Test drive con el Jeep Renegade automático, una de las últimas versiones de este modelo que comienza a crecer en ventas en Argentina. Versión Sport Plus AT6, una de las más atractivas del catálogo.
Suceso en Brasil, en Argentina las ventas de este modelo comenzaron tibias pero este año están teniendo un repunte muy notable, gracias la ampliación de la gama y de la introducción de la modalidad Plan de ahorro. Una de las últimas versiones en presentarse es este Renegade automático (abril de este año), que acabamos de probar gracias a la gentileza de la gente de Vespasiani.
- Jeep Renegade Sport Plus 1.8 Automático
- Origen: Brasil
- Precio: $522.900
- Garantía: 3 años o 100 mil kilómetros
Antes que nada, un breve repaso. El Renegade fue el modelo que hizo resurgir al la marca Jeep, luego de la compra por parte de la que pasaría a llamarse Fiat Chrysler. Fue el primer desarrollo totalmente nuevo a partir del cambio de manos y, al día de hoy, ya puede decirse que uno de lo mayores éxitos en la larga historia de la marca.
Fue, también, el modelo que inauguró la modernísima planta de FCA en el estado de Pernambuco, en el norte de Brasil. Allí ahora el Jeep tiene dos hermanos de planta y plataforma: la Fiat Toro y el Jeep Compass. En ese país, el Renegade se convirtió en un modelo popular, el tercero más vendido del mercado y que es muy común ver en las calles.
En Argentina, en cambio, el comienzo de las ventas del Renegade fue tibio, debido a una gama restringida y precios algo elevados. La red comercial del ala Chrysler de FCA no estaba acostumbrada a vender un producto masivo y tuvieron que ir acomodándose a la nueva propuesta.
Hoy la cosa está cambiando. Jeep ha crecido un impresionante 178,7% en 2017 pasando a marcas como Chery. El Renegade fue el artífice de este despegue y comenzó a asomar entre los seis modelos más vendidos del segmento. En gran parte esto se debe a el aumento de versiones y ahora al lanzamiento del Jeep Plan.
Una de las últimas versiones fue este Renegade automático, que queda a mitad de la gama, arriba de los Sport 4×2 manual ($434.900) y Sport Plus 4×2 manual ($479.900) y abajo del Longitude 4×4 2.4 AT9 ($740.600) y el Trailhawk turbodiésel 4×4 AT9 ($802.900).
Exterior
A mí el Renegade me encanta, lo digo de entrada. Su diseño cuadrado, con toques retro pero inconfudiblemente moderno, me parece un golazo y creo que va camino a ser un clásico de esta era. Nadie dudaría que se trata de un Jeep y nadie lo confundiría con otro modelo de la marca, y eso es algo realmente difícil de lograr.
El Renegade tiene algo de chiche, de juguete deseable y entró perfectamente bien en el gusto femenino, algo que desconozco si estaba o no en los planes de los diseñadores. Hay gran cantidad de estudios que indican que son las mujeres las que toman la decisión de compra en este tipo de segmento y basta darse una vuelta por un salón de ventas para comprobarlo.
El Renegade es corto (4,23 metros), angosto (1.8 metros) y algo alto (1,7 metros). Su diseño está lleno de guiños clásicos ya conocidos, como las X en las ópticas traseras, las 7 barras en la parrilla, los faros perfectamente redondos y los pasarruedas bien marcados. Es un modelo conocido y no vale la pena detenerse demasiado en su aspecto, que puede gustar más o menos pero que sin dudas llama mucho la atención.
La única crítica que le hago es al spoiler o faldón delantero, excesivamente bajo para un SUV, que seguramente tiene su función aerodinámica pero que interfiere con el desempeño off-road. En un Jeep, uno no debería estar pensando si toca o no ante cada piedra que se encuentra. En este sentido, el diseño de la versión Trailhawk es mucho más razonable.
Interior
Lo primero que hay que decir del Renegade es que el trabajo hecho en la planta de Goiana eleva la vara respecto a calidad de construcción. El Renegade se siente bien, tiene goma blanda en la parte superior, buenos encastres y buena insonorización, pese a que su diseño no se lleva muy bien con los vientos. No conozco el Renegade que se vende en Europa, pero apostaría que en calidad este mercosureño no tiene nada que envidiarle.
El Renegade saca muy buenos puntos en esa categoría poco objetiva pero muy eficiente a la hora de describir un auto: calidad percibida. Es de esos autos que se sienten bien hechos, con buenas texturas y buena calidad de materiales.
La posición de manejo es alta, como se acostumbra entre los SUV’s, lo que favorece en el tráfico urbano pero que no es tan confortable en viajes largos. La habitabilidad es buena adelante, normal atrás (dos adultos van bien pero no como en un Compass) y su punto flaco es el baúl, que hace ver bien el portaequipajes que tenía esta unidad que nos prestaron. Si bien el portón ayuda a la carga y la caja es plana, los 260 litros son pocos para una familia completa en plan vacaciones.
