Uber lanzó en Pittsburgh, Estados Unidos, una prueba de sus servicio de autos sin conductor. Por el momento serán cuatro «móviles» los que estarán disponibles y llevarán un chofer por las dudas.
La conducción autónoma avanza a pasos firmes. Ayer el CEO de Ford a nivel mundial Mark Fields dijo que la compañía planea vender masivamente autos sin conductor dentro de cinco años (2021). Hoy Uber lanza el primer servicio de autos de alquiler sin chofer, en una prueba de campo en la ciudad de Pittsburgh, Estados Unidos.
Se trata por ahora de cuatro autos Ford Fusion (modelo conocido en Argentina como Mondeo), aunque en la demostración de prensa hubo muchos más. Los clientes de esta ciudad podrán pedir desde hoy el servicio, que de todas maneras vendrá con uno o dos ocupantes extras: un chofer, que eventualmente tomará las riendas en caso de algún fallo; y un ingeniero que relevará el funcionamiento general.
Durante la prueba de ayer frente a periodistas, el conductor tuvo que tomar el volante un par de veces, según cuenta la agencia de noticias Reuters.
Uber recientemente firmó un acuerdo con Volvo para el desarrollo de esta tecnología. El SUV XC90 será el segundo vehículo utilizado para el servicio sin conductor.
De esta manera, el público en general podrá acercase a la tecnología de conducción autónoma como nunca antes lo ha hecho y Uber podrá anotarse un golazo. Los autos sin conductor no son ninguna novedad y empresas como Google llevan rodados más de 2 millones de kilómetros de pruebas; sin embargo, para el común de la gente se trata de tecnología de ciencia ficción. Hasta ahora.
Los sistemas de conducción autónoma o semi-autónoma (como los de Tesla) la tienen bastante fácil en vías de una sola mano como autopistas y avenidas de sentido único. En cambio, en ciudades como Pittsburgh el desafío se multiplica exponencialmente, ante la presencia de calles de doble mano, túneles, mucho tráfico y sobre todo, peatones y bicicletas. Según Reuters, las veces que el chofer tomó el volante fue por la presencia de peatones, y es algo que Uber lo ha puesto en un protocolo.
Esta ciudad ofrece un desafío extra y pocos son optimistas en que Uber pueda superarlo: el crudo invierno y las nevadas. La nieve es una de las mayores dificultades para los sistemas de conducción autónoma, ya que al cubrir todo de blanco hace más difícil distinguir objetos y a la vez complica la «visibilidad» y la adherencia del suelo. Esta es una de las razones por las que la mayoría de las pruebas se hacen en el estado soleado de California.
De modo que, para Uber, el desafío también es pasar el invierno.
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