FCA y PSA confirmaron su deseo de crear una nueva unión entre las dos compañías, que se transformará el el cuarto grupo mundial en producción de autos. Tendrán una fuerte participación en Argentina y Brasil.
Como lo adelantamos anoche, los grupos PSA (Peugeot) y FCA (Fiat Chrysler) aprobaron la creación de un nueva compañía con 50% de participación de cada una de las partes. El nuevo paraguas, que todavía tendrá un largo camino por delante, dará lugar al cuarto fabricante mundial de autos detrás de Volkswagen, Toyota y la alianza Renault-Nissan-Mitubishi.
En total, el nuevo conglomerado producirá 8,7 millones de autos anuales, algo menos de los 10 millones que suelen lograr los dos primeros. La unión, como todas las de este tipo, busca mejorar las ganancias gracias a ahorros por gastos compartidos.
La clave está en Europa, ya que allí las normativas ambientales son muy exigentes y FCA particularmente está muy atrasada en la electrificación de sus autos para lograr menos emisiones de gases. PSA es más fuerte en Europa, con sus marcas Peugeot, Citroën, Opel (Vauxhall) y DS, y ya ha desarrollado la plataforma CMP, que es multienergética. Puede dar lugar a autos con motores térmicos, híbridos o eléctricos.
Pero FCA tiene otras fortalezas, como su amplia presencia en los Estados Unidos y particularmente su marca Jeep, una gallina de huevos de oro, sinónimo del término «SUV», que es lo que demandan los consumidores. Además, tiene un acuerdo de cooperación con Google en el desarrollo de vehículos autónomos, la otra gran tecnología del presente-futuro.
El hueco del nuevo gigante es Asia, donde PSA tiene más historia (de hecho, uno de sus accionistas es el estado chino con su marca Dongfeng) pero modestas ventas. Ninguna de las marcas que componen la nueva sociedad es muy fuerte en China, el principal mercado del mundo.
Mercosur
Sudamérica es un mercado nada despreciable y donde Fiat le lleva una clara ventaja a PSA, que esta última podría aprovecharla. Esto es válido para Brasil, un mercado enorme de 2 millones de autos (con potencial de 4), donde la marca Fiat vende más que en cualquier otro lugar del mundo.
PSA tiene buena presencia en Argentina, pero nunca pudo hacer pie en Brasil, ni con Peugeot ni con Citroën, y seguramente podría sacar provecho de la nueva unión. Una fortaleza de PSA es que ya ha invertido en instalar la mencionada plataforma CMP en El Palomar y lo está haciendo en Brasil. Esta plataforma es clave, ya que permite gran cantidad de autos, y seguramente la adoptará Fiat lo antes posible.
Con las recientes inversiones, FCA tiene capacidad para producir 100 mil autos en Córdoba mientras que PSA puede hacer 80 mil en la provincia de Buenos Aires cuando esté terminada la inversión. Pero todo dependerá de la economía: hoy ambas plantas están usando una mínima parte de su capacidad, Fiat terminará haciendo alrededor de 40 mil Cronos y PSA está en plena reconversión, produciendo sólo para el mercado argentino (las viejísimas Partner-Berligo y 308-408-C4 Lounge).
Cuatro años
Los analistas coinciden en que el proceso de unión va a llevar no menos de cuatro años, aunque algunos cambios comienzan a verse antes. En general, en este tipo de alianzas, se ahorra mucho (es decir, se recortan puestos de trabajo) en I+D (investigación y desarrollo), compras, logística y soportes operativos, como las áreas de comunicación. El diseño se suele mantener por separado.
En las plantas no necesariamente, siempre y cuando sean útiles y complementarias.
Nueva empresa
Los accionistas de cada empresa poseerían el 50 % del capital del nuevo Grupo resultante de la fusión y, por lo tanto, compartirían equitativamente los beneficios derivados de la misma. La transacción se efectuaría mediante una fusión a través de una empresa matriz holandesa y la estructura de gobierno de la nueva empresa se equilibraría entre los accionistas, y la mayoría de los consejeros serían independientes.
El Consejo de Administración estaría compuesto por 11 miembros. Cinco miembros del Consejo de Administración serían nombrados por FCA (incluido John Elkann como presidente) y cinco serían nombrados por el Grupo PSA (incluido el vicepresidente y el director independiente principal). El director ejecutivo sería Carlos Tavares por el período inicial de cinco años y también sería miembro del Consejo de Administración.
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