CarsDrive probó el Toyota Etios Sedán, esperado desembarco de la marca japonesa en el segmento B. ¿Logrará repetir el éxito de otros productos?
- Toyota Etios Sedán XLS
- Origen: Brasil
- Garantía: 3 años o 100 mil kilómetros
- Precio: $106.200
En CarsDrive venimos hablando bastante del Etios, la nueva propuesta de Toyota para el segmento B (autos chicos), el de más volumen en el mercado argentino y donde la competencia es, como tal, feroz. Hoy reinan en este segmento el Volkswagen Gol en la carrocería de cinco puertas (hatchback) y Chevrolet Classic entre los de cuatro (sedanes), con muchísimos contendientes peleando por la corona. Para tener una idea: de los diez autos más vendidos del país, nueve pertenecen al segmento B, con la sola excepción de la Hilux. La llegada de la marca que más autos vende en el mundo a este match generó un enorme revuelo y no es para menos.
Hasta ahora, la entrada al catálogo de Toyota Argentina era el supervendedor Corolla, un sedán del segmento C. En base a este auto y a la Hilux, la marca logró imponer una imagen de calidad y confiabilidad que le permitió liderar sus segmentos por varios años. Uno de los pilares de este reinado es el servicio técnico y la atención postventa, que la gran mayoría de sus clientes valora positivamente. Si pudiera hacerse un estudio estadístico, el cliente de la marca seguramente lideraría el ranking de los que renuevan el modelo cada 2-4 años, cambiando su viejo Toyota por un nuevo Toyota.
Ahora Toyota se mete en un nuevo desafío con un doble objetivo: por un lado el más obvio, vender autos (las estimaciones del gerente de marketing de Toyota son 1.500 autos mensuales, leer entrevista) y por otro, facilitar el ingreso de más clientes al círculo virtuoso de fidelidad mencionado anteriormente, con un producto más accesible.
Exterior:
El Etios es la propuesta de Toyota para los llamados “mercados emergentes”. Se lo pensó originalmente para India y luego se decidió fabricarlo en Brasil, para abastecer a la región. En ese país recibió algunas críticas, por lo que se hicieron ciertos cambios antes de empezar a venderlo en Argentina. Los cambios son menores y se centran en el interior, básicamente el volante y unos plásticos negros brillantes en el tablero, más algunos otros detalles en la contrapuerta.
Evidentemente, la intención principal de Toyota era la de crear un auto básico y económico de fabricar. Las líneas sencillas, la chapa plana en la mayoría de sus vistas y el tablero central son algunas de las evidencias de esta premisa. La carrocería sedán fue la menos favorecida en el resultado, sobre todo por el diseño del tercer cuerpo (baúl), que hace acordar a otro low cost de nuestro mercado, el Renault Logan. El Etios tiene a favor el detalle del cromado sobre la tapa del baúl, el diseño de las ópticas traseras y el de de los espejos retrovisores. No mucho más.
La versión probada es la tope de gama XLS que se diferencia en el exterior por la moldura cromada, las llantas de aleación de 15” (el resto calza 14” de chapa) la parrilla color carrocería con otro cromado y los faros antinieblas delanteros. Las medidas del Etios Sedán son: 4,26 metros de largo, 1,69 metros de ancho y 1,51 de alto. La distancia entre ejes es de 2,55 metros.
Interior
No nos extenderemos mucho en el diseño (ni exterior ni interior) porque nuestras impresiones ya te las contamos cuando tuvimos un primer contacto con el Etios, en esa oportunidad una unidad de carrocería hatchback. El interior de ambos modelos es idéntico.
Por dentro, el Etios es tan espartano como por fuera. Trae de serie doble airbag, frenos con ABS y distribuidor electrónico de frenado, aire acondicionado, cierre centralizado y alerta de cinturón de seguridad. El stereo (que trae CD, mp3 y entrada USB) es opcional. La versión que probamos nosotros -que es la más cara- agrega el stereo, alarma, levantacristales en las cuatro puertas, comando en la llave del cierre centralizado y volante de cuero con comando satelital del audio.
