Un SUV con toda la tradición de una de las marcas con más experiencia en off-road: probamos el Mitsubishi Outlander con motor 2.4 naftero, caja automática y tracción integral. Fotos y videos.
La Mitsubishi Outlander viene a actualizar una tradición que tiene muchísimos años: la marca japonesa siempre fue una referente vehículos pensados para salirse del asfalto. De ganar varios títulos en el rally mundial a producir un auténtico todoterreno como la Montero (también conocida como Pajero), Mitsubishi tiene gran expertise en eso del off-road.
Sin embargo, la propuesta de esta Outlander no es tan extrema. Es un SUV pero, a diferencia del Montero, no está construido sobre chasis de largueros, sino con carrocería autoportante. Esto quiere decir que tiene un andar mucho más parecido a un auto que a una camioneta, pero a la vez no deja de tener recursos importantes para sobrellevar obstáculos.
A propósito del Montero: es altamente probable que vuelva a ofrecerse a la brevedad en Argentina.
Si bien en la web de la compañía figuran dos, la Mitsubishi Outlander actualmente se ofrece en Argentina en una única versión, llamada GLS 4WD AT con motor 2.4 litros naftero, caja automática de tipo variador continuo (CVT) y tracción integral 4WD. El nuevo concesionario de Córdoba, MitsuCenter, se viene moviendo mucho para reinstalar la marca luego de un período de ostracismo. Ellos nos prestaron esta unidad que probamos por varios días.
Se trata de la tercera generación de este producto, lanzada en 2012, con el último restyling presentado el año pasado a nivel mundial. Además de adoptar el nuevo frontal, fueron revisadas las suspensiones, el aislamiento sonoro (vidrios más espesos y cambio de burletes) y la puesta a punto de la dirección.
- Mitsubishi Outlander 2.4 GLS 4WD AT
- Origen: Japón
- Precio: US$ 60.900 (paga impuestos internos)
- Garantía: 3 años o 100 mil kilómetros
Exterior
La Mitsubishi Outlander recibió la última línea estética de la marca, denominada Dinamic Shield. Supongo que la intención es unir las ideas de robustez y dinamismo, y en tal caso el resultado es bueno. El frontal es bien compacto, cerrado, poco anguloso.
En general, el diseño de esta Otlander está muy alejado de la tendencia en SUV’s japoneses que están imponiendo marcas como Nissan, Honda o Toyota, con mucho ángulo y curvas por todas partes, un diseño casi orgánico, podríamos decir. En comparación con estas marcas, la propuesta de Mitsubishi es mucho más concreta, de vertiente más alemana.
Compárese esta Outlander con productos como la Nissan Murano o la Toyota CH-R y se tendrá una idea clara de lo quiero decir. La Mitsubishi es mucho más sobria, menos farolera, de líneas sencillas y proporciones bien logradas. No es la más llamativa del segmento, para bien o para mal, dependiendo qué busque cada uno.
La Mitsubishi Outlander es un SUV del segmento D de 4,7 metros de largo, con capacidad para 7 pasajeros en disposición 2+3+2, siendo que estos últimos deben ser niños pequeños ya que el espacio de la tercera fila es escaso. Tiene una distancia entre ejes de 2,67, el baúl tiene un espacio razonable aún con la tercera fila colocada.
Encontrar rivales para el Outlander es complejo. A los periodistas nos gusta mucho esto de los segmentos, y técnicamente compite con productos como la Hyundai Santa Fe y la nueva Volkswagen AllSpace. Si bien son del mismo segmento y tienen la misma capacidad de pasajeros, productos como SW4 o Trailblazer (con chasis de largueros) no son competencia directa, ya que para enfrentar a esos Mitsubishi tiene a la Montero y Montero Sport.
Pero el público general le da bastante poca importancia a los segmentos y seguramente ve a la Outlander como rival de todos los productos mencionados anteriormente y también a otros del segmento C, como CR-V, RAV4 o Jeep Compass.
Interior
Desde que cerramos la puerta, el Mitsubishi Outlander nos transmite la solidez y la serenidad de los autos bien hechos. Todas las sensaciones a bordo de este SUV son buenas, pero lo que más se destaca es su insonorización y la puesta a punto de la suspensión, como ya veremos más adelante.
Entre otras razones, los SUV’s se han puesto tan de moda porque el entorno urbano es visto cada vez más como un territorio hostil. Los vehículos que en otro momento servían para hacer safaris en tierras exóticas -y antes, para conquistar países-, ahora se usan para surcar la selva urbana. La posición elevada respecto a los otros autos, la solidez para enfrentar calles destruidas y hasta la posibilidad de enfrentar un anegamiento instantáneo hacen de estas «camionetas» un vehículo ideal para la vida moderna.
