Volkswagen acertó con el Nivus: un diseño nuevo con la misma base del Polo, que le permite jugar a dos puntas con el T-Cross y quedarse con el segmento. Salvo por el precio, el crossover no decepciona.
Volkswagen durmió una siesta de casi 20 años en el segmento de los SUVs compactos en el Mercosur. Desde la primera EcoSport, que era un Fiesta levantado, se sabía que los clientes estaban dispuestos a pagar más por un vehículo de mayor altura e imaginario de aventura. Casi como una promesa, ahora quiere ocupar cada nicho de este segmento, para arriba, para abajo y para los costados.
Así fue que primero hizo el T-Cross, de diseño bien clásico, y luego este Nivus, proyecto brasileño comandado por JC Pavone, que usa la base del Polo. No me interesa ahondar en qué es el Nivus: técnicamente sería un crossover, lo que no define nada porque básicamente dice que tiene algo de uno y algo de otro. Es un hatch menos levantado que un SUV, con techo de caída suave (llamados SUVs-coupé desde la primera generación de la BMW X6) y un voladizo trasero más amplio.
Para mí se inscribe en la misma moda de los aventureros y por eso lo considero más SUV que otra cosa. Los sujetos que se dedican al marketing dicen que a la gente no le interesan las prestaciones off-road de estos vehículos, sino su apariencia y eso corre tanto para un Renegade como para un Nivus.
Puede manejar en Córdoba por una semana el Nivus en su versión Higlhline con pack Hero y esto me pareció.
Nivus Highline 200 TSI AT6 (Pack Hero)
- Origen: Brasil
- Precio: $3.374.950
- Garantía: 3 años o 100 mil kilómetros
Por fuera
El diseño del Nivus me gustó desde el primer momento. Me parece que su silueta se destaca y el equipo de diseño ha logrado algo muy difícil, usar muchas piezas de un auto ciertamente anodino como el Polo para darle un aspecto mucho más apetecible. Dije que para mí se inscribe en la moda de los aventureros, pero creo que apunta a un público distinto que T-Cross.
Mientras T-Cross busca un cliente típico de SUVs (familia-altura respecto a otros autos-buen espacio), el Nivus apela a quienes crecieron viendo deportivos y, a la hora de comprar, necesitan un auto que sirva para todos los días pero que de alguna manera rememore ese pasado. En el fondo es un auto familiar, pero da alguna satisfacción a quien desea -o deseaba- otra cosa.
A esto se le suma que este tipo de silueta está muy de moda en los premium alemanes, por lo que también suma por el lado aspiracional. Sacando todas estas subjetividades, me parece que está bien logrado para los límites presupuestarios de un vehículo de este segmento. El frontal levemente lanzado (no tan vertical), las llantas grandes y los pasarruedas traseros bien anchos. Sin dudas, la vista que más gana es la 3/4 trasera.
Ese voladizo extra (distancia desde el eje trasero al paragolpes) le da un contrapeso muy interesante a las proporciones y casi que pide tracción integral. Este diseño cayó bien en Alemania y se lo van a llevar a Europa, donde usará el nombre de Taigo. Otras marcas, comenzando por Fiat, están terminando productos con la misma idea de un SUV-coupé compacto. Para mí es un golazo.
Por dentro
Si uno conoce un Volkswagen los conoce a todos. Este Nivus apenas si tiene diferencias en su interior con el resto de la gama del segmento B, Polo/Virtus/T-Cross. Entiendo hacer matrices distintas encarece el producto, pero me hubiese gustado encontrar en el interior pequeños detalles que hagan de este Nivus un producto más singular como lo es por fuera.
Eso no quiere decir que tenga nada de malo. La plataforma MQB es la misma que Volkswagen usa en todo el mundo y eso es garantía de habitabilidad, seguridad y ergonomía general. Millones de clientes y kilómetros en todo el mundo son la base de este habitáculo y así es difícil que algo salga mal.
El puesto de conducción es cómodo y bastante más bajo que el de T-Cross (y más alto que el de cualquier hatch como el Polo). La visibilidad general y ergonomía son destacadas y hay espacio para 4 adultos, sin sobrar demasiado. El espacio posterior es menor que el de T-Cross, pero mantiene la salida de aire acondicionado y una de las dos tomas USB.
En lo que innovó Volkswagen es en el sistema multimedia VW Play, que también se exportará a otros mercados. Tiene como beneficio una memoria interna que permite instalar aplicaciones directamente en el auto y conectarse vía wifi (sin chip propio). En general funciona muy bien, pero hay que decir que todos estos sistemas nuevos lo hacen bien y yo no sentí muchas ventajas respecto a cualquier auto de la competencia.
Como contrapartida, y luego de bajarme del T-Cross (ver review), extrañé las dos perillas y los pocos botones que tenía el sistema anterior de VW. Para bajar el volumen, por ejemplo, hay que hacer dos operaciones que implican mirar la pantalla (apretar un «botón» y deslizar). No veo ninguna ganancia en esto y sospecho que las automotrices se están ahorrado unos dólares. En unos años nos van a vender, como moda vintage, autos llenos de botones.
La versión Comfortline viene con una pantalla más pequeña e instrumental analógico (ver diferencias). Todas tienen Android Auto-Apple CarPlay, sin navegador nativo como sí tiene T-Cross. Un faltante imperdonable: agarraderas en el techo.