Uno de los grandes diferenciadores del Etios es su tablero central. Se compone de dos relojes con un aire a semicírculos de escuela, el de la izquierda -más grande- para la velocidad y el de la derecha para las revoluciones del motor. Abajo de ambos, y en un tamaño muy pequeño, está la computadora de abordo (en realidad, no sabemos si debemos llamarla así), que nos brinda información de combustible (cantidad, a través de rayas digitales negras), odómetro y “trip”. No tiene reloj de temperatura, solamente un alerta lumínico de recalentamiento junto a las otras luces de aviso.
Este tablero central tiene más detractores que admiradores. Más allá de los gustos -muchas veces es más una cuestión de costumbre- hay que decir que la visibilidad no es la mejor, no tanto por el hecho de tener que desviar la mirada (no nos parece que sea más incómodo que en un tablero detrás del volante) sino por la distancia. Al estar más lejos, la pantallita no se ve bien -sobre todo el combustible, que es la información más relevante que brinda- y la lectura de los relojes se ve alterada por la perspectiva. Al estar a un costado del conductor y no en el mismo eje, varía la lectura según estemos más atrás o adelante en la butaca. Esta probablemente sea la causa de los errores de casi 10 km/h que encontramos en el velocímetro, por ejemplo. Este tablero central tampoco será del agrado de quienes tengan acompañantes que les guste controlar la velocidad de viaje. Ahí, en el medio, a la vista de todos, es medio buchón.
Algo que no nos gustó fue la visibilidad del display del stereo -la pantalla refleja mucho la luminosidad ambiente- y la falta de conexión bluetooth para poder usar el celular en manos libres.
Lo que sí nos gustó del Etios es su habitabilidad. Si bien tiene regulaciones acotadas de butacas y volante, en general es de esos autos que uno se sienta y sale andando en no más de unos segundos. Las butacas son bastante buenas para su segmento, la visibilidad es más que correcta y no hay mucho en qué distraerse. Sólo sentarse y manejar.
Atrás, las cosas mejoran aún más. A pesar de las medidas acotadas del Etios y de su distancia entre entre ejes “normal”, sorprende gratamente el espacio para piernas en las plazas traseras, sin olvidarnos de que estamos en un auto del segmento B. El espacio para la cabeza es un poco más justo pero sumamente correcto, con lo que el conjunto obtiene un muy buen resultado, algo que será muy apreciado por futuros pasajeros de taxis Etios. Si a esto le sumamos que tiene un baúl realmente enorme (562 litros) uno empieza a sospechar de las habilidades sobrenaturales de los diseñadores para darle lugar a todos y no destapar a nadie.
El interior del Etios es cómodo, amplio, bien aislado. Equipamiento básico y sin lujos.
Seguridad
El Etios trae doble airbag, ABS, cinturones delanteros de 3 puntos con pretensionador y limitador de fuerza, dos cinturones traseros de tres puntos y uno de cintura, dos apoyacabezas atrás, aviso de cinturón de seguridad y tercera luz de stop. No tiene anclajes para sillas infantiles y no se le puede agregar ningún opcional en esta materia.
Un Etios hatchback fue probado el año pasado por el organismo LatinNCAP y obtuvo un excelente resultado: cuatro estrellas en protección para adultos y dos para niños. En Brasil, los concesionarios ponen un sticker con estos resultados en los parabrisas como argumento de ventas.
En marcha
Digámoslo de entrada: el Etios se mueve muy bien. Tiene una combinación de motor, suspensión y dirección que que lo hacen realmente muy cómodo para el ámbito urbano. El motor es un 1.5 de 16 válvulas, doble árbol de levas a la cabeza e inyección multipunto que entrega 90 caballos y unos buenos 132 Nm de torque a 3.000 vueltas. Responde ágilmente y sin ningún tipo de tironeos, con buen desempeño a bajas vueltas. Y, muy importante, tiene consumos muy acotados, con valores que están algo abajo de los 10l/100 km en ciudad.