La Outlander cumple de mil maravillas esta tarea. Es sumamente confortable, los materiales son buenos (a mí no me gusta el negro black piano tan de moda, pero es una opinión personal) y el equipamiento muy destacado, sobre todo en seguridad.
La posición de manejo es totalmente configurable a gusto, con regulación eléctrica de los asientos y el volante que se ajusta en altura y profundidad. Se puede optar por una posición alta útil para el off-road o una más baja para largos trayectos en ruta. Los tapizados de cuero tiene un excelente tacto y las butacas son muy confortables. El techo solar eléctrico es un plus que ayuda a la sensación de bienestar.
El tablero tiene la configuración más apropiada para estos tiempos, dos relojes analógicos más una pantalla color que complete todo el resto de la información, que por cierto es mucha e incluye la presión de los neumáticos. La ergonomía general es muy buena, con comandos que están bien ubicados, aunque algunas perillas reúnan demasiadas funciones. Como todo auto, a algunas cosas hay que acostumbrarse.
El espacio en la segunda fila es confortable para dos adultos y tres se arreglan sin problema. La tercera fila, en cambio, es sólo apta para dos niños pequeños, ya que no hay espacio para las piernas. El ingreso a la tercera fila requiere contorsiones pero el asiento se corre con facilidad. Un defecto importante es que la segunda fila no tiene salidas de aire acondicionado.
Mención especial para el sistema de despliegue de la tercera fila de asientos, que salen del piso del baúl y no van colgados, una opción que siempre genera ruidos. No sólo es más funcional que salgan del piso: el despliegue se puede hacer con una sola mano, lo que facilita toda la operación.
En cuanto a equipamiento, esta Outlander es completísima y trae cosas que sólo sedanes alemanes de lujo incorporan. En seguridad, se destacan los 7 airbags (dos frontales, dos laterales, dos de cortina para las tres filas y uno para la rodilla del conductor), control de estabilidad, control de tracción, anclajes para sillas infantiles y un amplísimo etcétera. En 2012, esta Outlander se sacó 5 estrellas en EuroNCAP y la distinción Pick+ award del IIHS norteamericano.
Otra mención especial: la Outlander tiene un radar que le permite, entre otras cosas, contar con control de velocidad adaptativo (ver video abajo), frenado automático de emergencia y luces altas adaptativas, que pasa automáticamente a luz baja cuando viene un auto de frente.
El Sistema de Mitigación de Colisión Frontal es lo que están pidiendo los organismos de seguridad, ya que está comprobado que evita muertes y daños. En una primera fase, cuando el riesgo de colisión es poco, se emite una advertencia visual y sonora para alertar al conductor. Al mismo tiempo, el sistema de frenos se llenan de líquido aumentando la presión.
Si el conductor no reacciona y el riesgo de colisión aumenta, el sistema continúa emitiendo la advertencia, pero también activa los frenos automáticamente de forma moderada para empezar a mitigar la severidad de cualquier colisión y al mismo tiempo, servir de aviso adicional al conductor. En caso de que el riesgo se intensifique, el FCM aplica automáticamente una presión de frenado elevada para intentar evitar el accidente o reducir su gravedad.
Personalmente, me parece que el equipo multimedia Kenwood le quita imagen a esta Outlander, aunque también es cierto que funciona bien y el sonido es muy bueno. Debería mejorar en la resolución de la pantalla y en en el brillo, ya que cuesta ver bien cuando le da el sol directo. Trae GPS con sistema Garmin, lo que da garantías en funcionamiento y mapas.
Otra equipamiento poco común: gracias al freno de mano eléctrico, trae una función Auto Hold, que mantiene inmóvil el auto cuando estamos parados para no tener que pisar el freno. Esto tiene un funcionamiento independiente del asistente para la salida en pendientes.
En conclusión, la vida a bordo de esta Outlander es sumamente confortable, comparable en muchos aspectos a un sedán alemán pero con espacio para 7 pasajeros y capacidad off-road, como veremos a continuación.
En marcha
La Outlander pesa 2,2 toneladas y actualmente se vende únicamente con el motor 2.4 litros naftero de MIVEC SOHC 16 válvulas de 169 CV y 224 NM de torque, asociado a una caja automática de tipo variador continuo (CVT), programada en seis marchas virtuales con levas al volante. Tiene tracción integral 4WD, con tres modos y bloqueo de diferencial.
