrándose a que no estamos en un auto, sino en una especie de combi y lo disfruta de otra manera. Los sobrepasos en ruta hay que tomarlos con calma y seguridad. Como dato, tener en cuenta que la recuperación 80-120 km/h en cuarta marcha no lleva nunca menos de 22 segundos, dependiendo del camino y el viento.
El consumo va a depender mucho de el tipo de conducción que uno adopte, pero en general no es todo lo económico que uno puede suponer por su acotada cilindrada. Si uno fuerza el motor para obtener respuestas más dinámicas, los valores suben considerablemente. Sí tiene buena autonomía, gracias a un tanque de 60 litros.
Contra nuestros prejuicios, a pesar de su altura y su gran superficie vidriada (que por su peso eleva el centro de gravedad) el Dobló no es un vehículo inestable ni se siente inseguro al doblar. En gran parte, se debe al muy buen esquema de suspensión trasera, con un sistema independiente tipo bi-link. Como ya mencionamos en otra nota, los vientos de agosto son bravos en Córdoba y se sienten un poco en la dirección cuando soplan cruzados en la ruta. En ciudad la dirección y la suspensión hacen del Dobló un vehículo muy dócil.
La insonorización del habitáculo es muy destacable, el ralentí del motor prácticamente no se siente y más de una vez tuvimos que mirar el tablero para recordar si estaba en marcha.
Llegando
En un video que realizamos con un usuario tipo del Dobló y que publicaremos pronto, nos queda más que claro a quiénes apunta Fiat con esta propuesta. Las familias con más de tres hijos tienen un verdadero problema a la hora de tener que comprar un vehículo, sobre todo a la hora de viajar. Las opciones actuales del mercado no son muchas: Renault Kangoo de siete asientos (difícil de conseguir) y la recientemente lanzada Chevrolet Spin, y de ahí vehículos mucho más caros. En el caso particular de las familias con cuatro hijos -que son muchas más que las de cinco- el Dobló saca una importante ventaja gracias a su practicidad. La posibilidad de rebatir o quitar totalmente uno de los dos asientos del fondo (sacarlos es sencillísimo y sólo lleva un minuto) es un diferencial importante frente al Spin, cuya tercera fila de asientos se retira completa, no por mitades, reduciendo notablemente la posibilidad de llevar los equipajes mínimos. En la Dobló entran cuatro y sus bolsos.
Es una oferta acotada y como con la sábana corta, siempre queda algo al descubierto. En el caso del Dobló, hay que acostumbrarse a sus prestaciones modestas del motor y un equipamiento sin lujos. Una vez que lo logramos, se siente confiable, segura y cómoda. No es poco.
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