El que más disfruta es el conductor. El instrumental, similar al de la Toro, es excelente, con mucha información a la que se accede fácilmente desde el volante multifunción. El Renegade está lleno de detalles bien diseñados que hacen que uno se encariñe fácilmente con él.
En seguridad, el equipamiento es sobresaliente y ha recibido 5 estrellas de LatinNCAP, algo que una vez más habla de la calidad constructiva que logró la planta de Pernambuco. Tiene 7 airbags (dos frontales, dos laterales, dos de cortina y uno para la rodilla del conductor), control de estabilidad, control de tracción, frenos a disco en las cuatro ruedas, anclajes isofiz para colocar sillas infantiles, asistente a la salida en pendientes, control electrónico de balanceo de trailer y control electrónico de mitigación de rolido, entre otras cosas.
En confort esta versión está muy bien. Salvo la pantalla, que es chica para esta era ultraconectada y no trae Android Auto, el resto está a la altura de las circunstancias. Trae pantalla color con GPS y cámara de retroceso (muy útil en este tipo de vehículos), volante forrado en cuero que se siente muy bien, espejos eléctricos, control de velocidad crucero, aire acondicionado manual y varios detalles más. Una vez más, la ergonomía y la información del tablero hacen fácil la vida a bordo.
A modo de resumen del interior de este Renagade automático: calidad sobresaliente, buena ergonomía e información, habitabilidad normal para el segmento B (el baúl es la nota baja), buena insonorización, seguridad destacada y confort bueno.
En marcha
Al Renegade lo conocemos bastante, ya que hicimos una larga prueba hace un tiempo con la versión Sport Plus 1.8 con caja manual de cinco marchas. La gran novedad, en este caso, es la caja automática de seis marchas, que está disponible hace algunos meses.
El Renegade Automático viene con una caja Aisin, de origen japonés, también conocida, pues es la misma que utiliza PSA en modelos como el Citroën C3 o C-Elysée, entre muchos otros. Tiene seis marchas y convertidor de par, y su funcionamiento general es bastante rápido y armónico.
Una de las cosas que nos hubiese gustado el Renegade manual es una sexta marcha, para mejorar las relaciones de caja. Lo que sucede es que este motor 1.8 e.Tor.Q se caracteriza por tener su torque máximo (182 Nm) a las 3.750 vueltas, un régimen bastante elevado. Entonces, a veces es necesario estirar bastante los cambios para moverlo, ya que el Renegade no es liviano (pesa 1.569 kg).
Bueno, con la caja automática pasa exactamente lo mismo. La electrónica lo que hace es estirar bastante el paso de marchas para que el auto no se quede sin fuerza y es común que enrosque el motor (a veces innecesariamente, ya que la electrónica no puede predecir qué es lo que vamos a hacer), sobre todo en ciudad o en trepadas off-road. Eso afecta un poco el consumo que, como norma general, es más alto los modelos automáticos que en los manuales.
De todas las configuraciones con este motor 1.8, para mí el mejor funcionamiento se da con esta caja automática pero en modo manual. Ya sea a través de la selectora o de las prácticas levas al volante, si nosotros hacemos los cambios logramos un pase más armónico, ya que la caja es rápida y uno puede decidir el mejor momento para realizar los cambios, sin necesidad de dejarlo subir tanto en vueltas al motor.
Más allá de la caja, el Renegade es un vehículo que va bien en todos los terrenos, que encuentra su ámbito ideal en la tierra (aunque esta versión sea 4×2) ya que el esquema de suspensiones y la excelente insonorización hace que se pueda ir rápida y confortablemente. En terrenos resbaladizos requiere un poco de pericia del conductor, pero está mucho mejor preparado que una auto común. Las cubiertas de uso mixto ayudan.
En ciudad es cómodo y silencioso, la dirección con asistencia eléctrica hace todo fácil y lo mencionado anteriormente respeto a la suspensión sirve también para las calles en mal estado. En ruta tiene una andar franco, sin vicios, bastante firme, aunque por supuesto los vientos laterales lo afectan un poco debido a su altura. La velocidad máxima es buena (arriba de 170 km/h) y las recuperaciones requieren rebajes.
Los consumos rondan los 9,1 litros cada 100 en ruta y 10,5 en ciudad, dependiendo mucho del uso, como se mencionó anteriormente.
Llegando
Este Renegade automático es una de las mejores opciones de la gama a la venta en el país. Sin dudas, el mejor motor es el 2.0 turbodiésel (que no manejamos, pero conocemos de la Toro) pero su precio es excesivo (más alto que un Compass). Dentro de los terrenales, este Renegade AT6 puede ser una alternativa interesante, ya sea para uso automático o manual secuencial.
El Renegade es uno de los productos de mejor calidad del segmento y su diseño lo hace único en el mercado, sin nada que se le parezca. Es atractivo y comienza a verse cada vez más seguido en las calles, gracias a una gama más completa. Bienvenido, entonces, este Renegade automático.
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