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El CEO del Grupo VAG Martin Winterkorn reconoció que trucaron sus autos para pasar las pruebas de emisiones de gases contaminantes. «La cagamos» dijo y podría renunciar el viernes.

Apenas nos enteramos el viernes (ver final de la nota) de que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) estudiaba multar a Volkswagen por trucar las mediciones de gases, vimos que esto era una bola de nieve. El escándalo que envuelve al Grupo VAG es la peor crisis de la industria automovilística mundial y es muy probable que no abarque únicamente a la empresa alemana.

«La hemos cagado». Eso es lo que dijo el CEO mundial de Volkswagen, Martin Winterkorn, a quien le quedarían pocas horas en el cargo. Winterkorn, que es ingeniero y ha trabajado en el área de investigación y desarrollo del Grupo VAG, va a asumir personalmente la culpabilidad del escándalo pero difícilmente pueda frenar la crisis con su salida. El conflicto ya es conocido como el #DieselGate.

Para quien no se haya enterado, va una explicación sencilla: tanto la EPA como el comité de Recursos del Aire del estado de California, acusan a Volkswagen de trucar las mediciones de gases contaminantes de sus autos diésel. Los autos de Volkswagen tienen programada la electrónica para detectar cuándo están bajo proceso de homologación y comportarse de manera distinta a como lo hacen normalmente, para lograr mejores resultados.

Pero, en condiciones normales de conducción, los motores de de Volkswagen denominados Clean Diesel, emitían 40 veces más partículas contaminantes de lo que daban los resultados oficiales. Volkswagen admitió que hacían trampa y dio la cifra de la cantidad de autos que están comprometidos, que son nada menos que 11 millones de vehículos en todo el mundo.

volkswagen clean diesel
El motor 2.0 Clean Diesel TDI de Volkswagen.

Ahora Volkswagen tiene un montón de frentes abiertos: por un lado la multa en sí que propone la EPA, que podría llegar a la astronómica cifra de 18 mil millones de dólares, sólo por los casi 500 mil autos diésel vendidos en Estados Unidos. Pero además debe llamar a revisión a los autos, enfrentar juicios de todo tipo (desde penales hasta por publicidad engañosa), detener la enorme caída de sus acciones en todo el mundo (hasta ahora ha perdido  26.450 millones de euros en la Bolsa de Frankfurt) y hasta responder al Gobierno alemán, que ya le ha abierto una investigación y los acusa de perjudicar a toda la industria alemana.

VW Clean Diesel
Así promocionaba Volkswagen sus diésel. Ahora podrá enfrentar juicios multimillonarios de los consumidores por publicidad engañosa.

Eso sin contar que Volkswagen ha tenido que frenar la venta de autos diésel en territorio estadounidense y en Canadá. Seguramente hará lo mismo en todo el ámbito de la Unión Europea.

«Para ser claros: estas manipulaciones en Volkswagen no deberán ocurrir nunca más«, dijo Winterkorn. «Siento inmensamente que hayamos traicionado esta confianza. Me disculpo de todas maneras ante nuestros clientes, las autoridades y ante el conjunto de la opinión pública por este comportamiento incorrecto», admitió.

Volkswagen ya informó que prepara una partida de 6.500 millones de euros para hacer frente a esta crisis, aunque la cifra evidentemente puede quedarse corta.

La gran duda que se abre en estos momentos en la industria es si esto quedará en Volkswagen o afectará a más empresas. Para empezar, hay que decir que por ahora los problemas más graves están en Estados Unidos, y allí el Grupo VAG es líder en venta de vehículos diésel de pasajeros, por lo que ninguna otra empresa podrá ser tan afectada como ellos. No son muchos los fabricantes que ofrecen autos de pasajeros diésel en ese mercado y la mayoría son alemanes. Según la agencia Reuters, la EPA ya investiga a otras automotrices.

El otro tema, que quizás quede en un segundo plano por ahora, es que de una u otra manera todas las automotrices «dibujan» los resultados de las pruebas de consumo y emisión de gases. Los protocolos de homologación son conocidos por toda la industria y las automotrices programan la electrónica de los autos para que respondan mejor de bajo las condiciones de laboratorio. Este escándalo puede cambiar radicalmente cómo se miden las emisiones de gases y el consumo de combustible.

 
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