Un detalle importante del motor: tiene cadena de distribución y no correa, algo muy apreciado por muchos usuarios, ya que incide favorablemente en la confiabilidad y baja los costos de mantenimiento.
La dirección tiene asistencia eléctrica, es blanda a bajas velocidades lo que colabora con el buen desempeño urbano. En velocidad, se endurece, aunque no demasiado. La suspensión está pensada para resistir los caminos de los mercados emergentes, se banca muy bien los baches y no se sacude demasiado.
En ruta, el consumo es obviamente más bajo, pero no tanto si lo levantamos mucho en vueltas, algo que en ocasiones se hace necesario para lograr mejor respuesta. En cuarta marcha, la recuperación 80-120 km/h (este valor lo damos siempre porque nos sirve de referencia para un sobrepaso en ruta) lleva casi 12 segundos. En términos generales, el Etios es confiable en ruta, con una puesta a punto de suspensión muy lograda, que hace que sea bastante franco a velocidades y maniobras normales. Los vientos laterales lo mueven un poco, sobre todo por la altura de la suspensión y el diseño general. La capacidad del tanque de combustible es de 45 litros.
La única trasmisión disponible es una manual de cinco marchas, con una selectora un tanto larga pero bastante precisa. Toyota debería pensar en ofrecer alguna opción automática.
Resumiendo, el Etios es un auto de andar muy confortable en ciudad, con una insonorización y puesta a punto que nos ayuda a sobreponer el infierno del tráfico cotidiano. En ruta, a velocidades reglamentarias su desempeño es muy correcto y solamente muestra algunas inestabilidades a velocidades elevadas o maniobras extremas.
Llegando
Cuando vi por primera vez al Etios hatch de exhibición en el concesionario, tuve una charla muy interesante con un cliente que también lo estaba mirando. Él poseía un Fiat Punto 1.6 Essence 2011 y estaba evaluando venderlo para “subir a un Toyota”, pero me aclaró que seguramente por precio -todavía no estaban publicados los valores oficiales- no iba a llegar al Etios. Cuando le pregunté cuánto consideraba que iba a costar, me dijo que sin dudas iba a estar “arriba de 120 mil pesos”. “Y… es un Toyota”, concluyó un tanto resignado.
Éste es un ejemplo del hándicap que tiene la marca japonesa en la mentalidad del consumidor argentino, y que seguramente los directivos tienen muy bien estudiado. ¿Está a la altura de las circunstancias el Etios? Si analizamos el producto en sí, notamos que tiene algunos puntos débiles frente a la competencia, como el diseño general -con la excepción del aspecto exterior del hatchback- y un equipamiento muy justo sin ningún tipo de lujo. Como contrapartida, tiene un buen motor -con buenos consumos-, buena habitabilidad -en todas las plazas y con gran baúl en el caso del sedán- y muy buena puesta a punto para el uso cotidiano, factores que hacen un buen conjunto pero que no logran despegarlo demasiado de la competencia. En seguridad tiene el equipamiento acorde a la media del segmento, pero con un plus: su estructura fue probada seriamente y mostró una resistencia superior a autos de segmentos superiores, como el Bora por ejemplo.
Pero, como decíamos al principio, hay otros factores que entran en juego a la hora de decidir una compra. El prestigio de la marca es uno importante, y si lo sumamos a un precio que está por debajo de las expectativas, se convierte en fundamental. Además, Toyota tiene dos cartas más para poner en la mesa: el servicio de postventa y el buen precio de reventa que suelen ostentar sus productos.
Desde lo emocional, el Etios no despierta pasiones, pero desde lo analítico conjuga muchos factores que le terminan dando un saldo positivo y que probablemente lo conviertan en un éxito dentro de los objetivos de la marca.
Galería de fotos:
Para ver la galería del Etios de cinco puertas, seguir este enlace.
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