La calidad de terminación es uno de los puntos polémicos del Nivus. Es buena, muy en el promedio de los vehículos hechos en el Mercosur, pero claramente es inferior a lo que uno espera de un auto de 3,37 millos de pesos. La unidad que manejé tenía una muy molesta rebarba en la unión de las dos piezas plásticas que conforman la palanca del guiño. La calidad percibida del interior está por debajo de productos como Renegade o Kicks.
Con el equipamiento pasa algo similar. Este Nivus es muy completo, pero por ese precio se podrían pedir cosas como techo solar o asientos de regulación eléctrica, por poner dos ejemplos. Entre lo que sí tiene y hay que mencionar están las luces full-LED (todas las versiones e iluminan grandiosamente), ingreso y arranque sin llaves, climatización digital y tapizados de cuero sintético en esta versión Highline. El pack Hero agrega el techo bitono.
Para el final, pero muy importante, es que este Nivus tiene muchísima seguridad: a la plataforma MQB (garantía de buenos resultados) se le suman 6 airbags de serie, frenos a disco en las cuatro ruedas, control de estabilidad y tracción. La versión Highline agrega un radar y una cámara que permiten frenado autónomo de emergencia, control de velocidad crucero adaptativo e indicador de presión de los neumáticos, entre otras cosas.
En marcha
Mientras en Brasil toda la gama del segmento B de Volkswagen viene con motor 1.0 TSI turbo de tres cilindros, aquí la marca decidió usar el viejo 1.6 de 110 CV y dejó el turbo para este Nivus. Eso le dio un plus por sobre la T-Cross, modelo que supuestamente va por arriba en el lineup, algo que está a punto de emparejarse.
Este pequeño motor turbo mejora mucho la respuesta, porque si bien la diferencia de potencia no es tanta (tiene 116 CV), el torque sí es significativo (200 Nm vs 155 y en un rango de revoluciones mucho más bajo y parejo). Es un motor moderno, que proporciona bajos consumos y notablemente más sonoro que el 1.6 (esto lo saben bien los usuarios del Up).
Se combina con la misma caja automática Aisin de T-Cross (y tantísimos otros modelos) pero, curiosamente, a mí entender está mejor seteada en el motor 1.6. En el Nivus anda bien, pero al tener el motor un rango «dulce» más amplio, a veces la caja no elije el mejor momento para hacer los cambios.
Lo que quiero decir es que la caja suele subir de más los cambios y eso hace que, a la hora de pedirle respuesta con el pie derecho, esté en cuarta o quinta marcha en una avenida. Eso suele producir un pequeño gap o delay en la respuesta, algo que no pasa tanto con el motor 1.6. De todas maneras el funcionamiento general es muy bueno y si uno quiere exigirlo puede usar el modo secuencial, con las levas del volante. El ruido del motor cuando sube en vueltas mejora mucho la experiencia. Este Nivus no se vende con caja manual.
El andar del Nivus es muy bueno, con una puesta a punto justa tanto en ciudad como en ruta y con la altura necesaria para llevarlo bastante rápido en caminos de tierra. La dirección es uno de los puntos altos, bien directa, con excelente diámetro de giro y dureza justa en velocidad. Se va un poco de trompa (subviraje) al doblar fuerte, algo que es normal en los tracción delantera y en casi todos los modelos basados en la MQB.
Las llantas de 17 con neumáticos de perfil bajo se ven muy bien, pero hacen que se sientan algunos pozos. También mejoran la respuesta en curva, pero creo que aceleraría mejor con un diámetro menor. El 0 a 100 km/h lo hace en algo menos de 11 segundos, lo que está muy bien. Creo que este Nivus es una gran base para un modelo GTS con motor 1.4 TSI.
Los consumos son muy buenos, sobre todo a velocidad constante. En ciudad puede llegar a los 9 litros cada 100 km con mucho tráfico, pero habitualmente hace menos. En ruta a menos de 110 apenas 5,3 litros y a 130 sube hasta los 7. Son valores muy correctos para un auto que responde bien al acelerador.
Llegando
El Nivus me parece un gran auto. Es más polivalente que un hatch del segmento B, casi como un cinco puertas del C como Cruze o el desaparecido Focus, y con diseño atractivo, al menos para mí. Tiene seguridad 5 estrellas, un motor moderno y divertido y equipamiento muy razonable. El único problema es su precio.
Si comparamos con precios oficiales, el mencionado Cruze en su versión más cara vale $2,72 millones y es más potente y trae más equipamiento, salvo por las asistencias a la conducción (que no es un ítem menor). Sin embargo el mercado ha hablado y dice que el Nivus es una de las sensaciones de este 2021. Jugar a dos puntas entre las ideas de aventura y deportividad posiciona a este Nivus en un lugar distinto en la cabeza del consumidor.
Creo que es un premio por su diseño, que por ahora no tiene contrincantes, y por la imagen de marca de Volkswagen en Argentina, que bendice a todos sus productos, aunque salgan un poco más caros que los de la competencia. Hace rato que Volkswagen no tenía un producto tan deseable como este Nivus en uno de los nichos más calientes del mercado.
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