El primer tramo en el que manejamos la Outlander fue en ciudad, y ahí se destaca por la insonorización y la puesta a punto de la suspensión. El aplomo y el confort que transmite esta Outlander es muy superior a productos con chasis de larguero, como la SW4. La suspensión trasera con esquema multilink es maravillosa y empareja cualquier asfalto, hasta los de la ciudad de Córdoba.
Mi sorpresa fue la dirección, con asistencia servoeléctrica, muy bien calibrada. Facilita las maniobras a baja velocidad y se favorece con el excelente diámetro de giro, de sólo 10,6 metros. Yo, que manejé pickups durante las últimas tres semanas, agradecí poder maniobrar sin problemas en cocheras estrechas. En ruta la dirección se endurece, brindando mayor confianza.
En ruta esta Outlander es igualmente confortable y tiene como gran feature el control de velocidad crucero adaptativo mencionado anteriormente. Además de ser seguro, es un equipamiento de conducción semi autónoma que nos hace más fácil los trayectos largos. Es realmente útil.
Dobla muy bien, teniendo en cuenta que es un vehículo de más de dos toneladas y centro de gravedad elevado. Los neumáticos de asfalto funcionan muy bien en cuervas y también a la hora del frenado, que por cierto cuenta con discos en las cuatro ruedas. La confianza que transmite esta Outlander es proporcional a su dotación en seguridad.
El motor 2.4 empuja parejo y es silencioso, Puede llevar a la camioneta a más de 190 km/h, algo siempre desaconsejado (además de ilegal) en este tipo de vehículos. El 0-100 lo hace en 11 segundos, pero no es la deportividad su fuerte.
Las cajas tipo CVT apuestan al confort antes que al uso deportivo, por más relaciones que el fabricante cree y le ponga levas al volante. Lo mejor es dejarla en D y que haga todo por sí sola, que lo hace bien.
Para el off-road, cuenta con buenos recursos como la tracción en las cuatro ruedas y el bloqueo de diferencial. Los límites los dan los neumáticos de 18″ con dibujo de asfalto y un despeje del suelo de 195 mm, que si bien no es poco, tampoco lo convierte en un todoterrno. Digamos que la Outlander es de las que mejor parada sale en este apartado dentro de un grupo de SUV’s que en realidad están pensadas más para asfalto.
Los consumos están dentro de lo previsible para un motor 2.4 naftero. En condiciones de uso mixto habituales, ronda los 12 litros cada 100 km, pudiendo bajarse hasta los 9,5 litros si uno es cuidadoso con el pie derecho, algo que por cierto cuesta bastante. El tanque tiene buenos 63 litros y carga combustible grado 3 o premium.
Llegando
Esta Mitsubishi Outlander es uno de vehículos más placenteros de manejar que agarré en los últimos tiempos. No tiene nada que envidiarle a productos similares de marcas alemanas y cuenta con los sistemas más avanzados en seguridad, incluido el frenado automático. Es equipamiento que pone a esta Outlander en el camino de la conducción semi autónoma.
El motor rinde bien, pero yo prefiero opciones diésel (son muy caras para vehículos de pasajeros) o nafteras turbo con inyección directa, que sean más amigables con el consumo de combustible. De todas maneras, para el comprador de un vehículo de este precio, la nafta no debería ser un problema. Muchos prefieren estas mecánicas más tradicionales para Argentina, teniendo en cuenta las dificultades que existen en ciertas geografías para conseguir buen combustible. Si uno se fija en la competencia, la mayoría tiene motores similares.
Se destaca en ciudad y en ruta y tiene muy buenas herramientas para el off-road, aunque no es el vehículo que elegiríamos para una travesía. El interior es práctico y confortable y las únicas cosas que no me gustaron fueron la falta de salida de climatización en la plaza trasera y la resolución de la pantalla multimedia. La tercera fila de asientos es un plus para utilizarla con niños pequeños.
Respecto al precio, esta Outlander 2.4 GLS 4WD AT importada de Japón tiene muy buen precio frente a la Kia Sorento (US$ 54.900 en versión 4×2, US$ 67.900 en 4×4 turbodiésel), Hyundai Santa Fe (2.4 4WD GLS 7P 6AT, US$ 64.500). El modelo que vino a romper el mercado es la nueva Volkswagen Tiguan AllSpace (ver más), ya que al importarse de México, no paga aranceles extra zona. Tiene capacidad para 7 pasajeros y cuesta desde US$ 38.950 a US$ 59.75 (2.0 turbonaftera con 220 CV de potencia, tracción 4Motion y caja DSG7), pero no trae los sistemas de seguridad activa mencionados anteriormente.
En este mercado, Outlander es una de las mejores opciones si lo que se busca es confort y seguridad para 7 pasajeros con un plus de off-road.
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