El gobierno de Alberto Fernández volvió a instaurar las Licencias No Automáticas para la importación de autos, por lo que las empresas deberán tramitar un permiso para ingresar vehículos al país.
Casi como si los últimos cuatro años no hubiesen existido, el nuevo gobierno de Alberto Fernández está replicando medidas económicas que se vieron hasta 2015. Primero fue el impuestazo a los autos de más de $1.800.000 (ver nota y ver opinión) y ahora volvieron las Licencias No Automáticas (LNA) para la importación de autos.
El retorno no es exactamente igual, ya que en el anterior gobierno kirchnerista existían las DJAI (declaraciones juradas a cargo de Guillermo Moreno) y ahora el control será vía LNA del ministerio de Desarrollo Productivo que dirige Matias Kulfas. Más específicamente, queda bajo la secretaría de Industria de Ariel Schale.
Desde que participó del acto junto a toda la industria automotriz en el sindicato Smata, Fernández hizo hincapié en que su gobierno no iba a permitir las importaciones indiscriminadas. Durante el macrismo, en la práctica todos los pedidos de importación se autorizaban automáticamente.
Esto podría ser un nuevo golpe para las marcas que no producen en el país, que ya fueron afectadas por el impuestazo, porque la mayoría de los autos que ingresan pagarán el Impuestos Internos. Pero la medida también abarca a las automotrices radicadas, ya que rige para todos los autos y motos, vengan del Mercosur o de extrazona.
En definitiva, lo que el gobierno deja entrever en off es que lo que busca es el control a la salida de dólares, a mercancía más escasa en la economía actual. A diferencia del momento anterior en que se restringieron las importaciones de autos es que en ese momento se venía de un record histórico de ventas (2013, casi un millón de autos) y la actual situación es totalmente distinta, con sólo 459.592 autos vendidos en 2019, una brutal caída del 42,7%.
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